Cuarto entre seis hermanos, de padre y madre cuello azul, aquel engendro de Birmingham honraría su deuda de natalicio con creces... Así, para cuando su pichel iluminó las pantallas de MTV en el 2002, John Michael Osbourne era el sueño mojado de cualquier campaña antidrogas... más de 30 años de abuso lo expusieron frente a millones como el bufón por excelencia de los reality shows , que entonces se encontraban en su apogeo.
Para ese rebaño luminoso en el que habitan quienes no escuchan metal, no era más que aquel “abuelo tostado” era una celebridad del nuevo milenio. Sin embargo, para cuando se emitió el primer capítulo de The Osbournes, John tenía casi 50 años de responder al apodo de Ozzy y más de 100 millones de discos vendidos a su haber: la mitad con Black Sabbath y la mitad por su cuenta... ¿Sabe cuántos íconos del metal se han dado el gusto de sacarle el dedo de esa manera a la banda de la cual fueron despedidos? Uno solo: el príncipe de las tinieblas.
La ironía es evidente, aquel hombre que había hecho una carrera a partir de melodías siniestras y letras de ultratumba de pronto aparecía en la pantalla de nuestro televisor como el más cantiflesco padre de familia; sacando bolsas de la basura de su casa, peleando con diminutos y ridículos perros y pidiéndole a sus dos hijos que le repitieran cada frase porque se estaba quedando sordo y no podía seguirles el ritmo a todo lo que decían.
La fórmula fue un hit; entre los años 2002 y 2005 se emitieron 52 episodios y The Osbournes se convirtió en el más exitoso programa en la historia de MTV. ¿Puede imaginar la ironía? En medio de tanta telebasura que había secuestrado la frecuencia del canal otrora dedicado a la música... fue precisamente un reality de un músico el que destacó por encima de todos.
Antes y después de ella
La serie introdujo al mundo al matrimonio Osbourne y a dos de sus hijos (Kelly y Jack; Aimee, la mayor, prefirió no formar parte del circo). La audiencia se enamoró de Sharon, la esposa de Ozzy (hoy día conocida por su trabajo como jueza para The X Factor y America's Got Talent ), quien quedó expuesta como el motor y centro del muy disfuncional hogar. Es por eso que a nadie sorprende que Ozzy la señale como la principal responsable de que él, todavía hoy, y contra todo pronóstico, siga vivo. Fue precisamente Sharon quien lo rescató del olvido y la ruina cuando Black Sabbath lo obligó a salir de la banda en 1979, tras una década de éxito, lujos, y sobre todo, excesos.
Fue una época oscura, Ozzy no estaba listo para dejar ir sus sueños. Tomó el dinero que tenía a mano, compró todo el alcohol y todas las drogas que pudo y se encerró en un apartamento durante tres meses. En el documental God Bless Ozzy Osbourne (2011), Sharon recuerda: “Su autoestima estaba por el piso, no tenía ninguna confianza. Entrabas al cuarto y lo encontrabas tirado en el piso, cubierto en orines, rodeado de botellas de cerveza y toda la parafernalia de consumo de drogas posible.. ¿qué podía ser más triste que eso? Su dignidad, acabada”.
Dispuesta a rescatarlo de las cenizas, Sharon (hija de Don Arden, mánager de Black Sabath) decidió tomar el puesto de su padre y encargarse de la carrera de Ozzy. “Yo sabía que él tenía un talento inmenso y que podría hacer un gran regreso, solo era cuestión de encontrar los músicos correctos”. Y los encontró. En 1980 Ozzy presentó Blizzard of Ozz y en 1981 Diary of a Madman ... en cuestión de meses había recuperado su condición de superestrella.
