La Guácima, Alajuela
Así como los trovadores de la Edad Media tomaban una guitarra y escenas cotidianas para contar historias, Ed Sheeran se encarga de transformar en escenas mágicas historias suyas u otras imaginadas.
Esto lo demostró desde el inicio de su concierto de este martes 6 de junio, que inició con el tema Castle on the Hill, inspirado en Franlingham, la ciudad inglesa en la que creció.
A las 8:30 p.m. el Anfiteatro Coca-Cola de Parque Viva, en La Guácima de Alajuela, se vació de luz y se llenó de las primeras notas de la guitarra de Sheeran. Así como un trovador clásico, empezó a pintar imágenes con sus palabras: la primera vez que se quebró una pierna y el castillo medieval que adorna su ciudad natal.
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Inmediatamente inició un griterío que no cesó durante el concierto. Sheeran se acercó a la pequeña tarima que estaba en el centro del gran escenario y empezó a agregar capas de sonido. Golpeó su guitarra al ritmo de lo que ya había tocado y el sonido se continuó reproduciendo.
Esta técnica de secuencias (o loop) es lo que ha hecho famoso a Sheeran quien se presenta sin una banda. Él, con su pedal de loop, construye su propio acompañamiento musical.
La canción se volvió más movida hacia el coro y las miles de personas que estaban en la primera planta del anfiteatro saltaron y cantaron junto a él. Era apenas el inicio de una velada exitosa.
Cercano. Quizá la mayor virtud de Sheeran es que solamente él con su voz y su guitarra logran llenar un recinto tan grande y animar a alrededor de 18.000 personas, según la organización.
Lo hizo así en el icónico Estadio de Wembley en Londres y esa se volvió la barra con la que sus fans miden sus presentaciones. El concierto en el país no fue nada diferente e incluso tuvo un público igual de participativo.
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En los temas A Team y Don't, Sheeran incluso paró de cantar en varias ocasiones para que el público completara sus frases y el ejercicio salió como si hubieran estado ensayando toda la tarde.
Durante la canción Eraser, Sheeran rapeó y se paseó por distintas partes del escenario. Mientras cantaba, saludaba a los fanáticos que estaban cerca suyo.
Sheeran también se caracteriza por ser muy accesible a sus fans y por su buen humor. El público tuvo una buena probada de eso cuando el inglés se tomó un minuto para agradecer al público su calidez y su apoyo incansable.
Él se llevó un gesto muy agradable de vuelta cuando, en medio del coro de la canción Bloodstream, el público alzó su brazo derecho mostrando una pulsera de neón. En una coordinación admirable movían sus brazos para arriba y abajo.
La movida fue planeada por el club de fans de Sheeran en el país, quienes tienen unos 13.000 seguidores en Facebook. "¡Muchas gracias!", exclamó Sheeran al final de la canción. El lazo entre el público y Sheeran quedó sellado.
En la cima. Sheeran se encuentra de gira promocionando su álbum ÷ (pronunciado Divide), lanzado apenas en marzo. El álbum ha sido su más exitoso a la fecha y por eso concentró su repertorio en temas de este álbum.
No es tan común que un artista pop que vive su mejor momento se presente en el país y quizá por eso el público se interesó tanto en su concierto.
Aún cuando los temas eran nuevos, el público lo acompañó coreando a todo pulmón Happier y Galway Girl, una canción inspirada en su sangre irlandesa.
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Durante este tema varias de sus fans le mostraron un rótulo que decía "Enamoradas de un chico inglés", parafraseando la letra que tiene esta canción.
Luego siguió la poderosa balada I See Fire, parte de la banda sonora del película El Hobbit. Los bajos hacían vibrar el pecho de todas las personas cercanas al escenario mientras Sheeran cantaba.
Hacia el final de la pieza le indicó al público que cantaran con él y una vez más quedó patente la química que Sheeran creó con su público.
El siguiente tema interpretado del álbum Divide fue otro cálido gesto para los fans. Sheeran modificó el coro de su canción Barcelona para que dijera "Costa Rica", lo que causó aún más furor entre un público que ya estaba encendido.
Sí era posible que Sheeran encantara más a su público, dio la estocada final cantando Photograph, de su álbum X (pronunciado Multiply). Sheeran usó su voz aguda y también grave; registró ambas en su pedal de loops y luego se dedicó a agregar más capas para crear un crescendo. La canción enloqueció la público que cantó, saltó y aplaudió al ritmo del tema.
Sheeran, como el gran trovador que es, dejó que el público cantará el coro de Photograph y se mostró muy emocionado con la respuesta. Fue sorprendente incluso para él que miles de personas estuvieran tan compenetradas con una sola persona en el escenario.
"Guau, no puedo creer que me tomó tanto tiempo venir a Costa Rica", dijo Sheeran, de nuevo emocionado.
El cantautor continuó con Perfect, Nancy Mulligan y luego remató con dos favoritas del público, Thinking Out Loud y Sing. Esta última hizo que todo el público del área sentada se pusiera de pie para aplaudir y bailar.
Sheeran pidió que el lugar entero saltara mientras entonaba el coro junto a él hasta que de pronto la canción se detuvo y él dejó el escenario.
La espera fue breve y Sheeran regresó al escenario para interpretar Shape of You, el tema que todos estaban esperando. La sorpresa fue que salió con una camisa de la Selección Nacional, lo que duplicó los gritos del público.
El inglés grabó los loops bailando y luego empezó a cantar el tema con todo el público acompañándolo y desfiló por el escenario. Hubo bailes, hubo gritos y hasta lágrimas; la canción más famosa en el mundo y una de las más grandes del año estaba sonando en Costa Rica y nadie podía contener la emoción.
“¿Quieren escuchar más?”, preguntó Sheeran al finalizar el tema y luego procedió a tocar You Need Me, I Don't Need You. Durante esta, Sheeran cantó, rapeó y hasta bailó ondeando una bandera de Costa Rica. Él extendió el show lo más que pudo y se acercó en varias ocasiones al público.
Después de haber contado historias, repasado algunos episodios de su vida y puesto a cantar a cientos Ed Sheeran se limitó a sonreír y despedirse con las manos. No gritó ni dijo nada más, solo le dedicó a su gente una sonrisa.
Un buen trovador sabe complacer a su público, pero uno experto, sabe que la mejor forma de partir es dejarlos a todos deseando más.