En una dimensión en la que no existe ningún techo, en donde ninguna aspiración es la aspiración máxima y en la que el éxito se define internamente y no por los medios, reinventarse es el pan de cada día.
Para ser clasificada como una banda de punk en Costa Rica, Seka incluye mucho reggae, mucho ska, mucho acordeón y mucha armónica. Sucede que su concepto del punk es diferente y se resume en hacer lo que le venga en gana.
“Somos como un camaleón”, afirma el cantante, guitarrista y miembro fundador del grupo, Esteban Rodríguez. “Ese ha sido el motor que nos ha mantenido vivos y unidos en la música”.
Su discografía la ha visto pasar del punk rock al country y al folk, y volver al punk rock para luego encontrarse con el reggae. Todo ello ha estado directamente relacionado con el hecho de haber nacido en Costa Rica: “En vez de buscar cuál es nuestra identidad, creemos que el gran valor que tiene la cultura costarricense es la mezcla de influencias”, comenta Rodríguez.
A 18 años de haberse formado, en su natal Turrialba, la banda promociona su sexta producción discográfica, participa en proyectos artísticos e iniciará el miércoles una gira de conciertos en Centroamérica.
Aparte de Rodríguez, que paralelamente ejerce el periodismo en Informe 11, la banda está conformada por el bajista Alejandro Imbach (consultor independiente), el acordeonista Miguel Imbach (artista plástico y guía turístico) y el baterista Luis Imbach (dedicado a la literatura y la cultura).
En materia de guitarristas, también forman parte del grupo Vilmer López (arquitecto de profesión) y Luis Diego García (artista corporal en su día a día), mientras que, recientemente, se unió a las filas de la banda Edwin El Nene Cyrus, en la armónica.
Salir. Aunque el cantante admite que durante un tiempo no estuvieron cómodos con la internacionalización, Seka ya descuenta bastante experiencia en el extranjero.
En el pasado, la banda se ha presentado en Argentina, Nicaragua y Panamá, donde compartió con grupos como 2 Minutos, Prisioneros Verdes y Radicales Libres, forjando la comunión necesaria para facilitar este tipo de oportunidades.
Su actual gira centroamericana comenzará la noche del miércoles 17 de julio, en uno de los recintos costarricenses en donde mejor ha calado su música en tiempos recientes: El Lobo Estepario, bar ubicado en San José, en donde también se presentará la banda local Bambui.
El jueves, Seka se presentará en Guatemala; el viernes, lo hará en El Salvador, y la gira culminará con un concierto en la vecina Nicaragua, este sábado 20 de julio.
“Para nosotros, es suficientemente claro que Latinoamérica, nuestro idioma y nuestra gente, es no solamente nuestro mercado, sino también nuestro público meta”, asegura Rodríguez.
Su cercanía con el pueblo latinoamericano no es un asunto de identidad, sino de contexto: se trata de cantar canciones a personas que las puedan entender, por haber vivido situaciones similares.
“Tenemos los integrantes de Seka, y Seka como banda, una relación más intensa e íntima con nuestras raíces. Todos formamos parte de un gran contexto y nuestra acción musical puede adaptarse a cualquier país de Centroamérica”, considera el líder del grupo.
Rodríguez agregó: “El enemigo número uno de Seka sería ir a tocar todos los domingos a Latino Rock Café. Posiblemente, el grupo ya no existiría. Tuvimos que buscar otros públicos y lugares”.
Venturas. Jamás estática, siempre buscando nuevos horizontes, así es Seka, que, justamente, ha tenido un 2013 bastante ajetreado.
Tras lanzar la primera parte de Canto primal (su sexto álbum, dividido en tres discos cortos), la banda publicó el video de Esta canción es para ti, sencillo del disco que ha tenido repercusión en radios locales.
En abril, la banda participó en el concierto de música costarricense Rock Fest 2013, en donde aprovechó la plataforma para presentar al rapero El Transformer, con quien interpretó el tema Yo soy de La Carpio, en una presentación que se llevó vítores dentro y fuera del aforo.
