Fue un proceso relativamente largo, pero enriquecedor. El último disco del colombiano Andrés Cepeda es romántico, les canta a muchos amores de distintas maneras y, además, cuenta con la colaboración de artistas jóvenes que le imprimen un sabor diferente a su música. Con Trece llega para el cantautor una nueva etapa musical en la que se siente cómodo.
Es justamente el álbum número 13 de su trayectoria artística; es un número especial no solo por lo que significa para él como músico, sino también porque es la culminación de un proceso que tardó poco menos de tres años desde que publicó Te voy a amar con Cali y el Dandee hasta la salida de El equivocado, su más reciente sencillo.
En Trece hay variedad de cómplices, todos más jóvenes que Andrés, pero artistas a los cuales admira. Sebastián Yatra, Cali y el Dandee, Jesse & Joy, Morat y Monsieur Periné suman sus talentos al disco.
Vía telefónica, el colombiano habló con Viva sobre lo que significa este disco, la producción y el apoyo que recibió de sus invitados.
–Ya se conocían muchas canciones pero el disco es un golpe final con temas que llegan a complementar. Le canta al amor desde diferentes maneras...
–Es un álbum que recopila, entre otras cosas, unas canciones que hablan de unas historias de amor un poco más parecidas a las de la vida real; esas que son difíciles, que a veces tienen obstáculos. La mayoría de las historias de amor de esta producción tienen esta característica. Además, el disco tiene una característica de haber hecho primero las colaboraciones con los colegas y, luego, la otra mitad en solitario después de experimentar con ellos. Tiene ese proceso de oxigenación y de aprendizaje que tuve por parte de mis invitados.
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– ¿La canción Salvapantallas fue escrita para este tiempo de cuarentena?
–Es curioso porque no fue algo planeado, pero sí tiene un mensaje que se ajusta mucho a lo que estamos viviendo. Dice que te pueden quitar el cielo, el mar, la luna, las cosas materiales, que se lleven todo, pero que te dejen con el amor. Sí es un poquito lo que estamos viviendo porque hay muchas cosas que no tenemos y no podemos hacer; entonces, le damos más valor a la gente que nos quiere, los que tenemos cerca.
–Le está cantando al amor plural, no solo al amor de una pareja o el primer amor. ¿Cómo se logró eso? ¿Cómo alcanzó esa pluralidad en el proceso de composición?
–No lo sé muy bien, pero creo que tratando de encontrar un equilibrio. En Salvapantallas, por ejemplo, puede ser un amor más abierto, no solo el amor de pareja.
–El disco se divide en dos partes y las canciones no dejan de estar relacionadas. ¿Cómo vivió las dos etapas de la producción?
–La primera intercambia una cantidad de líneas, de conceptos y sonidos con los invitados durante, al menos, un año y medio; cuando terminé eso me metí solo al estudio para aplicar lo aprendido con los compañeros. Fueron etapas muy distintas, pero una es el resultado de la otra.
–¿Están relacionadas en experiencias?
–Claro que sí. Con cada uno de ellos (los invitados) aprendí cosas particulares y tuve experiencias diferentes en temas de producción, composición, arreglos y estructuras de las canciones. Con cada uno tuve experiencias que me enseñaron y creo que aparecen en la segunda parte del álbum.
–¿Fue retador?
–En este caso nos lo tomamos con mucha paciencia. Yo empecé a hacer este álbum hace poco menos de tres años. Parte del plan era ir presentando poco a poco los sencillos y eso me daba tiempo para ir desarrollando el resto. Lo hicimos paso a paso con cada uno a su ritmo. Cuando ya terminamos ese paso, me metí solito a hacer el resto de las canciones.
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–Ha sido un proceso largo desde Te voy a amar hasta El equivocado. ¿Cómo resume este camino para lograr Trece?
–Ha sido un camino muy chévere, me lo he disfrutado mucho. Cada canción tiene un momento en mi vida, cada una tiene un mundo. Disfruté mucho trabajar con estos amigos, fue muy agradable y me parece increíble que ya tengamos el disco.
–Ya la gente está identificada con muchas canciones; entonces, al escuchar el disco entero se siente cercano…
–Eso me sonó bien emocionante. Creo que el experimento de presentarlo a cuentagotas fue chévere y la gente, que hoy en día conoce esas canciones, ahora que las escucha mezcladas con las otras tiene una experiencia bonita. He recibido comentarios bonitos y, por eso, estoy muy agradecido.
–Esto es como regresar a lo básico, a como se distribuía la música antes…
–Es un momento en el que podemos disfrutar la música de una manera un poco más profunda y más reflexiva. Este disco sale por ahí para acompañarnos y para que la gente se identifique con las canciones. Ya hay gente que me escribe cuáles son sus canciones favoritas y eso es muy emocionante.
–Hay mucha gente involucrada en el disco, pero se siente muy sólido…
–Hay un equipo grande de gente en producción y músicos, pero desde el principio tuvimos muy claros lo que buscábamos. Cuando escogí las canciones y a los invitados, eso me ayudó a solidificar mucho y tener muy claro cuál era el carácter del disco para unificar y que todo se sienta sólido.
–Son artistas más jóvenes que usted, ¿cómo se logró la convergencia?
–Estaba buscando gente de esta nueva generación que está haciendo música con la cual me identifico, algunos de ellos ya los conocía de tiempo atrás como a Yatra, Cali y el Dandee y Morat, pero a Jesse & Joy no los conocía y a Monsieur Periné nos habíamos cruzado, pero no habíamos hecho algo juntos. Fueron decisiones que tomé porque son proyectos que me gustan, que los escucho con frecuencia y me parecen atractivos; por eso los quise invitar a que trajeran esos elementos de sus propios mundos musicales a mi disco.
–¿Cómo está viviendo este aislamiento y cuán importante es su trabajo para acompañar a los demás?
–Este es un momento en que la música y las artes en general nos acompañan en esta etapa que estamos viviendo, que es un poco complicada. Es muy chévere que los músicos sigamos haciendo lo que hacemos porque las artes acompañan a las personas que están recluidas en sus casas.