No les pasa a todos; la suerte no es universal en ese (o ningún) sentido. Desligar la voz que caracterizó parte de un sonido durante poco menos de una década es, para la gran mayoría de bandas de rock, un acabose. No es cualquier grupo el que se sale con la suya luego de un cisma tal en su fachada.
En setiembre del 2013, cuando brotó la noticia de que Julio Nájera no estaría más al mando del micrófono principal de Akasha, los mares de sus fans se partieron entre escepticismo y optimismo. Siendo una de las bandas más populares de los últimos años en Costa Rica, la incógnita era: ¿podría este ente seguir adelante sin el distintivo vocal de Nájera?
Aquello fue como un acto orquestado para traerse abajo todo rezago de incredulidad. Un día después de la primicia, Akasha estrenó Desde adentro, la primera canción en la que Manuel Villalobos (bajo y coros) se dio a conocer como el vocalista sucesor de Julio Nájera (quien a su vez fue sucesor de Leonardo Barboza, el cantante de la banda hasta el 2004).
No solo la voz era diferente en Desde adentro; la música coqueteaba con sonidos electrónicos e influencias de dubstep, y la letra denotaba un anhelo de superar el pasado (donde se encuentra Nájera) y forjar un renacer. No les salió nada mal: el tema tiene más de 80.000 reproducciones en YouTube y puede contarse entre los éxitos de Akasha.
En el video de la canción había caras nuevas también: Andrés Contreras ocupaba el bajo que Villalobos cedió, y Pablo Mejía hizo lo propio desde la guitarra que antes ocupaba Alberto Cartín (en sustitución del guitarrista original, Roberto Artavia, quien se fue del grupo en el 2011). Sí estaban presentes tres fichas con las que la banda se dio a conocer: Villalobos, Emmanuel Sotela (guitarra) y Narayan Barrantes (batería).
Esa es la alineación del Akasha que esta semana lanzará Revoluciones, su tercer álbum, sucesor de Cerca del sol (2010) y el primero en el que Nájera no formó parte del proceso. Es, a la vez, el disco más largo que el grupo ha editado (dura 75 minutos) y el primero en el que la producción y composición corrió por completo a cargo de sus cinco integrantes. El renacer sucedió, en efecto.
Hacia el norte. “Es tiempo de no mirar atrás”, exclama Villalobos al comienzo de Inseparables, el primer tema de Revoluciones y una suerte de manifiesto dentro de un disco que, por sí solo, es un manifiesto mayor, cuyo argumento es: Akasha está vivo.
Según Sotela, el álbum es sinónimo de catarsis. “Es el disco más honesto, sincero y personal que hemos hecho”, alegó.
No significa ello que Akasha se sumerge en una oscuridad insuperable, sino que estas canciones pretenden expresar lo que ellos sienten, pero buscando una solución. “Le pusimos Revoluciones porque es una revolución personal en todo sentido”, explicó el guitarrista.
“Es una cosa tan personal todo lo que habla el disco que nos sentimos un poco desnudos ante la gente (que nos escucha), porque ahí está todo”, agregó.
Es común que los músicos digan que el álbum más reciente es el mejor que han hecho, pero más allá del cliché, cuando Sotela se refiere a Revoluciones como “el disco que siempre habíamos querido hacer”, creerle no es difícil, porque si no ¿para qué habrían dedicado tanto tiempo y recursos en grabarlo? La producción tomó más de un año y las 14 canciones seleccionadas para la obra se redujeron de una lista de 35; es decir, lo preocupante sería que la declaración de Sotela fuera otra.
“Por un año fue como un brete de ocho a cinco. Preferíamos que el disco se atrasara y que cuando saliera fuera virtualmente perfecto para nosotros. Lo que duramos fue para que el disco saliera tan perfecto como queríamos que saliera”, dijo Emmanuel.
En el proceso, mediaron otras posiciones que se apalancan como declaraciones de cómo Akasha ve su música en la era pos-Nájera. Por ejemplo, a diferencia de los discos pasados, esta vez no preocupó que estas canciones fueran “radiables”, tanto en sonido y letras como duración.
El segundo sencillo, Nunca más, que salió a finales de marzo, es el más “pesado” que han lanzado hasta la fecha. “Es un manifiesto de lo que viene en este disco. No queremos pensar en cuántas radios la van a sonar; es una canción que nos gusta y que creemos que la gente que nos sigue la va a amar también”, dijo Sotela.
La experimentación también se hizo presente. Musicalmente, el disco es pesado, pero las voces son más melódicas que antes. A la vez, tiene cuatro baladas, una novedad en su catálogo. Por si fuera poco, hay participación de la chelista Sonia Bruno, el rapero Dan Robinson y los DJ Sotela y Monobeat; estos colaboradores ayudaron a construir los pasajes electrónicos y acústicos del disco.
Antecedente. Esta satisfacción pletórica que emana Akasha por este disco no sucedió sino hasta después de recorrida una senda tormentosa. La idea de grabar el disco estaba sobre la mesa desde antes de que Nájera se despidiera del grupo, pero el futuro tenía otros planes.
“Cuando empezamos a hacer el disco, él era parte de la banda pero fue un momento turbio”, rememora Sotela. “Nos metimos a buscar las canciones y, en lugar de unirse, el grupo se separó más. Tuvimos que parar, tomar la decisión adecuada y separarnos porque no fluía, no había química; era él por su lado y nosotros por el nuestro”.
Según el guitarrista, Akasha es la prioridad de todos sus miembros. “(Nájera) siempre tenía en mente su carrera solista y nosotros siempre hemos tenido mentalidad de banda. Siempre hubo ese problema y llegó un punto que, simplemente, fue como, ‘Vaya, hágase solista, no lo atrasamos, pero nosotros no podemos ser segundo plato de nadie’”.
En el grupo, la política es no hacer chismes, a pesar de que sienten que el cantante ha hecho comentarios controversiales.
“No nos gusta hablar mal de las otras personas; preferimos que la música hable por sí sola. (A Julio) le deseamos lo mejor, pero no vamos a volver a trabajar juntos de ninguna forma en ningún momento”, aseguró Sotela.
Hoy, las cosas marchan bien. Revoluciones saldrá pronto al mercado y el futuro pinta bien, con invitaciones al extranjero y hasta una versión en inglés de Desde adentro.
Así lo dice Sotela: “La banda está en su mejor momento, en su mejor alineación, no porque nadie más haya sido bueno o malo, sino porque la química y la comunicación es asombrosa, y eso se refleja en el disco”.
Akasha presentará Revoluciones en el marco del Festival Internacional de las Artes, el viernes 1.° de mayo, a las 8 p. m., en el Cenac, en San José (y no en Desamparados como fue anunciado al principio). El ingreso será gratuito y para todo público.
Colaboró: Manuel Herrera.