En 1991, cuando Claroscuro daba sus primeros pasos, era difícil escuchar voces nacionales cantando desde el feminismo y reclamando derechos humanos. Aún más difícil que fuera un grupo de solo mujeres. Los prejuicios hacia estos temas continúan, pero si más artistas se han animado a alzar la voz es porque las integrantes de Claroscuro abrieron la senda.
“Le cantábamos a una sociedad que no discutía los problemas y no los visibilizaba en los medios, como pasa ahora. Cantábamos de participación política, sobre los salarios diferenciados y el aporte de la mujer en la sociedad. Fuimos retándonos a nosotros mismas para escribir esas canciones y generar consciencia en ese respecto”, recordó Ileana Alfaro Murillo, directora musical de Claroscuro.
Alfaro dice que Claroscuro es “un proyecto de retos”. El primer reto fue el de insertar debates políticos en canciones que la gente pudiera y quisiera cantar, hacer buenas canciones. El desafío incluía además tener los recursos económicos para grabar estas canciones, pues Claroscuro nunca fue un conjunto comercial.
El grupo tuvo una pausa entre el 2005 y el 2016 por cansancio y por la necesidad de concentrar esfuerzos en buscar carreras rentables, lejos de la música. Pero el arte siempre llama y si Claroscuro regresó fue para abrirle la puerta a los retos de la agrupación y sentarse a desmenuzarlos.
Ahora, sus integrantes quieren ir por más.
Ileana Alfaro Murillo (pianista), Ana Carter Fonseca (cantante), Ana Eduarte Ramírez (baterista y escritora de letras), Ana Castro (cantante y compositora), Mary Catherine Hayes (violín), Andrea Chinchilla Fernández (cellista y corista), Alejandra Acosta Sánchez (violín), María José Araya González (percusión) y Mariel Vargas Hernández (bajista), están listas para dar los siguientes pasos.
Las nueve integrantes de Claroscuro preparan un nuevo disco. Además, subieron sus tres producciones anteriores a plataformas digitales como Spotify: Desde adentro (1997), Diosatierra (1998) y Apamaneuk (2001), y tienen pendiente poner en línea los dos casetes con sus primeros temas, Sin territorios demarcados (1993) y De vuelta (1994).
Su música, poética y que varía de géneros desde rock y trova hasta ritmos bailables, recuerda por qué la agrupación es reconocida como pionera en el abordaje musical en el país de temáticas de derechos humanos. El tiempo ha pasado pero Claroscuro le presenta a una nueva generación mensajes que siguen vigentes.
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“La verdadera esencia histórica de Claroscuro en sí son sus temas, temas que marcaron un hito y que siguen siendo un hito en la historia musical del país. Abrimos brecha en temas de derechos humanos, derechos de las mujeres en Costa Rica y cuidado si no en la región, también”, comentó Ana Castro, vocalista y autora de varias de las letras.
Para repasar la historia de la agrupación, Viva conversó con sus integrantes sobre algunas de sus piezas más emblemáticas. La materia prima de todo músico son sus canciones y aunque Claroscuro ha sonado muy poco en las radios comerciales, tienen varios éxitos que su público pide, canta y disfruta.
Estas son las 7 canciones que hacen a Claroscuro ser Claroscuro.
Los primeros pasos
El inicio de Claroscuro fue una cuestión de azar. Ana Carter Fonseca fue invitada a una fiesta a interpretar canciones de trova y boleros de moda de aquel entonces. Le pidió a Ileana Alfaro que participara y ella aceptó, sugiriendo también a Ana Eduarte como percusionista. Juntas encontraron química no solo musical, sino ideológica.
“En 1991 el movimiento de mujeres estaba exacerbado, había varias organizaciones civiles, yo estuve en la colectiva 25 de noviembre: Mujeres por una vida sin violencia. La marcha de la no violencia contra la mujer no la inició una organización del Estado, sino nosotras (la colectiva), solitas, que cerramos la avenida Central y los carros, las motos y todo mundo querían mandarnos pal’ carajo”, recordó Eduarte.
Para la manifestación del 25 de noviembre de 1991 o 1992 –no lo precisa–, Eduarte escribió la que sería la primera canción de Claroscuro, titulada Mujer.
“Mujer fue la primera canción escrita con tinte feminista, y era dedicada a toda esa fuerza de protesta en las calles. Después le siguió Sin territorios demarcados, compuesta tras un congreso feminista en Nicaragua en 1992, una que nunca falta en nuestros conciertos.”, comentó la baterista y letrista.
En 1993, Claroscuro invitó a Ana Castro a cantar una pieza en un concierto y así fue como la vocalista se unió al grupo. A la fecha, ella ha escrito buena parte de las canciones de Claroscuro.
“Siempre fue la típica colegiala que tocaba guitarra y hacía sus cancioncitas y escuchar temas de Claroscuro fue encontrar lo que yo quería hacer. No sé nada de música pero aún así soy compositora de un porcentaje grande de los temas y hasta he ganado premio ACAM”, manifestó Castro.
Ella, junto a Ileana Alfaro, hace la música de los temas. Ana Eduarte se ha encargado principalmente de trabajar las letras del grupo, de darle forma a los conceptos.
Este equipo de trabajo pulió durante años sus canciones antes de grabar su primer disco compacto, Desde adentro, un álbum que inicia con el tema Soy.
“La canción inicia diciendo ‘Soy mujer libre nacida / de cualquier pecado redimida / por el esfuerzo de otra mujer / soy mujer’ creo que es un mensaje profundo y que desde niña me caló. El 8 de marzo o 25 de noviembre yo entregaba papelitos en la escuela con esa estrofa”, recuerda Mariel Vargas.
