Los fanáticos de Joaquín Sabina se reunieron este miércoles 7 de marzo en los alrededores del Estadio Nacional, en la antesala al que podría ser su último concierto en Costa Rica. Algunos compraban camisas, otros bebidas y comidas; otros conversaban con sus grupos o le piropeaban el sombrero a otros.
Pero todos compartían nervios, de esos bonitos que se sienten cuando algo importante está por ocurrir.
"Siento mucha alegría de estar aquí, pero al mismo tiempo siento que es un momento triste, porque puede que no se repita", dijo Andrea Flores.
Ella llegó desde Heredia con sus dos amigas -Jimena Corrales y Andrea Murillo- para disfrutar del concierto en La Sabana. En el caso de Flores, esta sería su quinta ocasión, dadop que lo ha visto tres veces en Costa Rica y dos en España, el país de origen de Sabina.
El artista de 69 años generalmente viste de negro, usa un bombín y bufanda del mismo color, y ese parecía ser el código de vestimenta entre la mayoría de los 13.000 seguidores que asistieron al concierto.
"Él es como la tesis de la antítesis, es una figura inigualable y un hombre que reboza talento. Vengo feliz de ver al maestro", dijo William Moraga, de El Carmen de Guadalupe.
"Lo que él dice en sus letras es fundamental, él sabe poner en palabras cosas que uno pensó que solo uno había vivido y en un lenguaje poético", comentó un fanático que ha visto al Flaco de Úbeda en concierto trece veces, y que prefirió mantenerse anónimo. Su nombre, para los otros sabineros, es Taxi.
Fue por una entrada regalada que este tico terminó en un concierto de Sabina en 1993 y desde ese momento se volvió un fanático empedernido. Ha comprado todos los discos, recortado noticias en periódico y ha asistido a todos los conciertos que le ha sido posible.
Él, junto con otros fanáticos de Guatemala y Panamá consiguió entradas para una de las primeras filas. Ellos viajaron recientemente a Ciudad de México a ver a Sabina y a reunirse, compartir anécdotas.
"Una vez estuve preso nueve horas en Nicaragua, no me creían que solo venía a un concierto", dijo el guatemalteco Wilder Sarceño. "Esta es mi tercera vez en Costa Rica y es su última gira, tenemos que ir a todos los conciertos posibles", agregó.
Este 10 de marzo, Sarceño estará viendo a Sabina en San Salvador, el que posiblemente será su último concierto.
"Los sabineros somos un público muy fiel", dijo Sarceño. "Creo que eso viene mucho de la persona que es Joaquín Sabina, es incomparable".