En Palmares fue una pesadilla, en La Sabana un sueño.
Entre birras, gritos y muchos ebrios, hace varios años la banda mexicana Camila debutó así en las famosas fiestas de enero.
“Fue un desastre. No son buenos recuerdos. Ni en nuestros mejores sueños hubiéramos pensado volver a Costa Rica”, dijo Mario Domm en sus primeras palabras en tarima.
¡Pero regresaron, por partida doble y de qué manera!. El sábado por la noche el Estadio Nacional se rindió a sus pies, en lo que significó la segunda visita de la banda después de aquellos ingratos acontecimientos.
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A las 8 p. m – luego de que el público calentara gargantas con la buena participación de Xiomara y Miguel Tijerino–, Camila finalmente saltó a escena.
Vestido de negro y al pie de su inseparable piano, Domm arrancó las primeras ovaciones de la noche interpretando Tú , Todo cambió y De Venus.
Se trató de un poderoso prólogo de canciones que hicieron vibrar al público desde los primeros minutos de concierto.
No olvidemos mencionar a Pablo Hurtado, que con su guitarra al hombro lució como siempre: tímido, pero bestialmente talentoso con las cuerdas de su querido instrumento.
Ese dúo era Camila, que con su Elypse World Tour venía dispuesto a robarse la noche.
“¡Pura vida Costa Rica!”, gritó Domm con energía.
De inmediato y en tempranera confianza, Mario se atrevió a preguntar dos cosas: –”¿Les gusta la música?”–, fue el primer cuestionamiento de la velada. El segundo, en cambio, era un tanto retador, –¿porqué están sentados?”–.
Así Domm inició un afable diálogo con la fanaticada, el que no se terminaría hasta el último suspiro del romántico ‘chivo’.
Con el apoyo de cuatro violinistas, una pantalla con impactantes animaciones y un coro que más tarde tendría una inusual participación en el show, Camila continuó el espectáculo con piezas tan conocidas como Perdón, Abrázame, Decidiste dejarme y Entre tus alas.
La piezas anteriores, de evidentes tonos melancólicos, contrastaron con Tu tiempo ya se fue, una de las canciones más movidas de la agrupación mexicana .
De esta manera, aprovechando el ritmo de los acordes, Domm se levantó de la silla y dejó su piano por primera vez.
“¡Arriba chicos!”, esbozó el cantante mientras recorría el escenario de un lado a otro. La fiesta en la La Sabana había calentado.
La canción Yo quiero continuó con la acelerada y pegajosa onda rítmica, esta vez con la ayuda del corista Shelly Holmes.
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“No es Kalimba”, advirtió entre bromas Domm, ya que Holmes tiene un look y tono de voz muy parecido al del intérprete de Solo déjate amar.
El chico Holmes se mostró muy carismático, se movía bien y cantaba mejor. La gente lo amó.
Detalle. Uno de los momentos más especiales de la noche llegó con Aléjate de mí , una de sus canciones más populares.
Domm insistió para que todo el mundo prendiera su celular e iluminara el estadio con sus pequeñas pantallas.
Se veía muy bonita la joya de la Sabana, pero más que eso preparó el ambiente para uno de los coros más potentes que se han escuchado en ese aforo.
La estrofa –“Aléjate de mí amor, yo sé que aún estás a tiempo, no soy quien en verdad parezco...”, retumbó en La Sabana, al punto de poner la piel de gallina y provocar lágrimas en algunas seguidoras.
Medio estadio, literalmente, cantó esa canción ¡a todo pulmón y muy bien entonados!.
Epílogo. Antes de que la llama de Camila se apagara en La Sabana, la agrupación azteca quiso hacer un recopilatorio de canciones muy especiales para ellos.
Piezas como Volverte amar –que interpreta Alejandra Guzmán– y Equivocada –cantada por Thalía–, fueron compuestas por Domm y por eso tuvieron su espacio privilegiado en el concierto.
Para su ejecución, Holmes regresó a los primeros planos del show , pero esta vez acompañado de Carola Rosas y Alex Serhan, los demás coristas de la banda.
Durante al menos 25 minutos, este trío y Domm tuvieron su propio ‘chivo’, dentro del ‘chivo’.
Temas como Coleccionista de canciones y De mi , terminaron por encender la locura. Ambas composiciones abrieron paso al éxtasis final.
Un solo de violín, luces bajas y la frase “eres todo lo que pedía”, nos ponían de frente con el éxito romántico Solo para tí.
Lo demás fue solo dejarse llevar. Tomados de las manos, en entrega y satisfacción total, a la fanaticada no le importó volver a cantar Mientes y Todo cambió , piezas con que Camila abrió y cerró el lucido concierto.
Ya Camila, definitivamente, no tendrá malos recuerdos de Costa Rica.