Las letras de las canciones de Cuarteto de Nos son ficciones revestidas de verdad. El volumen de los coros de su audiencia revelaron cómo las líneas escritas por Roberto Musso provocan una identificación tan individual como colectiva.
“¿No es cierto que tenemos más en común que lo que nos diferencia?”, preguntó el cantante uruguayo casi al final del concierto. “Aquí todos somos medio raros, bipolares, porfiados”, completó.
Y por supuesto que tiene razón. Aunque el vocalista supere los 60 años, sus líricas son un espejo para personas de cualquier edad. Cantadas en grupo, las líricas tienen el efecto de himnos que se vociferan desde el corazón.
El segundo concierto del conjunto en suelo costarricense fue explosivo. En marzo del 2022 vimos a la banda en un Jazz Café colmado (tres noches seguidas). Esta vez el Club Peppers le ofreció al grupo la posibilidad de reforzar su show con unos visuales atractivos y dinámicos, mientras que el sonido de alto calibre también contribuyó al disfrute.
Con la mesa servida, los montevideanos hicieron lo que mejor saben hacer: gozar de su propia música. Hubo ratos en que su dinámica se sintió como la de momentos musicales de Les Luthiers. Al mismo tiempo, también me hicieron pensar en el distendimiento e irreverencia de una banda como Weezer.
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Esa mezcla tan peculiar entre la informalidad y la intensidad instrumental es una de las tantas peculiaridades del grupo que tiene el humor impregnado en su puesta en escena. La ironía, el sarcasmo y la inventiva también se erigen como elementos propios de Cuarteto. Son como columnas sobre las que se construye la magia literaria redactada por Musso. De sus atributos, el ingenio es desbordante.
Me resultó muy sorprendente la respuesta eufórica del público costarricense por la banda. Canción tras canción se escuchó a una audiencia deseosa de compartir en vivo líneas únicas como: “Soy quien soy, no preciso identificación / Se bien de dónde vengo y dónde voy”, en el tema El Hijo de Hernández.
El repertorio incluyó algunas novedades que no tuvimos acá en su visita del año pasado. La pieza 21 de setiembre, sobre el Alzheimer, contó con la cellista costarricense Jennifer Alvarado. Por su parte, Contrapunto para Humano y Computadora fue una interlocución entre el vocalista y un diálogo computarizado que aparecía en pantalla como un texto proveniente de ChatGPT.
La mezcla entre los elementos técnicos bien pulidos y el talento musical de los uruguayos definió el éxito de un concierto altamente entretenido. Todo se confabuló para que la cita fuera emocionante.
Dentro de la audiencia se me hizo interesante ver a personas de todas las edades: parejas enamoradas cantando abrazados, padres con sus hijos o hijas vociferando cada palabra de cada canción. Al final, efectivamente público también era raro, como efectivamente Musso lo había advertido con orgullo un rato antes.
Ese colectivo enardecido y alegre hizo mancuerna con todo lo que ocurría en tarima. La amalgama provocó que, durante poco más de dos horas, se sintiera que el Cuarteto de Nos también está conformado por una multitud apasionada.
EL CONCIERTO
Artista: Cuarteto de Nos
Lugar: Peppers Club
Fecha: 21 de setiembre
Producción: Tierras Medias