Hanna y Ashley comenzaron a cantar cuando eran muy pequeñas. Sus voces se empezaron a escuchar en el coro de la iglesia de su comunidad pero, por gracia del destino, este domingo sonaron frente a más de 9.000 personas que se reunieron para corear con ellas, como Ha*Ash, en el Anfiteatro Coca-Cola del Parque Viva.
No solo por el hecho de ser hermanas, de amarse con todo su corazón o por haber compartido habitación durante su niñez y adolescencia es que son inseparables; también porque artísticamente se conjugan a la perfección y así lo demostraron anoche en su recital.
La voz tan particular de Ashley se completa con los notables talentos musicales de Hanna, ambas se saben inseparables y que la una sin la otra no sería igual. Las dos, definitivamente, están llenas de energía, carisma, talento: mientras una toma la guitarra la otra toca la armónica; cuando la menor canta, la mayor baila. ¡Qué complicidad!
Su presentación en Costa Rica obedece –como ellas mismas comentaron– a saldar una deuda que tenían tras haber cantado de forma breve en el país en años anteriores. Esta es la primera presentación en grande de las mexicanas acá y vaya que supieron pagar lo que debían y, para ganancia de ellas, su público fiel les respondió con asistencia y euforia desde el principio hasta el fin del recital.
Este concierto es parte de la gira Primera fila , que las artistas han realizado por varias ciudades de América Latina, siempre con éxito.
El Parque Viva, desde la tarde, se vio abarrotado por un público muy variado: desde niñas de aproximadamente cinco años, hasta adultos mayores; todos emocionados por igual con la oportunidad de escuchar las piezas de amor y de desamor de las hermanas, claro que los más pequeños bien pudieron dejarse encantar solo con la energía de Ha*Ash en el escenario.
Grandes. Si hay dos palabras para describir este show , esas son emocionante e intenso.
Y qué mejor ejemplo que las pieles erizadas al ver que un fanático se coló en el escenario (gran hazaña, dicho sea de paso, porque la tarima del anfiteatro está muy alta), para cantar con Hanna y Ashley Ayúdame con eso . El afortunado y romántico fan les regaló una rosa a cada una; el resultado: abrazo, beso y hasta un piropo por parte de Hanna.
Siguiendo con una línea de emotividad, Ha*Ash y su carisma hechizaron a su fanaticada con constantes intervenciones con la audiencia; eso bastó para que a muchos se les saliera más de un grito ensordecedor apoyando las palabras que las muchachas comentaban antes de cada canción.
Desde que tuvieron su primer contacto con Costa Rica, mientras cantaban a contraluz detrás de una sutil tela blanca, hasta cuando cantaron sus grandes éxitos como Lo aprendí de ti , Ex de verdad y Te dejo en libertad ; la adrenalina tanto en el escenario como en el aforo estuvo al máximo. Ellas saben bien cómo hacer que el dolor por un amor perdido pueda sonar a despecho y hasta a alegría con tonos de country , género que fue su primer amor.
Las hermanas Pérez Mosa, fueron cerrando, poco a poco, su presentación conforme avanzó la noche, mas las energías no bajaban de tono.
Por el contrario, aunque la despedida tenía que llegar, las artistas más bien hicieron más guiños para no dejar descansar ni por un minuto a sus seguidores. Se saben queridas y ellas les devuelven, tanto a los niños como a los más grandes, detalles para demostrar su agradecimiento.
Así lo hizo Ashley cuando bajó del escenario para estar un poco más cerca de su público, y aunque en la gramilla las manos se levantaron con la esperanza de llamar la atención de la cantante, el hecho de que ella volvió a ver a lo lejos con una sonrisa, fue el premio perfecto.
Tampoco dejaron de lado una pizca de picardía y sensualidad en cada número artístico; sus bailes, la ropa y los mensajes seductores también estuvieron presentes para hacer las delicias de muchos que aplaudieron sus ocurrencias.
El cierre, definitivamente, estuvo a la altura de la presentación. Tras más de una hora de cantar, bailar y tocar instrumentos, Hanna y Ashley salieron un momento del escenario solo para enfundarse en camisetas de la Selección Nacional de Fútbol, para mostrar su admiración por el país. Puntazo para ellas y la producción. El adiós no pudo ser mejor... con Perdón, perdón y Estés donde estés ya estaba todo dicho: emoción, ilusión, amor, desamor, adrenalina y éxtasis en un solo concierto.