Después de años fuera del foco mediático y haber anunciado su retiro de la música en 2017, Don Omar ha vuelto a la escena para poner todos los reflectores sobre él.
Más allá del lanzamiento de su álbum Forever King, el reguetonero ha dado de qué hablar en cada una de sus apariciones públicas, frecuentando tanto podcasts del género urbano como programas más tradicionales de la farándula televisiva.
Justamente, la semana anterior pasó por los estudios de Univisión, en Miami, para dar una entrevista en el popular programa de El gordo y la flaca, en el que narró varias anécdotas que incluso lo hicieron soltar las lágrimas.
La noche que cambió su vida y sus letras
El autor de éxitos como Bandoleros y Danza Kuduro afirmó que una balacera en una de sus presentaciones lo hizo dejar de ser “el número uno en promover violencia dentro de una canción”.
Según el boricua, esa noche tuvo una presentación en un club nocturno en Puerto Rico, a la que asistió con su pareja de ese entonces y una amiga a quien había citado para que asistiera a su show; pues en esa época “era muy picaflor”.
El reguetonero, quien para ese entonces había tenido roces con otros artistas (como Héctor el Father y Wisin), cantaba en una de sus canciones la siguiente frase: “Vamos a matarnos”. Cuando llegó el momento de interpretar esa parte del tema, se desató una balacera que cobró la vida de su amiga.
“Era la primera cita que teníamos y cuando íbamos saliendo de la discoteca recibió un disparo en la cara, y yo no quiero pasar eso nunca más en mi vida; yo me sentí tan culpable que esa noche decidí dejar de cantar música violenta”, relató el cantante.
El día que conoció a Maradona
Con un tono mucho más desenfadado, Don Omar recordó el día en que Diego Armando Maradona lo contactó en el 2005, para participar en su programa La noche del diez. Insólitamente, el cantautor no conocía al ex futbolista.
“Cuando me dicen Diego Maradona, este humilde jibarito de Puerto Rico, que nunca había visto una pelota de fútbol, pregunta: ¿Quién es Diego Maradona?, y todo el mundo me miró como, ¡Wow, no podemos creerlo!”, relató el artista.
Finalmente, el cantante aceptó la invitación de Maradona, y describió como inesperado el recibimiento tan grande que tuvo en Argentina, pues apenas estaba comenzando su carrera (solo había publicado un álbum en solitario). El Pelusa, frente a cámaras, le mostró gran admiración y él no podía creerlo.
“Quiero contarles a todos que yo viví 4 años en Cuba y tú (Don Omar) eres el que a nosotros nos alegraba el día. En Cuba, hoy en día, el reguetón se llama Don Omar”, expresó Maradona en su programa.
El reencuentro con su papá, 13 años después
Don Omar relató que el vínculo con su padre, antes de su carrera musical, era muy especial. Incluso, lo veía como su “superhéroe”, pero esto cambiaría con la música y la fama.
Según Don Omar, desde los inicios de su carrera, buscó mantener la privacidad de sus familiares, evitando las entrevistas a sus personas cercanas. No obstante, su papá, debido a problemas económicos, habría aceptado dar declaraciones sobre Don Omar a cambio de dinero.
Por esta situación, el boricua tuvo un conflicto con su progenitor, con quien decidió romper relación por más de 13 años.
“Me sentía traicionado, lo hice porque sentí que él había olvidado que su hijo no se llamaba Don Omar, su hijo se llama William Omar”, afirmó el cantante puertorriqueño.
Según el músico, durante estos años deseó fuertemente que su papá le pidiera disculpas; sin embargo, esto no fue así. Su ansiado reencuentro fue en un hospital, donde su papá se encontraba en estado grave, asegura el cantante, y ni siquiera podía hablar.
“Es el día en que aprendí que las vendettas lo único que quitan es tiempo, que era mentira que no quería tener una conversación con mi superhéroe; yo quería decirle a mi papá te amo y escuchar que me lo dijera y no podía hablar”, contó entre lágrimas.
Don Omar aclaró que, tras ese difícil episodio, su padre pudo recuperarse de su delicada condición de salud. Ahora, el cantante vive junto a él y el resto de su familia en Orlando, en Estados Unidos.