La noche del viernes, el Teatro Popular Melico Salazar cobijó nuevamente a una muestra de rock costarricense, cuando la veterana agrupación El Parque celebrara ahí sus 20 años de carrera musical.
Anunciado con bombos y platillos, e incluso con vallas publicitarias a lo largo del Gran Área Metropolitana, este concierto, y otro que la banda dio ayer en el mismo recinto, marcaron también el regreso a los micrófonos de la voz de Luis Arenas, cantante con el que la banda alcanzara mucha fama a finales de la década de los 90.
Con una indecente presencia de tráfico en las calles de San José, y una inmensa tarima de los Juegos Centroamericanos 2013 al puro frente del teatro, al ser en punto las 8 p. m. sonó la última alarma, advirtiendo que el espectáculo de esa noche estaba a punto de comenzar.
Las luces bajaron un minuto después, y luego de que sonaran las instrucciones del Melico Salazar, los integrantes del grupo se escondieron bajo el gran telón, disparando un par de acordes de prueba.
El gran momento. Con las notas de Visiones , el telón subió y salió El Parque, en la voz de Luis Arenas, el bajo de Federico Fico Dörries (originalmente el baterista), la guitarra de Inti Picado, y la batería del talentoso Danilo Ramírez.
Después de la interpretación del primer tema del concierto, que a su vez es el primer tema de su segundo disco, Oma , de 1997, la banda regresó más en el tiempo, al ritmo de Fuego , un clásico incorporado en su álbum debut, Hombre azul , de 1994.
“Han tenido que pasar 15 años para que el destino nos uniera de nuevo”, exclamó Arenas, luego de agradecer, sonreír, bailar y asombrar con su innegable ímpetu.
“¡Rico!”, gritó un fanático desde el lado derecho de la luneta, arrancando la primera de varias carcajadas que se repartirían entre la tarima y las largas filas de asientos.
Tsega fue el siguiente tema, con la particularidad de que fue la primera vez que Arenas cantó una de las canciones incluidas en discos más recientes de El Parque, en los que la voz estuvo a cargo de Paul Jiménez, quien renunció en el 2012.
La interpretación de la tonada fue emocionante, pero lo fue aun más lo que vino después, cuando el cantante preguntara “¿quién se acuerda del disco Oma ?”, a lo que otro fanático respondiera “¡aquí lo ando para que me lo firme!”.
No sé qué pensarás despierta , uno de los sencillos de ese disco, sonó, mientras más personas apenas iban acomodándose en el recinto.
Una de las barras de plástico que cubría la batería se derramó en media canción, así que, cuando terminó, Arenas dijo: “Váyanse preparando porque vamos a echar abajo un montón de cosas hoy”, generando más fidelidad y empatía.
Clásicos como Entre sangre y arena y Laura convivieron con temas más recientes, como En ese instante . “Gracias por aplaudir”, dijo Luis. “Esto es como alimentar el espíritu. Nos sentimos honrados de tener tan excelente público”.
Al diputado Justo Orozco, o “méndigo de ilusiones”, como se le dijo, le dedicó Nada , y Hombre azul sonó en honor a Bernardo Churro Trejos, antiguo bajista del grupo.
La clave de tu olvido , Despedida , Elegidos sin ley y Cuántas noches sonaron cerca del primer final del concierto, pero, cuando las luces se apagaron y la banda se despidió, el público no la dejó irse.
Estaré muy bien , uno de sus más recientes sencillos, vino a llenar esas ganas de más música de El Parque, seguida por Déjalo ir .
No era suficiente; la banda se despidió de nuevo y se marchó, pero los aplausos no cesaron en el aforo, así que tuvo que salir de nuevo, a tocar Juana Escobar (Juanita) ... ¡por segunda vez en la noche!
La incertidumbre reina sobre el futuro de El Parque, pero por lo menos la banda se dio el gusto de celebrar sus 20 años con una alineación estelar y un Melico Salazar, no a reventar, pero sí a una gran parte de su capacidad.