Tras más de tres años de no lanzar un disco en estudio, Escats retorna a las tiendas de la mano de Qué lindas que son las ticas, su tercer álbum, en homenaje a algunas de las canciones costarricenses que más huella dejaron en nuestra cultura popular.
Con el objetivo de celebrar en vida a músicos nacionales cuyas obras todavía hacen eco en el público, el trío costarricense de pop arregló y grabó temas como ¿Qué vas a hacer esta noche?, de Gaviota, y Si te vas, de Los Hicsos.
La grabación cuenta con invitados como Bernal Villegas, Marco Castro y Emmanuel Sotela (de Akasha).
El disco se puede adquirir en tiendas Vértigo, y el lanzamiento coincide con la nueva temporada de la obra teatral Qué nindas que son las ticas, la cual el grupo ha protagonizado en el Teatro El Triciclo, durante el último año, y que regresa hoy con nuevas funciones.
Además de continuar con la obra de teatro, Escats ofrecerá una gira de conciertos gratuitos y masivos en escenarios de Limón, San Carlos, Pérez Zeledón, Puntarenas, Guápiles y San José, a partir del 21 de febrero.
Sobre el disco, su génesis y lo que representa este nuevo paso para la banda, sus integrantes conversaron con La Nación. Este es un extracto de lo departido.
¿Cómo nace la idea de 'Qué lindas que son las ticas'?
Kin Rivera, Jr: Ya habíamos pensado hace mucho tiempo en rendir homenaje a esa música costarricense que hace muchos años había movido los corazones de muchísima gente. Nosotros vivimos esa época; yo soy el menor y aún así recuerdo el pegue que tuvieron todas esas canciones y los grupos en los años 80. Primero se dio la oportunidad de juntarnos con el teatro El Triciclo. Invitamos a los actores a un concierto en el que íbamos a tocar varias de estas canciones y les gustó mucho; llegamos a un consenso de trabajar el show sobre las canciones costarricenses. Así nació Qué nindas que son las ticas, que ha tenido bastante aceptación, y a mitad de temporada entramos al estudio a grabar.
¿Cuál es la historia de la obra?
Luis Alonso Naranjo: Mauricio Astorga y Ricardo Jiménez, de El Triciclo, nos enseñaron sketches que hicieron basados en las canciones. La idea es que el teatro es nuestra sala de ensayos para un concierto en la noche y, mientras estamos ensayando, el encargado del teatro y el conserje nos interrumpen constantemente; ahí surgen los diálogos y la comedia. Nos interrumpen para que les ayudemos con una muchacha que les gusta y, al final, nos damos cuenta de que les gusta la misma muchacha, lo cual desata una serie de situaciones cómicas.
¿Por qué el nombre 'Qué lindas que son las ticas'?
Naranjo: Hay una canción que se llama Qué lindas que son las ticas, del grupo que cantaba Caballito nicoyano y esas canciones...
Felipe Contreras: Del grupo Los Ticos, de don Mario Chacón.
Naranjo: Usamos el nombre con doble sentido, tanto por las mujeres como por los temas.
En el disco hay desde chiqui-chiqui hasta rock. ¿Cómo abordaron el repertorio?
Contreras: Hicimos una selección basándonos en que fuera famosa y que anduviera por los rangos de la voz de Luis Alonso.
Rivera: Estas son las 10 canciones que más nos gustaban para una primera producción; entonces, quedaron muchas por fuera. Nos sentamos a escuchar todo el material y nos dimos cuenta de todo lo que se hizo en esa época.
Naranjo: El desafío era renovar las canciones, que tuvieran el sonido de Escats y del 2015, pero que el alma de la canción no se perdiera. Queríamos que la gente las reconociera y los que no, que tuvieran un sonido tan moderno que crean que son canciones nuevas. Por ejemplo, De mañana en adelante, de La Pandylla, es balada y nosotros la tocamos muy diferente. Es un rock que mantiene la línea pop, muy fresco, muy accesible, muy digerible.
¿Cuáles fueron retadoras?
Naranjo: Dime qué puedo hacer sin ti (de 50 al Norte) porque es una canción relativamente sencilla y a nosotros nos encanta porque es tan sencilla que captura mucho, nos fuimos al extremo; es una de las canciones en las que dijimos: ‘Llenémonos la mano un poquito, no hagamos todo tan comercial’. Le hicimos un arreglo que combina rock y jazz, y la rearmonizamos y Kin hace un solo de batería.
