El único evangelio que Amaia Montero predica es el de su música. Su mensaje gira en torno al amor y este se reafirma en Si Dios quiere, yo también , su tercer y más reciente álbum como solista.
Atrás quedaron las dudas de si podría hacer carrera en solitario, apartada de la que fuera su banda y su grupo de amigos La Oreja de Van Gogh . Con trabajo, demostró que caminar sola le sentaba bien, lo reafirmó con esta nueva producción, que se estrenó en setiembre y ocupó el primer lugar de las listas de iTunes en 11 países .
En una entrevista telefónica, la española le contó a La Nación los detalles acerca de este disco de 10 temas originales escritos por ella. Confesó que, aunque se identifica como una mujer de fe, su música no es religiosa.
Con el fin de seguir conquistando al público, ella no se escudó solo en su voz, sino que también buscó a Martin Terefe , productor inglés con gran experiencia. El resultado de ese trabajo la tiene feliz y segura de ofrecer un sonido diferente y mejor al de sus discos anteriores Amaia Montero (2008) y Amaia Montero 2 (2011).
Su paso por La Oreja de Van Gogh sigue siendo tema de conversación, aunque cada vez menos, porque ella no deja de estar orgullosa de esa etapa de su vida. A continuación, un extracto de la entrevista con la artista.
Comentó que para usted una canción es como desnudarse; es decir, son temas inspirados en sus vivencias...
Todos los temas de alguna forma lo son; no hay tema que no lo sea. Los compongo y me dejo el alma en cada uno.
Un elemento en el que hace hincapié, desde que salió el primer sencillo Palabras , es que este tercer álbum tiene un sonido inglés. ¿Por qué eso es tan importante?
La diferencia en el sonido es grande. Es un sonido muy particular, muy elegante y concreto. Es diferente a mis discos anteriores, que eran mucho más sencillos, sin que quiera decir que fueran simples.
”Además, Martin Terefe (productor del álbum y de artistas como Jason Mraz y James Blunt) es de la filosofía de donde menos es más. Cuando escuchas una canción poco a poco se van sumando elementos y consigues al final unir todo”.
Otra de las diferencias en este su tercer álbum es que lo grabó con los músicos tocando en vivo. ¿Qué representa este cambio?
Se nota mucho, no lo había hecho nunca. Normalmente, la grabación es diferente, se hace pista por pista; sin embargo, el hecho de grabar a todos al mismo tiempo ayuda a que se cree una energía muy grande en el estudio, cada vez que hacemos un tema, y esa magia esta en el disco.
Es imposible pasar por alto el nombre del álbum, ¿es el reflejo de una mujer espiritual y llena de fe en Dios?
Claro que soy una persona espiritual y de fe. El disco no es tanto algo religioso, sino más bien como una filosofía de entregarnos a lo que el universo tiene para cada uno de nosotros. La vida tiene un plan y entregarnos a ello, a lo que el destino nos tiene preparado, es mejor que resistirse.
”Me han preguntando si entregarse a lo que el universo nos tiene preparado es como resignarse y no es así. Lo que se tiene que hacer es perseguir los ideales, pero a veces la vida tiene un plan, pasan cosas que no estaban previstas y hay que entregarse”.
Realizó una pausa de tres años luego de publicar Amaia Montero 2 . ¿Esta espera era necesaria? ¿La deja esto en una posición de comenzar casi de cero ahora?
De alguna forma sí; fueron tres años para reflexionar y componer. Cada disco es un punto de partida y, de alguna forma, este nuevo trabajo me lleva a comenzar de cero.
El amor y, en especial, el desamor nutren las canciones de su nueva producción. ¿Se llega más fácil al gusto de los fans con estos temas?
Escribo de lo que me emociona; me llega y escribo tal cual me llegan las canciones. La conexión con el público ha sido natural porque hablo de emociones y cada persona se identifica con unas y otras. Cada uno de nosotros hemos sentido cosas que están en las letras de estas canciones. En el disco, hablo de cosas generales, de las que nos ocurren a los seres humanos”.
Ya transcurrieron 18 años desde que dio sus primeros pasos en la música profesional, ¿cuál es su balance de este viaje?
Desde que comencé y éramos unos niños, nos gustaba la música, no teníamos pretensiones de nada. Por eso, como dice la filosofía de Si Dios quiere, yo también , hubo un plan para nosotros (La Oreja de Van Gogh) y, desde entonces, con banda y hasta ahora en solitario, ha sido un balance muy positivo. ¡La música me lo ha dado todo!
Siete años atrás su camino tomó un rumbo distinto al de sus compañeros de La Oreja de Van Gogh. ¿Su paso por la banda sigue siendo una pregunta obligatoria?
Siempre me lo preguntan, pero cada vez menos. ¡Y no me molesta en lo absoluto! Lo he dicho en cada ocasión: para mí pertenecer a La Oreja de Van Gogh es, fue, y será un orgullo máximo.
”Es una banda muy grande y en la que tuve la suerte de vivir ese sueño, pude tener ese privilegio de crear algo tan importante como La Oreja. Todos esos años y recuerdos bonitos me llenan de orgullo”.
En tres años de pausa, el tiempo alcanzó para componer, para grabar y descansar; ¿también existió espacio para el amor?
No, pero cuando pase se los haré saber.
Finalmente, ¿pueden sus fans soñar con verla cantar en Costa Rica sus temas nuevos?
Espero que podamos ir pronto a Costa Rica.