La productora de la gira de Iron Maiden en Latinoamérica nunca planteó traerlos a Costa Rica. Fueron los propios músicos de esta banda británica quienes pidieron integrar al país a su tour mundial. Gracias a esta petición, el 8 de marzo del 2016, The Book of Souls será una realidad en el estadio Ricardo Saprissa.
Andrés Guanipa, cabeza de Move Concerts, explicó que no se contempló la llegada del Ed Force One (avión que pilotea el vocalista Bruce Dickinson) a suelo tico debido a la gran cantidad de tributos que se cobran para este tipo de espectáculos. “En este país cada vez son mayores los impuestos y los permisos”, sentenció.
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Sobre esta producción y sus esfuerzos para que empiece temprano (y así evitar problemas con el Ministerio de Salud), el promotor de conciertos habló con Viva.
En diciembre tiene el concierto de Maná y en marzo el de Iron Maiden. ¿Cómo están los permisos?
Trabajo con Costa Rica desde el 2003 y en mi vida he tenido problema de permisos. Aunque sí te digo, no estamos de acuerdo con la cantidad exorbitante de tributos. Este es el país que cobra más impuestos para un concierto.
¿Cuáles son esos tributos?
Pagamos el 13% de impuestos sobre las ventas como paga todo el mundo. Eso está bien. Pero adicional a eso se paga el 5% de municipio, el 6% del Teatro Nacional, lo que me parece un exabrupto. Es sobre un decreto que era para rescatar el Teatro Nacional y me parece que ya está rescatado. Elimínenlo o bájenlo. No tiene porque el público pagar la manutención de un bien del Estado. Eso no está bien, no es correcto (refiriéndose a que el boleto final sale más caro para que la productora pueda cubrir esos gastos). ACAM es el 6,5% que nos parece lógico pagar derechos de autor, pero creemos que la cifra debe ser menor: un 3%. En Estados Unidos cuando hacemos shows entre las tres entidades que recaudan impuestos, ASCAP, BMI y otra que no recuerdo ahorita, se paga el 0,87%. En resumen, Costa Rica es un país que no es amigable para nuestra actividad.
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Entonces, ¿por qué hace conciertos acá si no sale rentable?
Dejamos de hacer shows aquí durante un año (2014), evaluando si valía la pena o no seguir apostando por Costa Rica. Creo que una industria como el entretenimiento es muy importante para el pueblo, y además es algo cultural. Creo que ni este Gobierno ni el de (Laura) Chinchilla, ni Óscar Arias, ni Abel Pacheco le han puesto el cariño adecuado. No pido que me exoneren de impuestos, sino condiciones mínimas de trabajo necesarias para poder seguir operando. Que nos sentemos con el Ministerio de Cultura y el Gobierno y hablemos del impuesto que se cobra por el Teatro Nacional. ¡Es injusto!
¿Alguna vez ha decidido saltarse a Costa Rica con algún artista porque le sale caro?
Claro que sí. Un ejemplo es Iron Maiden con la gira pasada. Esa se canceló por la enfermedad de Bruce Dickinson; ellos no venían a Costa Rica. No estaban contemplados por el tema de los impuestos. En esta ocasión, después de que se recuperó el cantante, quienes pidieron incluir a Costa Rica fueron ellos. El representante me escribió y me lo contó. No fuimos nosotros. Por mucho que yo quiera este país, necesito que mi negocio tenga algún tipo de rédito. Ellos pidieron Costa Rica. Han venido dos veces y les encantó. Les parece un público fenomenal. Tomamos en cuenta eso y que han pasado seis años desde la última vez que se presentaron. No es un show cómodo para nosotros en términos económicos.
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Hay un reglamento del Ministerio de Salud que los conciertos nocturnos deben culminar a las 10 p. m. o bajar el volumen a 45 decibeles. Con Lauren Harris y Anthrax antes de Maiden, ¿a qué hora arrancará ese concierto?
Te puedo dar garantía que nosotros cumplimos con la ley y la respetamos, así no estemos de acuerdo. En ningún país del mundo te mandan a bajar a tan pocos decibeles la música a las 10 p. m. ¿Qué tenemos que hacer? Arrancar más temprano. La gente tendrá que pedir permiso en sus trabajos para llegar temprano.