¿Los homenajeados han escuchado las nuevas versiones?
Naranjo: Bernal Villegas (50 al Norte) escuchó la versión y le encantó; de hecho, el solo de guitarra lo grabó él. Ricardo Padilla escuchó Ni amante ni amor ni nada en vivo; Carlos Guzmán y Rodolfo Emilio Morales también.
¿Qué es lo más especial de estas canciones para ustedes?
Naranjo: Para nadie es un secreto que en Costa Rica ha sido difícil el tema de la música nacional, y estas son canciones que marcaron la diferencia, que lograron derribar ese muro. Si viéramos una luz al final del túnel, cada vez que se encendió fue porque sonó una canción de estas y todo mundo la hizo suya, y sonó un montón y los conciertos se llenaban...
Rivera: Cada una de esas canciones es buena. La temática es muy buena o muy linda. Estamos agradecidos de poder trabajar un material así porque se aprende mucho. Ya cuando lo estudiás a fondo te das cuenta de lo que quiso crear el compositor, y eso nos obligó a tratar de hacer algo bien hecho. Una de las cosas que más nos preocupaban era lo que iban a pensar ellos; la idea siempre fue cuidar su canción y tratar de hacerla sonar bien, al estilo Escats.
Naranjo: Estamos seguros de que si esto fuera México y estas canciones hubieran pegado serían famosas en toda Latinoamérica, por su alta calidad.
Hay discursos en contra y a favor de los covers y los tributos. ¿Cómo asumen esas críticas?
Naranjo: Hacemos música porque nos gusta, entonces no tenemos ningún problema en hacer una gira de salsa, o hacer un homenaje a la música nacional, o tocar música original... La gente no podrá criticar que no hacemos música original porque hemos colocado muchos sencillos originales en el oído de la gente.
¿Dirían que no es que Escats 'necesite' hacer covers, es que Escats 'quiere' hacer covers?
Naranjo: Exactamente.
Rivera: Cuando Escats se formó, lo que hacíamos era tocar covers porque son canciones que nos gustan. Después empezamos a meter originales, conforme pasó el tiempo y fuimos sacando discos. Sin embargo, esto no lo sentimos tanto como covers porque al ser canciones de artistas costarricenses las sentimos más nuestras; de repente es algo psicológico. Al darles el sonido nuestro, las sentimos todavía más nuestras, obviamente con el sumo respeto a los compositores. Lo hacemos porque nos nace y mañana podemos hacer un volumen dos de esto, un disco de covers extranjeros, o temas originales...
Naranjo: Creo que la gente a veces es muy escrupulosa, pero si usted está haciendo algo y lo disfruta, hágalo; pero que haya honestidad en la propuesta, no que sea oportunista. Si quiere tocar plancha, que lo haga, pero porque le gusta y porque lo hace bien.
¿Tienen canciones originales que todavía no han salido?
Naranjo: Sí. No paramos de componer. De hecho, este año queremos grabar otro disco original. Este proyecto es como un paréntesis, pero llevamos un año.
Escats nace como jazz pop, después hubo salsa y pop romántico, y ahora lo popular tico.
Rivera: Escats es música. La línea central es la balada pop. En el primer disco hay dejos de jazz y soul; el segundo es más popero tirando un poquito al rock; y el DVD es más experimental.
Naranjo: El sonido es ese. No se parece a nada. Si agarrás una balada y la comparás con Camila, no tienen nada que ver, a pesar de que sean el mismo estilo.
Han hablado de lo difícil que es derribar muros para la música costarricense, ¿sienten que a través del teatro encontraron una forma de derribar el muro de una forma más prolongada, para seguir haciendo esto incorporando esta nueva expresión?
Naranjo: La palabra clave es ‘reinvención’. Vivimos en un país tan pequeño que, para mantenerte vigente, tenés que estar creando cosas nuevas; entonces, nos agrada la idea de haber generado un concepto que combina música y teatro, y aprovechamos para morirnos de la risa. La gente agradece que les estamos entregando un producto con el cual pueden cantar, recordar y reír.