El Transformer vive en La Carpio, pero es de origen nicaragüense, y la movida de Seka fue planteada como una crítica a la xenofobia, una celebración del talento del artista y una prueba más de la profundidad musical y social de la banda.
“Nos interesa más el tema social que cantar acerca del verano”, comenta Rodríguez, acerca de impactar en el Rock Fest con tremenda artimaña. Ahora, el grupo tiene planes de presentar una grabación del tema junto a El Transformer.
Más recientemente, Seka grabó su versión punk y reggae de Cabin’ in the Wata, canción insigne del músico limonense de calipso Walter Ferguson. Su cover fue incluido en la banda sonora del episodio piloto de la serie virtual Dele viaje.
Rodríguez dice que la participación surgió por invitación de Daniel Patiño (del grupo PatiñoQuintana, aunque participa en el soundtrack como solista), que propuso a Seka por su capacidad de mezclar géneros y por su feeling caribeño.
Por ahora, Seka presentará la segunda parte de Canto primal en la proximidad, siendo ese un material que se ha atrasado por problemas en la mezcla de las canciones.
Ideal. Seka es aplastante, transgresor y didáctico. Su único norte es la satisfacción personal y el desahogo social. Sus obras funcionarían como himnos hasta en los más recónditos lugares del contexto latinoamericano: son las venas del pueblo y conforman parte del sistema nervioso del cataclismo social.
Sin embargo, 18 años de hacer punk pesan. “Nacimos dentro de la rebeldía del punk y dentro de su utilidad como arma musical, pero yo siento que el ser humano va evolucionando, y Seka lo ha hecho musicalmente y en su contenido”, dice Rodríguez. “Consideramos el punk como la única música verdaderamente rebelde que ha logrado reunir todo lo que nosotros pensábamos que podía servirnos para manifestarnos, pero tenemos un montón de influencias: el reggae, que también tiene que ver con contracultura, el ska, el folk y la música acústica”, alega el cantante.
A diferencia de sus contemporáneos, Seka todavía no ha cumplido con todos sus propósitos, pues estos van cambiando día a día. Rodríguez cree que “tener techo es una de las principales amenazas que tiene un grupo para terminar”.
“A nosotros nos ha pasado, pero yo siempre recalco que tenemos que buscar nuevas metas. Todos los días uno se puede poner metas diferentes”, comenta el cantante.
“Lo que nos mantiene vivos ahora es seguir grabando y la posibilidad de la internacionalización. Nosotros sí decidimos por algún tiempo crear nuestro público aquí, porque no nos interesó salir y queríamos construir un hogar, pero ahora ya podemos abrir las puertas a algo más. Tocar techo sería no salir del país”, asegura Esteban.
Además, comenta que para Seka la inspiración nunca se acaba: “Estamos viviendo momentos convulsos importantes, en cuestión política y ambiental... Bueno, en general. Siempre vamos a encontrar algo que nos afecte (y que nos impulse a hacer más canciones), además de la forma de ver el mundo de cada uno de los miembros”.
Al ser su contenido de índole política y social, está claro que Seka existe para tratar de que el mundo sea un mejor lugar, pero hay tantas cosas por mejorar que su lista de deseos puede volverse infinita.
En ese sentido, Rodríguez señala que uno de los cambios que ansía ver en el país es que haya más acceso a la cultura, en todas sus formas. “Más tarimas de rock en festivales públicos y oficiales. A la vez, que el otro tipo de cultura, arte, folclor y demás pueda salir de los grandes teatros, para que tenga mayor exposición frente al público”.
Pero, primordialmente, Rodríguez desea que “más gente joven se vincule a un cambio. El tico es un ser muy individualista: ‘solo pienso en mí y en cómo quedo mejor’. Si saliéramos de esa burbuja y pensáramos más en grupo, creo que muchas cosas cambiarían”.