Antes de los 14 años, Danilo Montero se había mantenido al margen del canto, no llamaba su atención; de hecho, lo más que hacía era interpretar el Himno Nacional en los actos cívicos de la Escuela Porfirio Brenes Castro, en Moravia.
La música pasaba sin pena ni gloria por los oídos de Montero, pero todo cambió cuando su pastor, Raúl Vargas, de la comunidad cristiana Oasis de Esperanza, le regaló una guitarra en 1976.
No sabía tocarla, pero pasaba sus uñas por las cuerdas. El peor intento era el que no se hacía y, con empeño, consiguió sacar unas cuantas notas, que acompañaba, sin querer, con su voz.
Así comenzó una travesía por el canto que lo llevó a convertirse en el intérprete cristiano costarricense más conocido de la escena latinoamericana y le ha dado dos nominaciones a un Grammy Latino.
La primera fue en el 2010 con su trabajo Devoción (2009), en la categoría de mejor álbum cristiano. En esa misma modalidad, buscará su primer gramófono este 20 de noviembre con su producción La carta perfecta - en vivo (2013).
Curiosidades. Uno de los mentores principales del tico es su colega estadounidense Marcos Witt, con quien se medirá en esta edición de los Grammy Latino.
“Marcos fue quien me dio la noticia de que estábamos nominados y siempre ha estado presente en mi vida profesional. Ese premio quedará en buenas manos, sin importar quién lo gane. Él y los demás (Amor Mercy, Lenny Salcedo, Nirlon Sánchez, Marcos Vidal y Coalo Zamorano) se merecen por completo este reconocimiento”, comentó.
Danilo conoció a Witt por ahí de 1988, en un viaje que hizo a México. “Unos amigos estaban en un evento en la capital mexicana; cuando regresaron me contaron que habían conocido a alguien que hacía música cristiana y me decían que era algo parecido a lo que yo trabajaba.
”Me animé a ir y llevaba en mi bolsillo los dos casetes ( Mi adoración , 1986, y Tú eres digno , 1987) que había grabado con mi banda Sígueme, que tenía desde cinco años antes. Los escuchó y le gustó, a tal punto que me organizó giras en México y me invitaba a las actividades que él hacía en ese país”, recordó.
Lo complicado era que Danilo no tenía grandes entradas de dinero como para viajar tantas veces fuera de Costa Rica: desde 1982, trabajaba en el área administrativa del Seminario Nazareno de Las América, en Moravia, y los conciertos que daba con su grupo –que formó cuando tenía 19 años, en 1981– eran gratuitos.
“Lo que me ayudaba bastante es que, algunas veces, los organizadores me pagaban todo; cuando no era así, mis papás me ayudaban”, explicó en conversación que mantuvo con Viva desde Houston, Texas. “Por dicha, para ese momento, ellos (sus progenitores Óscar Montero y Cristina Carvajal) habían aceptado que me quería dedicar en cuerpo y alma a la comunidad cristiana y a la música. Ahora, están orgullosos de mi trabajo”, dijo.
Cada vez que podía, Witt le inundaba la mente de ideas; una de ellas fue poner, en 1992, una oficina en Costa Rica que coordinara congresos cristianos, manejara la agenda de Danilo, la cual era bastante ajetreada, y distribuyera su música. “Él me impulsó mucho, al igual que (el cantante mexicano) Marcos Barrientos”.
El estadounidense también le propuso, en 1998, que grabara un álbum en sus estudios. Accedió y de esa unión salió el primer disco, Admirable , que lo puso bajo el foco; salió ese mismo año.
“Fue grabado en Canadá y le dio la vuelta al mundo. Fue una locura; las canciones eran muy buenas, los arreglos eran sencillos, pero bien hechos; la música era cantable. Este fue el trabajo que me dio a conocer”, asegura Montero.
En su carrera de 25 años, Danilo ha grabado casi 20 discos, de los cuales su preferido es Eres todopoderoso (1999). “Tiene un sonido de rock alternativo; apunta más a los jóvenes”, contó.
Otro álbum al cual le guarda mucho cariño es Sígueme (2003). Este fue el primero que produjo con la compañía que montó en Orlando, Estados Unidos, poco después de que se había mudado a esas tierras en el 2000, tras considerar que el mercado tico se le hizo pequeño.
“Decidí ponerle así para hacerle honor a la banda con la que comencé en este mundo”, justificó Montero, quien, en el 2005, se trasladó a Houston, Texas, para comenzar una vida en pareja con su novia, la colombiana Gloriana Díaz.
Hoy, lleva siete años casado con ella y tienen una hija, Victoria, de 4 años. “Ellas son mi motor de vida e inspiración. Es la etapa más maravillosa de mi vida”.
Multifacético. Así como lo hizo en la producción Eres Todopoderoso, Danilo quiso experimentar cómo sonaría la música cristiana en géneros no convencionales.
“Generalmente, la gente piensa que esta música tiene que ser muy calmada y no. La música cristiana no está supeditada a un género. Lo que determina la música cristiana es el mensaje, pero la forma en cómo se lleve no importa.
”Hay que buscar un sonido que apele a ti y que la gente entienda. Mi interés particular es llegarle a la gente joven; por eso, busco géneros que les gusten a los jóvenes y con los que me sienta cómodo”.
Eso se percibe en sus producciones, en las cuales ha experimentado hasta un sonido más íntimo, como en La carta perfecta - en vivo (2013).
“Quería que fuera para reflexionar porque era lo que mi cuerpo me pedía. Creo que eso le gustó a la Academia (Latina de la Grabación) y, por eso, me nominaron al Grammy Latino”, contó el cantante, quien irá a la premiación que se realizará en Las Vegas.
Danilo confesó que el género que más disfruta es el acústico.
Esa versatilidad en sus producciones discográficas también la traslada a su vida como pastor de la comunidad hispana de Lakewood Church (Houston, Estados Unidos). “Allí busco que los niños y jóvenes perciban el mensaje por medio de mi palabra y de la música”.
Todas las experiencias que tiene en ese trabajo las plasmará en su segundo libro, que publicará el próximo año y aún no tiene nombre.
“Es de carácter espiritual, pero también tendrá anécdotas personales para ilustrar los principios de los que hablo. Muestro que la música cristiana me ha dado todo”, adelantó Montero. Su primera obra fue Abrazo del Padre (2001).
Además, trabaja en la composición de su nuevo disco, que no tiene ni nombre ni fecha de lanzamiento, y también tiene pensado visitar su tierra natal porque no viene desde el año pasado.
“En lo que resta del año no iré a Costa Rica, pero me gusta ir de vez en cuando a visitar a mi familia y también para enterarme del movimiento que hay en el país de música cristiana porque, por la lejanía que hay, no estoy tan involucrado como me gustaría”, expresó Montero.
De esta forma, el niño que con costos susurraba el Himno Nacional en los actos de su escuela, se transformó en un cantante que todo el mundo cristiano corea y va en busca de su Grammy Latino.