Seis artistas que se encontraron por casualidad unieron sus talentos bajo la misión de promover a Costa Rica como destino turístico con la música como su principal herramienta.
Costa Rica Jam Sessions es un proyecto muy nuevo que nació con la consigna de promover el mensaje del Pura Vida con notas y letras al ritmo del reggae . Desde agosto, sus canciones originales se pueden disfrutar gracias a un proyecto digital que ellos mismos producen.
Realizan sesiones de música en diferentes localidades y las promueven en la página www. costaricajamsessions.com ; así como en su canal de YouTube y perfil de Facebook (ambos con el mismo nombre). Un miércoles cada dos semanas publican una nueva canción.
La primera temporada del programa está casi por alcanzar su final, el sétimo episodio se transmitirá el 25 de octubre y el octavo (final) será el 8 de noviembre. En esta temporada han utilizado como escenario un hotel en el sector de playa Herradura, en Jacó; para cerrar se fueron al hotel Surfing Hermosa para grabar.
La idea de realizar un trabajo digital que involucrara música con sentido fue del costarricense Marco Villalta, pero no había encontrado los artistas con quienes trabajarlo. Fueron el destino y la playa los culpables de la reunión. En Hermosa conoció a dos músicos venezolanos que él consideró eran los que andaba buscando para darle forma a la banda.
La multiculturalidad es la característica más llamativa de esta agrupación. En sus filas solo destaca la participación de dos costarricenses, pero esto no quiere decir que los demás integrantes no sientan un amor puro por nuestro país, su naturaleza y su gente.
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Villalta es el tico, es guitarrista y cantante del ensamble; a él lo acompañan Zaida Del Moral y su novio Nerluis Andradez quienes son de nacionalidad venezolana. Esta pareja tiene aproximadamente dos años de vivir en suelo tico y decidieron formar un hogar en Jacó.
Alexandra Jiménez y su novio Javier Martínez, también venezolanos, tienen menos tiempo en Costa Rica (poco menos de un año), pero de su boca solo salen hermosos comentarios por este país que los acogió y que ahora ve crecer a su hijo Ruthbens, de apenas dos meses.
El grupo lo completan el colombiano Luis Carlos Córdoba, quien se unió a Costa Rica Jam Sessions por la insistencia de Marco en tener al “mejor bajista de reggae de este país”, según comentó el propio Villalta y el productor Eduardo Córdoba.
Con las guitarras eléctrica y acústica, una batería, un bajo y las voces de las muchachas es como se desarrolla el proyecto musical.
“Personalmente, soy un apasionado de los proyectos digitales, siempre había tenido esta idea de hacer sesiones de música y grabarlas, más ahora que existen tantas facilidades de proyección. No había conocido a los músicos perfectos para redondear esta idea hasta que hace como cuatro meses Nerluis y Javier estaban tocando en Hermosa, me subieron a la tarima para acompañarlos y ahí empezó todo. Casualmente sus parejas cantan hermoso, así que se unieron; además, busqué a Luisca y, para cerrar, mi primo Eduardo es el camarógrafo; todo calzó perfecto en esta locura”, contó Villalta.
“Esto es una unión de culturas musicales, es un ensamble único y bonito precisamente por lo diferentes que somos. Acá estamos en la Pura Vida que nos ha recibido y queremos agradecerle a Costa Rica lo que nos ha dado”, agregó Javier.
Original. El formato de jam en la música es un encuentro improvisado, relajado. Así precisamente es como el grupo quiere mostrarlo en sus audiovisuales; sin embargo detrás de lo que se ve en la pantalla hay una preparación y planeamientos para que el producto final sea de calidad.
El proceso de las sesiones es algo complicado en la forma, mas no en el fondo.
Los integrantes concuerdan en que a la hora de reunirse para preparar el material musical les resulta muy sencillo porque todos tienen el mismo norte: que Costa Rica sea más reconocido y que la música tenga un mensaje positivo.
Un miércoles se reúnen para montar la pieza, ensayarla, hacerle cambios y arreglos. La siguiente semana van a la locación que escogieron para grabar y, después de la edición correspondiente, publican el programa. La letra la mayoría de las veces es obra de Villalta, la música es un aporte de todos en la agrupación.
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El escenario de la primera temporada fue Jacó y sus playas, pero solo Zaida y Nerluis viven en el lugar; los demás integrantes debieron de trasladarse hasta el lugar para las grabaciones, esto incurre obviamente en gastos y complicaciones, pero para ellos la satisfacción de llevar su mensaje paga más que cualquier cosa. Eso sí, no descartan la posibilidad de recibir ayuda de patrocinadores.
“Es un gran reto porque tenemos poco tiempo para definir los temas, pero la experiencia que hay en el grupo hace que las cosas sean más fáciles”, explicó Marco.
Nerluis comentó que los esfuerzos que han hecho se han visto recompensados por el apoyo de amigos o empresarios hoteleros que les han facilitado locaciones. “La idea es expandir las grabaciones e ir a tocar a todo Costa Rica. Queremos aportar a que muchísimas más personas conozcan que Costa Rica es un país bellísimo para visitar”, dijo.
Mensajes. El primer encuentro de Costa Rica Jam Sessions con las cámaras y después con las pantallas fue con la pieza Rumors of Wars .
“Nuestra primera sesión de jam es un grito de paz e igualdad. Cuando miramos lo que está sucediendo en el mundo de hoy no podemos dejar de pensar que debe haber una mejor manera”, esa es la carta de presentación del tema.
Después llegaron Life with Music , en ese video se ve perfectamente el vientre de Alexandra, la cantante, quien en ese momento estaba embarazada de Ruthbens.
“Pasamos a ser una familia, algunos nos conocemos desde más antes, pero con los que han llegado hemos creado una relación muy estrecha. Todos vamos aprendiendo de los otros. Ahora con el bebé hay una vibra diferente, él es parte de las sesiones, da dulzura y ternura. Nos gusta poder contar con algo tan bonito como lo es él. Desde que estaba en la barriga ya nos acompañaba”, recordó Zaida.
Las siguientes entregas fueron con Walking on the Moon , No Sunshine , All I Wanna Say y Burn Down Babylon.
En cada episodio hay dos cosas muy importantes: la primera es la recomendación de usar audífonos para que la experiencia sea envolvente y la segunda es que es hecho con amor desde Costa Rica.
“El concepto del reggae va de la mano con el mensaje. Lo que hacemos acarrea mucha responsabilidad porque mucha gente ve lo que tratamos de transmitir, lo que hagamos va a generar una respuesta en los demás. Es una responsabilidad que estamos aceptando felices y disfrutando de lo que hacemos”, comentó Alexandra.
“Las letras tienen un contenido fuerte. En el grupo hay una idea consolidada de que Costa Rica es un país bello para vivir así que es importante cultivarlo y cuidarlo. Tenemos algo que decir con responsabilidad, de eso se trata el arte”, concluyó el bajista Luis Carlos sobre la labor que tienen como banda.
La idea es que a partir de la próxima temporada (que comienza en febrero del 2018) los escenarios del jam se extiendan no solo a la playa sino que los lleven a tocar su música a bosques, volcanes e incluso a la ciudad.
El próximo 20 de diciembre a las 9 p. m. Costa Rica Jam Sessions ofrecerá un concierto en el Jazz Café San Pedro con su música original. Las entradas tendrán un valor de ¢4.000 y se compran en el lugar.