A siete horas del concierto, seguidores del artista británico soportan altas temperaturas en las afueras del Estadio Nacional. Su ánimo, sin embargo, no se apaga.
“Di mae, nunca ha venido Roger y se va a poner uno en varas”…
A pocas horas para que se inicie el concierto histórico de Roger Waters en Costa Rica, Alejandro González se tapa con una caja para protegerse de un sol abrasador.
“Vale la pena la asoleada”, reitera Alejandro, uno de los cientos de fans que cuentan cada segundo para ver a la leyenda de Pink Floyd. Están en las afueras del Estadio Nacional y de ahí nadie los moverá, por lo menos hasta que se abran las puestas del estadio y se topen cara a cara con el artista británico.
Estamos en las afueras del Estadio Nacional. Esto es lo que viven los seguidores que hacen fila a menos de 12 horas del inicio del espectáculo para #RogerWatersCR
Posted by nacion.com on Saturday, November 24, 2018
Entre sombrillas y vendedores de camisetas sería un suicidio moverse. González y compañía están haciendo fila en las zonas de pie no numeradas y cualquier movimiento en falso podría dejarlos sin su puesto.
En la fila hay gente de todo de lado, incluso de El Salvador. Josué Valle es uno de ellos, quien llegó a San José junto a su novia.
“Fue cansada la travesía, pero había que hacerla. Desde que nos dimos cuenta de que venía hicimos el esfuerzo de comprar las entradas y nos vinimos”, comentó.
Sorpresa
Con revendedores merodeando varias ventas de camisetas y un copero sonando la campanita, nada parecía salirse del ambiente tradicional de un concierto. Sin embargo, a las 12 mediodía todo cambió, cuando el sonido del Estadio hizo retumbar los alrededores.
El sonido de Waters es especial, pues además de los parlantes que se colocaron en el escenario, se ubicaron otros en las graderías y en puntos estratégicos del reducto para una experiencia auditiva única.
Por eso la primera embestida sónica fue como la de un avión que sobrevolaba la joya de La Sabana y los gritos no se hicieron esperar.
“Chivo, chivo”, gritó Kevin Quirós en el momento. No se pudo resistir.
Para todos los fans, posiblemente, fue su primer alarido de muchos que esperan dejar escapar esta noche, la esperada noche.
“Esto es un sueño”, concluyó Sandra Apuy, un sueño que a partir de las 7 p.m comenzará a materializarse. A las 4 p.m. se abren las puertas.