Más allá de tener una voz prodigiosa, el talento del italiano Andrea Bocelli se extiende a una interpretación honesta, que consigue comunicar un sentimiento ajustado a cada pieza ejecutada, con los matices que cada una evoca.
Su labor, como bien se sabe, cabe dentro del crossover, que alcanza de igual manera los ámbitos clásico y popular, ofreciendo así otra de sus virtudes, la de acercar a un mayor público la obra de compositores clásicos como Verdi y Puccini.
La frontera que separa las dos vertientes entre las que transita el italiano se marca de manera transparente con un intermedio.
En la primera mitad el trabajo vocal es meramente operático, mientras que para la segunda se incluyen composiciones de origen cinematográfico, así como canciones de más reciente data.
Aparece también una que otra obra donde se mezclan ambas tendencias y por supuesto, ahí se incluye Con Te Partirò (1995), la pieza que Bocelli ha sellado con su voz.
La diferencia entre sus dos facetas no está solo en la temporalidad de las composiciones, sino también en los cambios en la impostación, coloratura e intención del vocalista, donde queda impresa esa amplitud de posibilidades que tiene como intérprete. En ambos, por supuesto, se mantiene su capacidad para marcar matices de manera profunda y agradable.
La solidez del cantante de Andrea Bocelli en el Parque Viva, no hubiera sido posible sin el papel igual de cuidado y limpio de la Orquesta Sinfónica Nacional, mientras que el Coro Sinfónico Nacional tuvo el mismo desempeño en sus apariciones.
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El grupo orquestal hizo también un gran papel en la antesala, con media hora de música en la que se incluyó material de diferentes autores costarricenses, como Jesús Bonilla y Edín Solís, entre otros. Esta parte la dirigió Gabriela Mora Fallas.
Más allá adelante, ya con Eugene Kohn en la batuta, hubo un par de entradas poco claras por parte del conjunto, como en Over the Rainbow, mientras que un constante golpeteo en algún micrófono que se escuchó en cada espacio entre una pieza y otra. Más allá de esto, el concierto fue prácticamente infalible.
Es preciso anotar que la delicadeza de la interpretación vocal, sumada al fino detalle de la participación orquestal, basta para tener un concierto de altísimo nivel. La puesta en escena agrega; sin embargo, un acompañamiento visual con videos e imágenes de referencia de los momentos y espacios relacionados con las arias o la procedencia de las canciones, y esto casi que se siente como accesorio, excepto cuando aparecen textos que brindan información curiosa para el espectador.
En otros casos, las imágenes parecen sacadas de un fondo de pantalla o de un video de YouTube. En ese sentido no hay unidad gráfica, aunque, como ya mencioné, este detalle resulta casi prescindible, pues se agradece más la mezcla de imágenes en circuito cerrado con el cantante y los detalles de la orquesta o el director.
El conductor estadounidense Kohn es corporalmente efusivo y demuestra su sociedad inquebrantable con Bocelli, fungiendo además como sus ojos en el escenario, siendo quien lo lleva hasta el micrófono en cada entrada a tarima.
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Las cantantes invitadas también son de gran nivel, aunque si hubiera que comparar, sobresale mucho más la labor de la soprano puertorriqueña Larisa Martínez que la de la italiana Ilaria Della Bidia.
La primera destacó en temas como Quando m’en vò y en el potente y conmovedor dueto en un corte de Romeo y Julieta (de Gounod). Por otro lado, Della Bidia participó en la segunda supliendo el espacio de famosas vocalistas que han grabado junto a Bocelli tiempo atrás algunas piezas populares, como Sarah Brightman.
En concreto, la figura de Bocelli cautiva con un carisma que transmite sencillez. Su recital no aporta sorpresas en el repertorio, pero se sostiene alternando las evocaciones de alegría y mucho drama cuando así lo exigen las piezas. El tiempo pasa y el artista que tiene ya más de 20 años de carrera mantiene su capacidad vocal en el mejor estado. Da gusto apreciarlo en directo.
El concierto
Artista: Andrea Bocelli con la Orquesta Sinfónica Nacional.
Lugar: Anfiteatro Coca-Cola, Parque Viva.
Fecha: 23 de febrero.
Organización: SD Concerts.