Eros Ramazzotti está feliz de estar en Costa Rica: en este país se siente tan acogido como en su cálida Italia. El cantante regresó 18 años después de su último concierto. Tras tantos años lejos, decidió volver con las manos llenas y trajo con él sus mejores éxitos y nuevas canciones como obsequios.
A las 8:01 p. m., el apreciado italiano apareció en escena luciendo como todo un caballero: fue puntual y vestía de elegante saco. Su intacta voz en vivo emocionó a todos los fans que lo vieron desde la primera hilera de asientos frente al escenario. De inmediato se levantaron a grabar este encuentro con su artista, pero un agitado (y de apariencia molesta) hombre pasó indicando enérgicamente que debían sentarse. No hubo protestas y desde su asiento, los fanáticos continuaron grabando el momento especial.
La noche del 25 de noviembre estuvo fría, nublada y con una llovizna intermitente, ninguno de los factores representaron una dificultad para quienes estaban viendo a un artista que mantiene su calidad vocal y escénica 18 años después de su último show en el país.
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Ramazzotti, de 59 años, cantó en italiano y en español. Saludó a su querida Costa Rica y reiteró lo feliz que estaba. Tras cantar un par de los temas de su nuevo disco Battito Infinito (latido infinito), el artista cantó el tema Soy, que interpreta junto a Alejandro Sanz. En una enorme pantalla se proyectó un video en el que el italiano y el español aparecen juntos.
Poco después, presentó una de sus canciones más famosas y que daría un adelanto de lo que sería su noche: Una emoción para siempre.
Mientas cantaba en italiano y el coro en español, Ramazzotti reafirmó por qué valía la pena estar en este recital: es un artista que no solamente canta y ofrece un show, sino que con su romanticismo tan natural consigue que de verdad “los momentos queden grabados en la mente”. Podría sonar trillado, pero es real.
Tras un par de cortas interacciones y de cederle espacio a sus músicos y coristas para que también se lucieran, Eros cantó Si bastasen un par de canciones y continuó con un medley en el que viajó por algunos de sus clásicos de siempre, todos interpretados en español. Algunos fans bailaban sin pausa. Otros permanecían contemplando la actuación del artista.
Los asistentes a este recital se concentraron en la zona de la cancha del Estadio Nacional. Las graderías permanecieron vacías, sin embargo, tener a su público agrupado en la zona de la gramilla permitió que el ambiente se tornara más íntimo.
Un tercer encuentro para recordar
Eros Ramazzotti regresó a Costa Rica por tercera vez: la primera fue en 1994, luego en el 2004 y fue en este 2022 que volvió a juntarse con los ticos. A mitad del concierto, se unió con Roberta Gentile y juntos interpretaron, de manera magistral el tema I Belong To You.
La presentación continuó con gran calidad escénica, el italiano tocó un solo de guitarra eléctrica y provocó pieles erizadas con las muestras que daba con su voz. El tema Música es fue uno de los momentos más emocionantes de la noche, porque los músicos, coristas y él hicieron una sinergia fabulosa.
Eros Ramazzotti es un artista inmenso y aún sabiéndolo tiene la humildad de confiar que hay un tema que le cuesta “cantar en castellano”. Luego de hacer la confesión y tras los acordes de guitarra que él mismo tocó empezó a cantar el icónico Nada sin ti.
La melancolía se transformó en energía cuando al ritmo de saxofón cantó Terra Promesa. El público se concentró en grabarlo. Él se cubrió con una bandera de Italia y se colocó una gorra para atrás, adquiriendo un look más urbano. Mientras esto pasaba de su boca salían diferentes sonidos logrados con su voz.
Eros, una declarado amante de Latinoamérica también quiso homenajear a la región con el tema Virgen de Guadalupe, tema que interpretó en español y con la energía intacta.
En la parte final de su concierto Eros Ramazzotti emocionó a todos los asistentes con sus temas más famosos: Fuego en el fuego, Otra como tú y Cosas de la vida. En este momento, el italiano bajó del escenario para estar más cerca del público: bromeó con la barba de un miembro de la producción, se adueñó del sombrero de un fan y mandó saludos a las cámaras que lo grababan. Parecía suficiente, pero Ramazzotti dio algo más.
Tras más de dos horas de concierto, el italiano regresó, con una boina puesta, al escenario para cantar La cosa más bella.
“Te quiero mucho”, dijo al despedirse y tomarse selfis con su audienca. Tras terminar un show que no quedó debiendo nada, es probable que los fanáticos contentos se adueñen de una de sus letras para expresarle lo que les hizo sentir: “gracias por existir”.