Con un piano bien afinado y más de 30 canciones es que llega a nuestro país el cantautor venezolano Ilan Chester, el próximo 26 de mayo, para ofrecer un concierto íntimo y especial para sus seguidores venezolanos y costarricenses.
La cita será en el Jazz Café Escazú, a partir de las 8 p. m. El autor de obras románticas como Palabras del alma, Un querer como el tuyo, Todo mi corazón, Dímelo y Ojos verdes visitará Costa Rica como parte de una gira internacional que realiza por varios países de suramérica.
Las entradas para este concierto están a la venta en el Jazz Café; además, puede conseguirlas llamando a los teléfonos 2288-4740 y 8429-1818. Las localidades y precios son: ¢40.000 (vip planta baja) y ¢30.000 (segundo piso). El artista costarricense José Cañas será el encargado de la apertura del espectáculo.
"Ya he ido varias veces a Costa Rica; mi carrera comenzó en 1983 cuando en Venezuela reventó toda una serie de artistas que salimos en ese momento como Yordano, Franco de Vita y Ricardo Montaner. A partir de ahí es realmente increíble que estemos en el 2018 y que todavía haya vida", recordó Ilan hace un par de semanas en una entrevista telefónica con Viva. A continuación les presentamos un extracto de esa charla.
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-Esa camada de artistas de esa época que nació en los años 80 ha marcado una historia muy importante en la música romántica. ¿Cómo considera ese aporte de Venezuela a la cultura latinoamericana?
-Es curioso notar cómo el factor económico es el que decide. Las compañías disqueras consideraban que necesitaban estrellas o artistas locales, en ese momento se escuchaba música clásica y contemporánea pero no existía el apoyo a los artistas nacionales, había apoyo a los mexicanos, argentinos, españoles, pero a partir de dos empresas que destacaron en esa década se abrieron las casas disqueras. Esa fue la oportunidad para que nosotros mostráramos nuestras canciones; en Venezuela se nos recibió con los brazos abiertos y después se expandió a otros lugares.
-Hay muchas canciones suyas que le han dado la vuelta al continente gracias a otros intérpretes. ¿Como compositor qué lo inspira y qué siente al escuchar sus temas en voz de otros?
-Tengo dos o tres maneras de componer canciones. Una es la fórmula romántica porque soy una persona sensible; la otra es por medio de la sensibilidad social a través de mi observación del mundo o de la conducta humana que me inspira, también tengo un toque religioso ya que soy un devoto de Krishna y tengo más de 40 años estudiando la cultura antigua de la India. Esas son mis tres fuentes básicas de composición y por supuesto que cuando escucho, por ejemplo, Palabras del alma, interpretada por Marc Anthony, o la música de Será de Ricardo Montaner, eso me hace muy feliz.
-Además de la inspiración por esas tres aristas, ¿qué ha influenciado su música?
-La verdad es que soy una combinación de muchas influencias musicales. Nací en Israel, a los dos años me llevaron a Venezuela. En mi casa se escuchaba música clásica desde que yo era niño, porque mis padres eran europeos, también había mucha música americana como la de Frank Sinatra o Dean Martin; eso combinado con la música judía, así como del Caribe sur, hizo una ensalada en mi manera de componer que se detecta en mis canciones.
-Buena parte de su carrera la ha dedicado a mostrar el folclor venezolano. En este momento social que vive su país, ¿qué tan importante es llevar el mensaje cultural fuera de las fronteras?
-Es importantísimo. Primero hay que hablar de las canciones mismas, de sus melodías, sus ritmos y sensibilidad que me han conmocionado mucho. He realizado 20 trabajos relacionados con la música autóctona pero a mi manera; ahora salgo a cantar desde Canadá hasta Argentina, a presentar mi material como venezolano.
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-¿Cómo considera que se encuentra el estado de la música romántica en la actualidad con la fuerza del género urbano y el reguetón?
Recuerda que todo arte es expresión del estado de la consciencia del artista. Así como el que está en Alemania, el que está en Suramérica, el que habla en español o usa el inglés, todo es el reflejo de la cultura. El arte en general funciona así, cuando el estado de la consciencia está dominada por superficialidades, necesariamente lo que expresa el artista es superficial.
"Hemos perdido valores porque hemos heredado una sociedad muy materialista, muy egoísta, muy vanidosa; de ahí que las personas entienden, por ejemplo, que la música urbana está acompañada del bling bling, el oro y la superficialidad. Pero todo es cíclico en la música, nos hemos dado cuenta de que cambia constantemente porque nada permanece en el tiempo; eso sí, cabe decir que dentro de la música urbana, del hip-hop o de la música influenciada por la música citadina, tiene también sus méritos porque hay compositores e intérpretes que han hecho un buen trabajo. En el caso del romance, ese siempre va a imperar porque somos gente de corazón".
-Pero también hay artistas y canciones que rompen esa barrera del tiempo...
El asunto es que con una vez que se toca el corazón de la gente de manera acertada, honesta y efectiva, el público se vuelve familia. Llega un momento en que la comunicación es de corazón a corazón, que la relación prevalece entre el artista y el público es de familiaridad, de cariño. Así veo yo a quienes siguen mi música cada vez que llego a un teatro, porque es gente que creció conmigo, con mi música. El romance y el amor juegan ese papel importante en la música.