Los concierto multitudinarios son cada vez más comunes en el país. En los últimos meses, megaproducciones como las de Guns N' Roses, Metallica y Justin Bieber tuvieron en el Estadio Nacional un despliegue técnico enorme que tomó toda la gramilla del estadio.
El concierto de Bieber, por ejemplo, tuvo tres escenarios, diecisiete camerinos y más de 400 luces operando durante 90 minutos de concierto, pero la producción empezó horas antes y se extendió hasta el amanecer.
Cabe preguntarse en este Día del Ambiente, ¿cuál es el impacto de un concierto de esta magnitud?
Consultamos a expertos en la producción de conciertos para medir las emisiones de gases invernadero que hay en un concierto.
“Los gases invernadero son las emisiones que permiten que la tierra tenga una temperatura habitable, pero cuando hay demasiadas emisiones, la tierra se sobrecalienta”, explicó Andrea San Gil, directora del Centro Para la Sostenibilidad Urbana y máster en Sostenibilidad.
San Gil explica que toda actividad genera estas emisiones y decisiones cotidianas como tomar el bus o usar el automóvil generan un impacto al ambiente por el gasto de combustible. Este impacto se puede medir a través del consumo de electricidad o combustible.
En los conciertos suceden muchas emisiones directas de gases invernadero, siendo que las producciones recurren a plantas de diésel sin ruido para generar energía.
“Como productora tengo que construir y planificar lo que me piden, construimos escenarios y espacios de descanso en donde no lo hay”, explicó Arlette Arroyo, productora con más de 25 años de experiencia.
Ella ha trabajado en algunos de los conciertos más grandes del país (Paul McCartney, por ejemplo) y explica que por seguridad, deben distribuir la energía según las necesidades.
“Los artistas solicitan plantas independientes para el sonido, las luces, los videos, los camerinos e incluso plantas de reserva, por si alguna falla.
”Hace 20 años se requerían unas cuatro plantas generadoras por concierto, ahora estamos hablando de entre 14 y 18 plantas”, detalló la productora.
Consumo. El impacto en el ambiente se mide a partir de las emisiones de dióxido de carbono, uno de los varios gases invernadero presentes en el combustible.
El impacto en el ambiente de de un concierto se puede medir con mayor facilidad porque las plantas generadoras trabajan con diésel.
Diego Morales trabaja en el departamento de eventos especiales en Aluma, empresa líder en el alquiler y montaje de estas plantas generadoras en los conciertos masivos.
Morales explica que estas plantas generan un vataje promedio de 1.000 kilovatios y que su uso se da antes, durante y después del concierto.
“Hay que hacer pruebas de sonido, pruebas de luces e iluminar el espacio en el que están las personas trabajando y disfrutando del concierto. En un estadio esas plantas pueden trabajar unas 32 horas seguidas”, explicó Morales.
Cada planta generadora consume 46 litros de combustible por hora. Eso quiere decir que si operan 16 plantas, durante 32 horas, se gastan 30.720 litros de diésel en un concierto.
Esa cantidad de diésel equivale a 80.271 kilos (80,27 toneladas) de dióxido de carbono emitidos hacia la atmósfera.
En comparación, la cantidad de emisiones que toma un solo concierto es la misma que tomaría construir una casa, crear 80.000 libros o elaborar 6.980 pares de zapatos, según San Gil.
Así, un concierto masivo no es exactamente el mejor amigo del ambiente. San Gil anota que la importancia de conocer estos datos es que permite a los consumidores y empresarios tomar las decisiones más alineadas a sus convicciones.
“Desde apagar la luz al salir del cuarto y hasta la forma de transporte que elegimos, tienen consecuencias directas en el ambiente”, señaló San Gil.
“Tenemos que saber que todo genera emisiones, no hay escape de eso, pero podemos tomar decisiones que mitiguen el impacto”, finalizó.