Para agosto de 1980 Ozzy y Sharon ya habían iniciado una relación amorosa que no podría consolidarse hasta 1982, una vez que Ozzy se divorció de su primera esposa (Thelma Riley, con quien tuvo dos hijos: Jessica y Louis). Sí, Ozzy no es el mejor ejemplo de marido fiel y mucho menos de buen padre: basta con escuchar los testimoniales de todos sus hijos en el ya aludido documental. Pasar de una familia a otra solo empeoró su impericia paterna y de ninguna manera lo alejó de su ya infame adicción al alcohol y la cocaína, que más bien tomó más fuerza que nunca.
Sharon, santa entre las santas, atribuye la fiesta demencial que vivió Ozzy en los ochentas a sus “pérdidas”. Osbourne perdió a su banda, perdió a su primera esposa, perdió a sus primeros hijos... y perdió a su nuevo hermano: Randy Rhoads. Con solo 25 años, el guitarrista prodigio y responsable directo del exitoso retorno de Ozzy murió en 1982 en un absurdo accidente mientras la banda se encontraba de gira. “Todo iba y venía para él, pensaba que él también se iría en cualquier momento así que decidió acostarse con todo lo que se moviera y olerse todo lo que pudiera”, recuerda Sharon.
Fue precisamente durante los ochentas que Ozzy acaparó los titulares a partir de incidentes absurdos como morder cabezas de murciélagos y palomas y orinar monumentos históricos. Todo, por supuesto, lo atribuye a la fiesta en la que vivía. “Puedo decir con honestidad que todo lo malo que me ha pasado es consecuencia directa de las drogas y el licor. Sé que estoy loco, pero no para tanto”. Tal era la intensidad de Osbourne que llegó a espantar a Tomy Lee (Motley Crue) tras un improbable episodio escatológico en 1985. Y estamos hablando de Tomy Lee...
Aquella espiral de abusos y violencia lo llevó incluso a atentar contra la vida de Sharon en 1989, episodio tras el cual terminó en la cárcel. Hoy día Ozzy dice solo recordar el momento en que despertó en la celda. Sharon, una vez más, lo perdonó. No presentó cargos y lo recibió de vuelta luego de que Ozzy se comprometió a tres meses de rehabilitación.
La constante, desde entonces, fue la misma: hasta que el cuerpo aguante. En una entrevista con TEDMED ofrecida en el 2010 Sharon dijo que Ozzy es un individuo fascinante para el estudio científico... “He escuchado que al final del mundo solo quedarán las cucarachas, Ozzy y Keith Richards, ¡el vivirá más que todos nosotros! Siempre me ha fascinado cómo su cuerpo puede aguantar tanto y todavía sigue operando”.
Con casi 60 años Ozzy finalmente dejó el licor y las drogas solo para recaer una vez más en 2012... entonces sí, tras más de tres décadas de aguantar y sostener el chinamo contra viento y marea, Sharon amenazó seriamente con el divorcio. Ese fue el susto necesario para que el hombre se volviera a reformar.
A solo meses del lanzamiento discográfico más esperado de su vida (¡el regreso con Black Sabbath!) Ozzy publicó en abril pasado un emotivo mensaje en Facebook anunciando que ya estaba rehabilitado y que ofrecía sus disculpas a su familia, sus amigos, sus fanáticos y sus compañeros de banda.
Un mes después Sharon habló con Usa Today y dijo: “Ya sabes, los milagros pasan todo el tiempo y el ha pasado de odiarse a sí mismo y estar en un lugar de desesperanza a ser un esposo y padre responsable y es una maravilla ver eso. Estoy orgullosa de él. Es un gran ejemplo para mucha gente”. No puede evitar uno reírse con la frase, especialmente tomando en cuenta una del propio Ozzy en la referida entrevista con TEDMED : “Hice un buen trabajo tratando de matarme por muchos años”.
Tal vez sí es cierto, Ozzy es inmortal y nos sobrevivirá a todos. Si eso llega a pasar, solo queda pedir que en el infierno nos reciba la discografía de Black Sabbath y no una maratón del programa The Osbournes.