La locura por no perderse el concierto de Bad Bunny en Costa Rica lleva a sus fans al extremo. Este martes 25 de octubre se realizó una venta presencial de entradas en el mall Oxígeno, en Heredia, la cual fue colmada por seguidores del artista que ya habían perdido la fe de verlo en vivo, el 24 de noviembre.
La imposibilidad inicial para muchas personas de comprar entradas de manera virtual fue motivo de desánimo. Por esto, saber que habilitaban nuevos boletos y que se venderían de manera física llenó de esperanza a muchos, que sin pensarlo dos veces acudieron a hacer fila desde horas antes, incluso desde la víspera, en el centro comercial herediano.
Ese fue el caso de Ruth Silva Navidad, vecina de Barva, que pese a su cercanía con el punto de venta no se quiso arriesgar y llegó a formarse para la compra desde las 2:30 p. m. del lunes 24 de octubre.
Ella fue la primera en la fila para la venta de este martes y confirma que hizo bien en llegar con tanta antelación, pues cerca de la medianoche, la producción anunció a través de sus redes sociales ONECR que le sugerían a las personas ya no llegar a hacer fila, pues con la cantidad de fans (y de repente revendedores) ya se había completado la cuota de boletos que tenían previstos para el primer día de la venta presencial, que eran 400.
“Soy demasiado fanática y comprar por internet al inicio fue imposible. No quería quedarme sin entrada porque el show es demasiado chiva”, comentó la joven.
Ella cuenta que la espera transcurrió pronto y que con los amigos que hizo en la fila la pasaron bien. Incluso compartieron gallo pinto.
Ruth conversó con La Nación mientras esperaba que sus amigos compraran las entradas. Ellos ya habían ingresado y ella aguardaba afuera del mall. Para poder adquirir estos boletos era necesario hacerlo con tarjetas del BAC, por lo que ella realizó la fila y sus allegados llegaron a hacer la compra. Todos ganaron.
Junto a la muchacha estaba Nicole Dodero, una nueva amiga que conoció a través de Twitter. Cuando Ruth contó que vendría a hacer fila, la otra joven le dijo que le daba dos galletas de Subway a cambio de información. Ambas rieron contando la anécdota.
Fue así como Ruth alertó a Nicole de cómo iba creciendo la fila y por eso ella llegó pronto en busca de un lugar.
Ambas jóvenes comentaron que han escuchado a personas que lograron comprar (las cuatro entradas que venden por usuario) y que las estaban ofreciendo en reventa en 4 por ₡1 millón.
Los precios oficiales de los boletos habilitados son de ₡70.000 y ₡100.000.
A las 11 a. m. de este 24 de octubre, la fila en las afueras de Oxígeno se disiparon. Los afortunados que lograron una ficha para comprar su entrada esperan pacientemente bajo techo su turno de pasar a la ventanilla.