Vargas es una de las integrantes más jóvenes del grupo y de hecho fue alumna de piano de Ileana Alfaro. Con 7 años, Vargas asistió a la presentación del disco Desde adentro (1997) en el Teatro Nacional y quedó encantada con el grupo.
“Claroscuro es un grupo que a través de su música le pone voz a lo que muchas mujeres hemos querido decir por mucho tiempo, creo que es un mensaje fácil de entender y que genera inmediatamente una conexión porque la mayoría de mujeres hemos vivido un montón de situaciones similares”, explicó Vargas.
Ella estudió psicología y en esos años le organizó un homenaje al grupo, en el 2011. Cuando la banda se reintegró en el 2016, Vargas fue fichada como bajista. Ahora, afirma que ser parte de Claroscuro le dio el impulso que necesitaba para matricularse en una maestría en derechos humanos.
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Las canciones de Claroscuro también motivaron a Andrea Chinchilla y María José Araya a acercarse a la banda y terminar siendo parte de ella. Todo esto, por un repertorio claro y feminista.
El ascenso
La creación de canciones no es tarea fácil. Que lo diga Ana Castro, quien compara su proceso creativo con dar a luz.
“Vieras qué enredado es componer, es un placer orgásmico, pero también trae mucho dolor, todo tiene que calzar: música, letra, todo. Escribiendo una canción empiezo con un concepto, luego una música y una letra. Yo no duermo, no como, es un proceso muy intenso, casi como hacer una tesis. Un concepto tiene que ser expresado de una forma perfecta; es un parto, sola”, describió la cantante.
Los dolores de cabeza, por suerte, traen frutos memorables.
“Me gusta mucho Me hacen falta palabras, una canción de amor sano, de una pareja que se basa en el respeto, en donde ambas partes quieren ser parte de esto”, contó Ileana Alfaro. “Admiro mucho a mis compañeras por la poesía que le ponen a las canciones”.
Otro tema importante en su repertorio es Realidades, que fue grabado en el segundo álbum del grupo, Diosa Tierra (1998).
“Recuerdo cuando nos presentamos en el Teatro Nacional y mostramos Realidades que trata sobre el abuso sexual infantil. En aquel tiempo ese tema era un tabú y del concierto alguna gente salió diciendo que cómo nos atrevíamos a cantar eso, porque señalábamos que eso ocurría en el núcleo de la familia –un tío, un amigo– y eso incomodaba, a la gente le asustaba. Del público se oían los sollozos de personas que posiblemente tenía algún recuerdo fuerte”, recordó Alfaro.
Entre los temas de denuncia favoritos del grupo está De color injusto, uno con el que generalmente cierran los conciertos por su potente mensaje: “teñir de mujer este mundo”.
“Si tuviera que echar una canción en una cápsula para que quedara la esencia de Claroscuro guardada, sería esa”, comentó Ana Castro.
"La canción Fin del milenio fue un éxito en su momento, pero De color injusto ha perdurado porque levanta a la audiencia en el entendimiento de que este nuevo milenio, será de las mujeres o no será. Es una canción feminista y que ha representado la razón de ser de Claroscuro, es una letra espectacular, un arreglo y una música espectacular”, agregó la cantante.
Ana Eduarte afirmó que De color injusto es de sus favoritas porque la “envenena” al tocarla en conciertos: se mete en cada palabra, cada frase y cada acorde del tema y de seguro eso es lo mismo que sienten las audiencias al oírla.
Continuando con los hits, hay que hablar de Somos, un tema hermano de Soy, que propone que cada mujer tome las riendas de su propia vida y del mundo.
“Es de esas canciones que la gente canta a gritos, porque habla de la solidaridad y el amor entre las mujeres. Es valioso decir en voz alta ‘Somos la historia de este planeta’, precisamente porque la historia del planeta se escribió con pocos nombres de mujeres.”, subrayó Ana Castro.
Regreso
Si algo motivó el regreso de Claroscuro en el 2016 es que muchas de las temáticas que se discutían en sus canciones seguían vigentes.
“Casi 30 años después de que ellas iniciaron las temáticas siguen vigentes de muchas formas: los feminicidios, la vigencia contra la mujer, el tema de la contaminación, la migración, todo sigue sucediendo”, apuntó Mariel Vargas.
Una de sus canciones favoritas que viene en el disco Apamanuek (2001) es Del canto de mis alas, que “habla sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro propio cuerpo”, explicó su autora, Ana Castro.
“Ahora se habla montones de la norma técnica, pero hace 15 años la gente preguntaba, ¿pero usted qué está diciendo?”, afirmó Castro.
Para Vargas la pieza funciona como una forma de sacudirse de las fuerzas –institucionales, sociales, religiosas– que quieren decidir sobre los cuerpos de las mujeres. Ella recita de memoria uno de sus pasajes favoritos: ‘Y que ya jamás me impidan el derecho a decir / los destinos de este vientre/ que me pertenece a mí”, es decir que no me impongan leyes normas o moral", dijo.
Claroscuro se encuentra trabajando música nueva en el mismo tono. Castro cuenta que quiere incorporar los mensajes del movimiento Yo Te Creo y de Me Too en futuras composiciones.
Las integrantes más jóvenes, como Mariel Vargas piensan que es importante generar vínculos con la escena musical y extender la sororidad del grupo hacia fuera, hacia otras compañeras cantantes.
En tanto, Ana Eduarte cree que la celebración de los 30 años del grupo -en el 2021- podría ser un punto de quiebre para la agrupación. “Hay gente en el grupo hablando de pensión, y es lógico", contó.
"Lo que sí nos gustaría es que no se pierda el mensaje de Claroscuro, que el grupo continúe sin necesidad de que las fundadoras estemos ahí marcando la pauta, que haya una nueva generación. El mensaje sigue siendo necesario en la escena musical”, finalizó Eduarte.