Cuando Beyoncé habla, millones escuchan y comentan. El sábado por la noche, la estadounidense tenía planeado el estreno de una película en HBO y lo único que se sabía era que se llamaba Lemonade .
Mientras terminaba la transmisión, un disco de 12 canciones con el mismo nombre apareció en Tidal, servicio de música del que ella es dueña junto con su esposo, el rapero Jay Z.
Para entonces, la producción audiovisual, que combinaba nuevas canciones y escenas actuadas, ya había revelado un par de secretos acerca de su vida privada; de esta forma, cada medio de música y farándula no hablara de otra cosa.
En Lemonade, Beyoncé ofrece una expresión artística, rítmica, visual y emocional de las infidelidades de su marido.
Silencio. No es la primera vez que un disco de Beyoncé captura como un imán toda la atención mediática. En diciembre del 2013, publicó sin ningún tipo de anuncio un disco entero en iTunes, titulado Beyoncé.
El disco vendió en su primer día 365.000 copias y debutó en el primer lugar de Billboard. La producción de 14 canciones y 17 videos se convirtió en una obra de culto.
Ese trabajo fue acompañado de una casi nula presencia mediática. Beyoncé apareció en los premios MTV para esparcir en 10 minutos su disco del 2013, pero dijo muy poco fuera de sus canciones.
En setiembre del 2015, Beyoncé apareció en la portada de la revista Vogue, pero una vez más optó por el silencio. Las fotografías no fueron acompañadas por una entrevista.
Lo mismo en su cuenta de Instagram, en la cual publica imágenes sin explicaciones y muchas veces, atrasadas.
La artista nunca ha querido referirse a su día a día, siempre se le ha visto dueña de lo que calla. En medio de tanto misterio, apareció Lemonade.
Escándalo. En Lemonade Beyoncé expone su vida y sus ideas; todo bajo sus propios términos. El filme, estrenado por HBO el sábado, contiene extractos de las canciones y escenas que acompañan las declaraciones de la estrella.
Su voz aparece en medio de las 12 piezas, explicando, por medio de la poesía de la somalí Warsan Shire y en frases propias, su proceso para lidiar con el dolor.
Más que un pedazo de su biografía, Beyoncé ofrece un vía crucis, un espectáculo actuado dividido por capítulos en que se cuenta su recorrido, desde la negación, la ira, la repartición de culpas, hasta llegar al perdón.
En una de las primeras escenas, Beyoncé se sumerge con las palmas unidas dentro de una habitación victoriana inundada, buscando paz.
Durante la canción 6 Inch, aparece vestida con un traje típico sureño, con un incendio a sus espaldas. Si las llamas en el filme muestran su sed de venganza, el agua en el que ella se sumerge varias veces, representa la búsqueda de la redención, que alcanza en la poderosa balada Sandcastles .
Lo que no se canta, pero sí es evidente en la película, es que la salvación está en la unión con sus hermanas, otras mujeres.
Aparecen, en distintas escenas, la tenista Serena Williams, las gemelas del grupo Ibeyi y las actrices Amandla Stenberg y Zendaya; todas mujeres negras, todas compartiendo el momento con Beyoncé.
Los rostros masculinos escasean en el filme, pero eventualmente Jay Z aparece en una escena de reconciliación.
Colaboraciones. Los videos que conforman este largometraje fueron dirigidos por Kahlil Joseph, Melina Matsoukas, Todd Tourso, Dikayl Rimmasch, Jonas Akerlund, Mark Romanek y, por supuesto, Beyoncé.
En Lemonade hay canciones de hip-hop (como Sorry , en la que declara que no le importa estar “exponiéndose”), baladas y hasta country en Daddy Lessons, acerca de su relación con su padre.
El disco tiene las colaboraciones musicales de Kendrick Lamar Jack White, The Weeknd, James Blake, Diplo, talentos que iniciaron en el indie y ahora –al igual que ella– son pesos pesados en la industria de la música.
“Si vamos a curarnos, dejemos que sea glorioso”, dice Beyoncé casi al final de la película, como quien habla sabiendo que le será fácil sacar lo grandioso del dolor. Entre tanta grandeza, es fácil entender por qué le llaman la reina.