Este sábado, toda la música estaba en el Tajo del Parque Diversiones. Una treintena de bandas se preparaba para deleitar y poner a bailar a miles de espectadores, congregados para el Festival Grito Latino.
Si por meses la plataforma musical había ido preparando a los melómanos para abundantes sorpresas, lo cierto es que las tres tarimas reunidas en La Uruca ofrecieron una envolvente experiencia. Aunque con retrasos notorios y pausas prolongadas –a pesar de los escenarios simultáneos, el festival mantuvo su ritmo por más de 10 horas, desde su inicio antes de mediodía hasta su enérgico cierre con los Fabulosos Cadillacs.
Desde el inicio
La banda tica Café Surá dio el pistoletazo de salida del Grito Latino, que abrió sus puertas a las 11 a. m.Bajo el caliente sol del mediodía, al menos una cien personas se reunieron al frente de las tres tarimas para disfrutar de la música al ritmo del reggae fusión dictado por el vocalista y bajista Alonso Zamora.
El público escaseaba, pero no las ganas. Por su parte, los mexicanos de Fanko inauguraron la tarima de música alternativa, y la banda tica Disidente abrió el tercer escenario, este dedicado exclusivamente al rock.
A como hay variedad en los sonidos, este festival también ofreció un amplio menú para satisfacer hasta al más exigente de los paladares. Además, se encontraron comodidades como baños y Wi-Fi. Incluso se abrió un puesto de Región Central Gaming para los que se quieran echar una partida de FIFA o Mortal Kombat mientras esperan el turno de su banda favorita.“Todos somos libres de caminar por cualquier parte del mundo, ningún muro nos pueda superar” gritó Tibu Santillanes, vocalista del conjunto mexicano Fanko. Esa fue una agradable sorpresa de este festival, probablemente los mexicanos regresarán a su país con una fila de seguidores más robusta.
“Sabemos que el calor está fuerte, pero que rico es el reggae”, bromeó el cantante Esteban Chavarría antes que la banda nacional Un Rojo empezará a complacer al público con un repaso de sus piezas.
El día continuó con los nicaragüenses de Leche Burra, quienes plasmaron su identidad Ska, sobre la tarima principal. Esta banda dio un repaso por sus canciones más destacadas como Goma y Azul y Blanco; en esta última el cantante Erwin Costa sacó una bandera de Nicaragua para ondearla con mucho orgullo.
“Nosotros aquí estamos representando un producto musical que no solo engloba a Nicaragua, sino a toda Centroamérica, porque todos somos hermanos”, comentó con mucho cariño el cantante pinolero.
El punto de quiebre lo marcó República Fortuna que se robó todos los aplausos y sacó al público del letargo del almuerzo. Fue tanta la emoción por el conjunto tico que las otras dos tarimas quedaron practicamente vacías.
Mala suerte para los muchachos mexicanos de Pressive y el panameño Carlos Méndez.La multitud bailaba al ritmo que marcaron, la trompeta y el saxofón. Sin lugar a dudas el vocalista, David Espinoza es toda una autoridad en el escenario. El espectáculo prosiguió con Los Cuchillos, un grupo que destaca por su música que le rinde tributo a la música surf de los setenta.
La tarde calentó
Con el sol mucho menos pesado de lo que estuvo en la mañana, el Tajo del Parque Diversiones fue recibiendo más y más público en el Festival Grito Latino.
En las tres tarimas había música constante algo que significó que los sonidos de los bandas en escena se traslaparan en algunas ocasiones. Sin embargo, cuando hay tanta músicaa la carta,la emoción de la audiencia puede pasar ese detalle por alto.
La primera parte de la tarde estuvo protagonizada por los nacionales de Ojo de Buey y La Gusana Ciega.
Ambas presentaciones se llevaron a cabo con buena afluencia de público.Para cuando los mexicanos de Allison y Afrobrothers tuvieron su participación, los nacionales de Garbanzos llegaron también a su espacio para llevar las emociones al límite. Los ticos no pasan de moda, calientan el ambiente, ponen a todos a bailar y por ellos se formó un slam como hace bastante tiempo no se veía.
Tras casi hora y media de sonido al mismo tiempo en las tres tarimas, hubo un espacio de silencio para que los nuevos grupos tomarán posición.Con la variedad que ofrece Grito Latino llegó el turno para Akasha con su rock frente a un público más reducido que el que estaba al mismo tiempo frente a los colombianos de Doctor Krápula.
Aunque es obvio que cada persona tiene predilección por una u otra banda o sus géneros, fue realmente lamentable no tener la oportunidad de escuchar bien las presentaciones.Tal vez fue porque el espectáculo comenzó en la mañana con un retraso de media hora y porque en los cambios de grupos se gastaba mucho tiempo, pero los espacios en silencio eran amplios desperdiciando así la oportunidad de que el público recibiera dosis de música constante.
Para la noche, cuando comenzó a tocar la banda tica Mentados, no más tuvo chance de interpretar una canción en solitario ya que casi al mismo tiempo salieron a escena Los Caligaris.Los argentinos pusieron un toque lúdico al espectáculo cuando entraron con globos al escenario para montar un circo enérgico de ska. Casi al unísono también estaba arrancando en la tercera tarima Diamante Eléctrico (Colombia).
La fiesta que armó Caligaris en escena no podía quedarse sin invitados, así que a la tarima subieron Geova, de El Guato, República Fortuna y Doctor Krápula para sumarse al bailongo que había tanto en tarima como entre el multitudinario público que apreciaba este bonito momento.Con la noche ya a cuestas, los muchachos de Entrelíneas tuvieron un poco más de buena suerte ya que tocaron en solitario mientras en la tarima de al lado se preparaba todo para recibir a Los Pericos.
El set de los nacionales fue muy aplaudido, aunque por poca gente ya que la masa de público seguía intacta frente al escenario principal que iba a recibir a Los Fabulosos Cadillacs en el cierre de este festival que ya llevaba nueve horas continuas de fiesta. Algo parecido sucedió con Sr. Loop, que se presentó ante una menor cantidad de audiencia.
Sin embargo, el calor que emitieron con su música se sintió a flor de piel. Uno de los momentos más esperados llegó de la mano de Los Pericos. Veteranos de la música latina y con una carga de exitos, la agrupación argentina supo a la perfección como echarse a la bolsa al Grito Latino.
Difícilmente hubo alguien que se quedara quedito con Parate y mira, uno de los momentos más fuertes de su presentación. Para cerrar la extensa jornada, otros experimentados subieron a la primera tarima.Jumbo llegó con su rock desde Monterrey a explicar con sus piezas el por qué de sus años en la escena.
Finalmente, con música de la saga de James Bond, los Cadillacs les metieron suspenso a su ingreso a la tarima. El león, con toda su potencia, fue la elegida para abrir el concierto, que pronto empezó a prodigar clásicos como Mi novia cayó en un pozo ciego.
De todo un día escuchando buenas, nuevas y viejas bandas en un mismo lugar, a pesar de ciertos temas de organización, podemos decir que la cultura latina tuvo uno de sus días más brillantes. Grito Latino fue una gran oportunidad de conocer, compartir, bailar y disfrutar a más no poder con el arte que une mentes y corazones.