Chepe Rock estuvo diseñado para que no le importara el aguacero del sábado, a diferencia de la plaza de la Democracia. Para las 2 p. m., la lluvia golpeaba en lo más y lo mejor; el agua se desbordaba por los escalones del anfiteatro y se acumulaba en los charcos de barro frente a la tarima.
Quienes llegaron temprano y sin sombrilla se toparon con la peor de las suertes. Esos vieron a Still Dogs , Tan'Gente y Fuerza Dread en posición privilegiada sin apretujarse frente a la tarima pero, cuando cayó el baldazo, fue demasiado tarde: no tenían sombrillas y, vestidos con camisetas sin mangas, shorts y tenis de tela, el agua pronto los puso a titiritar de frío.
A un aguacero se le huye, pero ¿para qué huir si se quiere seguir la fiesta?
Alphabetics le tocó a un grupo que, empapado, se multiplicaba a cada minuto. Cuando La Milixia empezó a las 2:30 p. m., los vendedores ambulantes habían obrado su magia y una buena porción del público se tapaba con capas y sombrillas de ¢1.000.
La banda rindió homenaje a la banda mexicana Caifanes con un cover de Nubes ; más o menos en esa pieza, comenzó a calentar el mosh . Los oyentes empapados de lluvia y sudor se empujaban al ritmo frenético del ska punk .
El juego no aflojó la intensidad durante el concierto de Akasha . El grupo entró pasadas las 3:20 p. m. a inyectar el rock prometido por el festival. Como al momento había escampado, los muchachos del público se pusieron de mejor humor para seguir bailando y brincando frente a la tarima.
Ciertamente hubo peleas, pequeñas, que la Policía logró detectar a tiempo en la multitud. Según confirmó el jefe de la delegación del distrito de Catedral, Dimas Bustos, antes de las 6 p. m. habían escoltado fuera del anfiteatro a 15 personas debido a disturbios y consumo de drogas.
Los ojos de los 50 oficiales que vigilaron el festival, sin embargo, no detuvieron el consumo. De cuando en cuando, nubecillas de humo brotaban de la multitud y, al no haber revisión de bolsos, mientras tocaba Cocofunka, varios repartían, sin escándalo, sus botines de pachas de Cacique y de cervezas.
¿Cansados? Tras cuatro horas de pie, el vocalista de la banda Cocofunka, Javier Arce, sondeó el ánimo del público: “¿Están cansados? ¿Quieren sentir que es el último día de su vida?”.
La multitud, que para entonces ya se estaba secando con la brisa de la tarde y el calor de los cuerpos que bailaban, respondió al unísono con un no rotundo y comenzó a cantar con Arce la letra para Siente : “ Cae la lluvia, sobre tu pelo, sobre tu cara y sobre tus senos ”, muy apropiada después de tanta lluvia.
Cocofunka terminó su presentación con un coro feroz que se sabía de memoria Positivity . Antojados por la buena vibra del grupo, el público pidió otra, aunque los nacionales se marcharon del escenario para no volver.
Chepe Rock cumplió con las horas de presentación casi con exactitud. Los atrasos comenzaron con Los Caligaris, quienes entraron a escena a las 5:35 p. m. y volvieron loca a la multitud que ya no cabía en el espacio frente a la tarima.
Los argentinos agradecieron el calor del público y pidieron que todos, hombres y mujeres, se sacaran las “remeras” . No muchos lo hicieron, pero la banda logró que los que sí las agitaran en el aire, mientras ellos bailaban cortas y cómicas coreografías con sus pieles al aire.
A Los Caligaris también les pidieron otra pieza que sí fue concedida. La agrupación volvió a escena para tocar Tyson y despedirse de la gente entre aplausos.
El tiempo de Percance llegó pasadas las 6:30 p. m., y proyectaron en la pantalla de la tarima sus videos musicales y letras de sus canciones.
La banda invitó a subir a Giovanni Durán, cantante de El Guato y juntos interpretaron Te diré te quiero , mientras la audiencia aplaudía al músico.
Percance se tomó el tiempo para cambiarse las camisas y ponerse la chema de la Sele . Antes de tocar su canción Un solo sentimiento , Esteban Ramírez se refirió a los triunfos que alcanzó el equipo en el Mundial 2014: “Lo del año pasado ni Eduardo Li nos lo puede quitar”, dijo.
Chepe Rock cerró la noche con su mejor carta, la interpretación de los mexicanos Inspector , que subieron a las 7:45 p. m. a entretener un público que no daba asomos de cansancio.