Camilo saltó al escenario, literalmente, y miles de personas que se juntaron la noche de este sábado 22 de abril en Parque Viva para cantar con él, se derritieron de amor, un amor bien correspondido.
Vestido de blanco y descalzo, como para sentir mejor lo que tocan sus pies, el colombiano se entregó en alma y corazón a esas miles de personas a las que cariñosamente llama su Tribu. Y la Tribu le respondió.
Esta es la segunda vez que Camilo visita Costa Rica. Como recordó en una de sus muchas intervenciones en el escenario, esta ocasión dista mucho de aquel 2019 cuando vino a promocionar sus canciones en el país y, si acaso, había 14 personas que lo acompañaron. Ahora más de 20.000 personas lo amaron con todo su corazón.
La música de Camilo va más allá de letras románticas, de algunas dedicadas al despecho y otras tantas cantadas a la alegría. Es una combinación entre buena vibra (buenísima) y un carisma excepcional que el cantautor tiene. Toda esa energía positiva que muestra la transforma en canciones que calan profundo.
Esa buena vibra, esa magia y esa energía positiva que tiene el colombiano se sintieron a flor de piel durante el concierto.
Con un viaje especial por géneros muy distintos como la bachata, las canciones al estilo regional mexicano, el pop, la balada y lo urbano, Camilo recorrió sus éxitos acompañado por un coro que, curiosamente, estaba compuesto por voces infantiles en su mayoría.
Precisamente, esa es una de las cualidades que tiene la música de este colombiano: su mensaje, aunque en algunos casos habla de relaciones amorosas, cautiva a los niños, que lo cantan a todo pulmón.
Energía
La primera canción que interpretó Camilo fue Kesi, pieza enérgica y divertida, así como el artista.
En escena, los juegos de luces de colores, así como la banda formada por bajo, batería, guitarras y teclado, formaron una fiesta que contagió a todos.
Entre canción y canción, Camilo, quien llegó a Costa Rica acompañado por su esposa Evaluna Montaner y por su pequeña hija Índigo, disfrutaba cada espacio de su concierto.
Saltó, bailó, gritó, sonrió, se acomodó el bigote y siempre agradeció. “La única cosa que no le advierten a uno apenas llega es que hubiera traído más maletas para quedarse”, dijo Camilo.
“Este es el testimonio de lo grande que es la Tribu, de lo grande que son ustedes y de lo grande que es Dios”, agregó.
Y así siguió Camilo, en una pura fiesta en complicidad con el público que lo adora, principalmente ese montón de niños y niñas que, acompañados por sus papás o sus tíos o sus hermanos mayores, gozaron al máximo de una fiesta que fue apta para todos.
Evaluna, su gran amor
El viaje musical siguió por muchos éxitos, con una combinación de momentos de éxtasis y otros más personales. Ropa cara, Favorito, Pesadilla y La mitad fueron parte del repertorio que interpretó el artista.
Uno de los momentos más importantes de la noche fue cuando su esposa Evaluna apareció en escena para acompañarlo a cantar. De todos es sabido que la relación entre Camilo y Evaluna está llena siempre de mucha miel, de corazoncitos brillando, de mariposas en el estómago y así fue como la demostraron en el escenario de Parque Viva.
Camilo presentó al amor de su vida, a la madre de su hija, con gran orgullo y ella, como buena Montaner, también desplegó su talento en compañía de su marido. Juntos cantaron Por primera vez y Machu Picchu.
Después de cantar, Camilose deshizo en elogios hacia su esposa. Ella saludó a Costa Rica con un “Pura vida”.
Después del dulce derroche, que también fue parte de las emociones que el público disfrutó, el baile y la música siguieron.
Digámoslo a lo tico: Camilo es un mae tuanis y así lo dejó claro durante su show. Bajó de la tarima para estar más cerca de su público e hizo imágenes al estilo selfi mientras cantaba en medio de su público.
Es tanta la adrenalina que emana del cantante, que su concierto fue como una metralleta: risas, canciones, baile, saltos... La energía nunca cayó, por el contrario entre más tiempo pasaba, más arriba estaba.
La música siguió con No te vayas, Millones, Tattoo y la riquísima Tutu, la cual tuvo una reinterpretación de reggae mucho más suave de la que interpretó junto a Pedro Capó.
Camilo dejó en claro que Costa Rica es uno de sus lugares seguros. Esta es la primera vez que el colombiano canta en un concierto masivo en nuestro país y la fidelidad del tan variado público que lo acompañó fue una prueba clara de que en estos últimos cuatro años su Tribu tica creció, creció y creció.
Camilo le habló a su Tribu y le dijo que no había nadie como ellos, le afirmó que siempre deben de sentirse orgullosos por eso.
Después se dirigió a los niños: “Sé que muchos están viviendo el primer concierto de sus vidas y estoy seguro de que esta noche va a quedar guardada en su memoria para siempre. Espero insertar una memoria para que la guarden toda la vida: que alguien los miró a los ojos y les dijo que no hay nadie como ustedes, que vale la pena ser lo que son sin disfrazarlo”.
En el cierre del show, Camilo salió un momento de escena, pero su público no iba a permitir que se fuera sin cantar algunas de sus canciones más importantes.
Cuando regresó, el artista le contó a sus seguidores qué lo inspiró a escribir la intensa 5:24 y guitarra en mano, cubierto por una luz de color azul, la cantó. De seguido llegó Desconocidos, ese tema que se hizo famoso junto a sus cuñados Mau y Ricky y Manuel Turizo al ritmo urbano; también sonó en una versión acústica.
Además, sorprendió con la divertida y a la vez romántica Alaska, que grabó junto a Grupo Firme.
Para decir adiós y culminar por todo lo alto con una noche de muchos amores y diversión, Camilo interpretó El mismo aire. También le dedicó el gran cierre al amor que siente por su bebé, así llegó Pegao y para terminar con mucha emoción, Evaluna volvió a la tarima para acompañarlo a cantar Índigo.