Solo los grandes de México reciben el exclusivo honor de ser velados en el Palacio de Bellas Artes y en la plaza Garibaldi. Una tica que siempre renegó de serlo, Isabel Vargas Lizano , Chavela, se ganó esa distinción.
Macorina, La llorona, Cruz de olvido, Vámonos, Soledad, La noche de mi mal, Somos, Ciudades, Si no te vas...
... su voz intensamente quejumbrosa, salida de algún oscuro rincón de un bar, transformó a Chavela de la güila huidiza y rebelde que creció entre los cafetales de San Joaquín de Flores, en una mujer malenamorada de otras, que rompió esquemas y cosechó éxitos y lágrimas por igual en México, el país que la adoptó como suya.
Autoproclamada mexicana, esta cantante falleció el 5 de agosto de 2012, a los 93 años, en Cuernavaca, tras una extensa carrera artística donde caminó junto a grandes de la música, quienes la adoraban.
Que lo digan los españoles Joaquín Sabina y Diego el Cigala: ellos cantaron con y para ella en incontables ocasiones.
Las notas periodísticas le atribuyen a Chavela, entre muchos méritos, haber diseminado lo más destacado de la música mexicana por el mundo, y ser la mejor intérprete de las letras de José Alfredo Jiménez, compositor de más de 200 canciones: El Rey, En el último trago y Si nos dejan, por mencionar unas.
Entre numerosos reconocimientos, en el 2007 recibió el premio a los “Logros de toda una vida”, en los Grammy Latino.
En el libro Solares , citado por el periódico español El País, Alcibes Vargas recordó a Chavela: “Su especialidad eran las noches de luna llena. Se echaba la guitarra al hombro y se iba a los trapiches con un grupo de chavales. Nos encaramábamos al carro y la seguíamos todos. Ella siempre con pantalones y bonita, muy bonita. Es verdad que se escandalizaban todos”.
Mujer de pocas palabras y muchas canciones, ruda en su jorongo rojo, flanqueada por guitarras y mariachis, a pesar de su resentimiento una parte de sus cenizas quedaron esparcidas en su tierra natal.
Capaz de hacer llorar con sus interpretaciones al cineasta Pedro Almodóvar, Chavela fue despedida como los grandes y sigue siendo recordada como tal.