Costa Rica ya ha visto a Mike Stern en cuatro ocasiones distintas (2001, 2008, 2013 y 2015), mas sus apariciones por esta tierra han sido tan diferentes, como sus capacidades guitarrísticas y compositivas.
No hay dos shows iguales; no hay dos Mike Stern que se repitan. Aunque vino hace dos años, en esta oportunidad logró abarrotar el Jazz Café Escazú por dos noches seguidas, como si aquí nunca se le hubiera podido tener tan cerca anteriormente.
En su última visita se presentó en el formato de banda (Mike Stern Band) respaldado no por forros, sino por otros tres artistas que son capaces de ocupar, de manera innegable, otros papeles protagónicos que se emparejan con el del músico.
Si Stern es capitán, Tom Kennedy (bajo) y Bob Franceschini (saxofón) son mástiles del barco. Además, el timón lo sostiene el gran baterista Dave Weckl, quien, en alianza con Kennedy, logra ir más allá de la función básica de la sección rítmica de una agrupación de jazz .
Con las cuatro piezas trabajando en conjunto, el ensamble perfecto logrado entre los elementos en tarima permite orientar a un navío por la ruta más favorable desde el punto de partida hasta el de desembarco.
El veterano guitarrista que encabeza el cuarteto se caracteriza por un desborde de expresividad, por emociones comprimidas en su Yamaha Pacifica, de donde salen tantas progresiones melódicas inesperadas e impredecibles.
Weckl, permanentemente inquieto, toca con un apetito voraz que parece ser insaciable. La verbosidad de su interpretación es uno de los tantos sellos de su técnica perfeccionada gracias a los años de su travesía musical.
La fluidez en su ejecución contrasta con su evidente carácter rígido, al igual que su sobresaliente interpretación desentona con su actitud un poco parca en escena, pero qué difícil pretender mantenerse en el segundo plano. De cualquier forma es un imán para la admiración y los aplausos.
Por su parte, Stern es permanentemente afable y es innecesario que hable mucho para que esto sea evidente. La frescura de sus composiciones es suficientemente elocuente.
El repertorio elegido el martes sirvió para que cada uno de los músicos se luciera a su medida. Kennedy hizo gala de su feeling y velocidad. Franceschini tomó la batuta cuando era necesario, encaminándose en solitario o, sino, reforzando a Stern con las melodías principales.
El cuarteto logró pasar del jazz al rock de manera imperceptible, lo que favorece para que un concierto extenso no se percibiera largo, cansado o aburrido.
Hubo temas hipnóticos y reflexivos, como uno en el que Stern y Weckl hicieron dupla con la guitarra eléctrica y el redoblante tocado como si fuera el instrumento indio tabla. En otros, más bien, hubo amagues de explosividad, siempre dejando espacio a la presencia de temas icónicos como Out of the Blue o Avenue B .
El célebre cuarteto y, por ende, el guitarrista líder, dejaron claro que, cuando la versatilidad es una herramienta bien afilada, no importa que las visitas sean frecuentes. El deleite siempre estará garantizado.
El concierto: Mike Stern Band
Músicos: Mike Stern (guitarra), Bob Franceschini (saxofón), Tom Kennedy (bajo) y Dave Weckl (batería)
Lugar: Jazz Café Escazú
Fecha: 17 de marzo
Organización: Jazz Café