México. El Universal/GDA. Aunque este año Alejandra Guzmán no dejó de cantar, bailar y ofrecer espectáculos, lo cierto es que la artista, que el miércoles anterior se sometió a una operación de cadera, no se encontraba bien físicamente.
Previo a su actuación en la marcha del orgullo gay de Ciudad de México, en junio pasado, confesó que desde hace un par de años vivía con una prótesis segmentada de cadera, situación que había hecho que su vida cambiará completamente.
“Estoy bien, pero tengo una prótesis de titanio en la cadera porque está desgastada, así que yo no puedo estar de arriba para abajo, ya no es lo mismo que cuando tenía dos piernas normales, si tienes una prótesis te tienes que cuidar”, admitió.
Este año los médicos decidieron que la mejor opción era reemplazar la prótesis por una completa. La cantante detalló que aunque en ocasiones sufría algunos dolores, estaba consciente de que su ritmo de vida tenía que cambiar, algo que aceptaba, pues a pesar del largo proceso que ha pasado, hoy está feliz y dispuesta a llevar una vida de manera más relajada.
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“No es que me sienta enferma, simplemente tengo una prótesis con la que no me puedo exponer. Tengo que cuidarme porque ahora mi vida es así, siempre tendré una prótesis y tengo que cuidarla, tanto en mi vida diaria como cuando esté en el escenario porque es algo que estará conmigo por el resto de mi vida”, confesó.
Con la operación a la que se sometió, la intérprete mexicana suma 22 cirugías en siete años, a causa una infección provocada cuando Valentina de Albornoz le practicó un implante de biopolímeros para mejorar la apariencia de sus glúteos.
Según el médico que la intervino, toma hasta 14 días el proceso de cicatrización y posteriormente, se inicia la rehabilitación para caminar con normalidad.
“ Tendrá que ser muy cuidadosa con su rehabilitación”, dijo.