Parece que fue ayer, cuando, en setiembre del 2017, el teléfono celular de José Manuel Mora, director de la Banda Municipal de Acosta, recibió una llamada con una noticia que transformaría por completo su vida, así como la de su colega, Julio César López, y las de los 246 chicos que, desde el 25 de de diciembre, se encuentran en la ciudad de California, Estados Unidos.
Hoy, cuando han pasado casi 14 meses de ese momento, en el que se les informó, oficialmente, que habían sido escogidos como los representantes de Latinoamérica para la edición número 130 del tradicional Desfiles de las Rosas, en Pasadena, California, aún parece increíble el camino recorrido para llegar hasta allí.
Resumir lo que han sido todos estos días, semanas y meses podría resultar imposible, pero, para cada uno de los integrantes del grupo costarricense, sería la palabra esfuerzo.
Músicos, bailarines, directores, profesores y personal administrativo son el más fiel reflejo de que la constancia en la vida siempre es recompensada, sobre todo, en los momentos más inesperados.
LEA MÁS: ‘La banda de Acosta es lo mejor de lo mejor’, dice el presidente del Desfile de las Rosas
Resúmen Banda Municipal de Acosta en el Band Fest en Pasadena California Banda Municipal de Acosta
Posted by Canal Altavisión on Saturday, December 29, 2018
“Lo que viviremos este 1° de enero será el resultado de un sueño que comenzó a gestarse desde el año 2005, cuando sentí la necesidad de que la comunidad de Acosta tuviera la oportunidad de contar con un programa que le permitiera a los jóvenes desarrollar sus capacidades en la música”, recordó López en una llamada desde California.
Con una emoción y orgullo, que se desborda a cientos de kilómetros de distancia, el director de la orquesta asegura que tanto él, como todos los miembros de la banda, desfilarán con mucha satisfacción los 12 kilómetros que forman parte del recorrido del tradicional parade.
La razón de ello no solo será por ser los representantes de Latinoamérica en la actividad, sino que cada uno de sus pasos serán inolvidables huellas del arduo trabajo que han desarrollado, de manera oficial, desde el 2008.
“Para mí es un orgullo decir que la Banda Municipal de Acosta es el resultado de un trabajo de voluntariado de cada uno de sus integrantes. Quienes están aquí, lo hacen por amor a la música y a nuestras tradiciones, no por alguna remuneración económica. Esos son los valores que promovemos desde nuestros inicios”, dijo López.
Son precisamente los valores de solidaridad, compañerismo y superación los que los llevaron a cumplir otro de sus más grandes retos: que los 246 integrantes de la banda tuvieran la oportunidad de participar en el Desfile de las Rosas.
Para ello, recurrieron a todo tipo de estrategias: rifas, venta de tamales, bingos, carreras deportivas, tocar puertas en busca de patrocinadores y contar con el apoyo de los ciudadanos.
La meta de recaudar ¢270 millones, para tan solo lograr montar en seis vuelos a todo el equipo y organizar toda la logística en California, parecía complicada de cumplir. Sin embargo, resultó un poco más fácil gracias al apoyo de instituciones como Coopealianza y el Instituto Nacional de Seguros (INS).
“Allí comenzó otra historia, juntar el dinero para lo que serían los trajes de gala, coordinar el maquillaje y peinado para el día del desfile. En fin, esos pequeños detalles, que poco a poco se resolvieron, nos permiten sentirnos un poco más tranquilos”, afirmó el director.
Es imposible negar que el nerviosismo, la ansiedad y la emoción se respira en cada rincón del hotel que se ha convertido en su centro de operaciones. Para controlar un poco estos sentimientos, los directores han tomado la decisión de que la banda aproveche las horas para conocer la ciudad, ir de compras o “practicar el inglés”, como dijo entre risas López.
Los días fuertes de ensayo fueron el 27 y 28 de diciembre, que sirvieron de preparación para lo que fue su actuación del sábado en el Bandfest, en el Robinson Stadium.
“Nuestra actuación fue una de las más aplaudidas por el público, además de que funcionó como una especie de preparación para los chicos y a lo que se enfrentarán en el desfile”, expresó entusiasmado el director.
Ahora no queda más que esperar que la Banda Municipal de Acosta recorra este 1° de enero las calles de Pasadena, acompañados por el orgullo de los costarricenses de ver representada su esencia en ellos.