Hay locura en el Anfiteatro Coca-Cola del Parque Viva: miles de fanáticos colmaron el recinto para vivir con intensidad el primer concierto que Ariana Grande dará en Costa Rica y en un escenario centroamericano.
La cantante estadounidense logró movilizar a su público más fiel, que llegó a la cita en familia o en grupos de amigos. En la masa había, mayormente, preadolescentes, adolescentes y adultos jóvenes.
Los arianators (como se les llama a los seguidores de la cantante) lucían indumentaria alusiva a la estrella pop o se hicieron con las particulares orejas de conejo que ella popularizó con su disco Dangerous Woman, precisamente el nombre del tour con el que arribó a Costa Rica.
Otros llegaron a la sede del concierto en la búsqueda de los artículos oficiales de la estrella, donde destacaron desde camisas o suéteres con precios entre los 20.000 y 40.000 colones hasta bolsos (8.000 colones) o gorras (10.000). Este último souvenir fue el más apetecido por los fans.
Sin embargo, hubo asistentes que prepararon con muchos meses de antelación el 'look' con el que verian por primera vez en vivo a la intérprete de Focus, de 24 años de edad.
Entre ellos destacaron Óscar, Sebastián y Ronny, los dos primeros de Heredia y el otro de Golfito.
"Esto lo compramos en Estados Unidos y es porque es lo que más la identifica ella", explicó Sebastián a cerca de las orejas de conejo y antifaz negros que llevaban sobre su cabeza.
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"Tenemos como un año de esperar el concierto. Estamos muy emocionados. Me encanta la voz de ella, su 'look'... Es fenomenal", agregó Sebastián, identificado por sus amigos como el más fánatico del grupo.
Viviana Porras, de 16 años, también eligió con antelación las prendas y accesorios que traería al concierto.
Llegó con una camiseta rosada y con una diadema de grandes orejas. "La sigo desde que salió de Nickelodeon (estuvo en Victorious y Sam and Cat) y desde que lanzó su carrera como solista. Siempre he sido su seguidora, me gusta su voz y la forma en que ayuda a las personas", comentó Porras.
Respecto a la diadema de orejas contó que la adquirió en una tienda de un centro comercial . "Desde hace mucho busqué el outfit perfecto para la ocasión", destacó junto a su madre, una señora que prefirió no identificarse.
Y es que los padres de familia tuvieron un papel protagónico en el concierto de Grande: llegaron a acompañar a sus hijos a pesar de que conocieron de la artista hace pocos días, precisamente para saber qué venían a escuchar.
"No conozco mucho de la artista. El viernes estuve escuchando algunas de las piezas para ponerme al hilo y las canciones son súper chivas y espero que él disfrute el concierto porque es el primero al que asiste", dijo Natalia Jiménez, madre de Carlos Andrés Bonilla, un chico de 12 años que tenía ansias de que el show de Grande iniciara.
"Me gusta su voz, la música. La sigo desde que empezó", afirmó el Bonilla.
Esteban Calderón fue de los que también acompañaron a su hija, Sofía, al concierto. Ellos llegaron desde Cartago.
"Ella quería venir y yo la acompaño, pero en los últimos días busqué canciones de ella para no andar muy perdido", afirmó Calderón.
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Las hermanas Karla y Fiorella Abarca vivirían el concierto sin sus padres; sin embargo, al final ellos decidieron acompañar a sus hijas porque "no podían quedarse dentro del carro en el parqueo".
Karla y Fiorella llegaron vestidas de tono rosa pastel porque Ariana "es muy sweety (adorable)". Además compraron dos singulares diademas de orejas de conejo y flores en una popular tienda.
Mientras estos fanáticos relataban sus experiencias a Viva y otros disfrutaban de la previa del show, Ariana Grande arribó a Costa Rica. La estadounidense aterrizó en el Aeropuerto Juan Santamaría a las 4:50 p. m.