El músico y compositor costarricense Carlos Vargas, mejor conocido como Tapado, recorrerá por segunda ocasión San José como mariscal del Festival de la Luz.
El artista forma parte de la agrupación Malpaís, que este miércoles 29 de noviembre fue anunciada como mariscal de este año, por lo que caminará junto a sus compañeros Jaime Gamboa, Daniela Rodríguez, Iván Rodríguez, Manuel Obregón, David Coto y Gilberto Jarquín por Paseo Colón y avenida segunda recibiendo el homenaje del público.
“Voy con humildad a recibir el reconocimiento con mis compañeros. Es como una palmadita en la espalda de que se están haciendo bien las cosas y hay que continuar. Será un día especial donde vamos a estar muy agradecidos y honrados de saludar a las personas y estar en contacto con ellos. Sé que es realmente especial estar ahí”, dice Vargas.
Pese a que esta es la primera vez que recibe el homenaje junto a sus colegas de Malpaís, el percusionista ya había sido mariscal del afamado desfile navideño en el 2005, junto al guitarrista Edín Solís y el violinista Ricardo Ramírez.
En aquella ocasión, los integrantes de Éditus fueron reconocidos por su trabajo con Rubén Blades, quien grabó junto a ellos los discos Tiempos y Mundo, que lo llevaron a obtener dos premios Grammy.
Hace 18 años, el trío musical también estaba trabajando en la grabación de uno de los discos del célebre Armando Manzanero (1935-2020).
Ante ello, Tapado asegura que se siente muy privilegiado de “haber sido parte de dos bandas que han sido tan importantes en Costa Rica”.
“La verdad es que todos estos reconocimientos lo que hacen es que uno se sienta honrado y agradecido por el nombramiento. Más que todo, a mí me hace pensar que sigo siendo muy afortunado de trabajar con dos bandas como Éditus y Malpaís... He disfrutado mucho ser parte de eso”, reconoce.
‘No me gusta estar figurando’
Aunque es muy significativo que el trabajo de los músicos sea reconocido, para él es muy difícil recibir homenajes o reconocimientos de este tipo.
“Honestamente, a mí no me gustan mucho los reconocimientos, desfilar y ese tipo de cosas. Me da vergüenza, me da pena, no me gusta estar figurando. Y eso es una paradoja, porque yo salgo en medios de comunicación y tengo claro lo que los grupos hacen y, bueno, soy parte de esos grupos”, comenta.
Por ejemplo, recuerda que la primera vez que desfiló como mariscal, hace 18 años, aprendió que debe estar satisfecho con su trabajo y que así como un fan puede admirar a un artista, los artistas también pueden admirar a un fan.
“Sentía como nerviosismo y pena, pero me conmovió mucho la reacción de la gente. Lo que me ayudó mucho a sentirme bien fue, por ejemplo, cuando íbamos pasando por el Hospital Nacional de Niños y nos dijeron que volviéramos a ver a los chicos que estaban en las ventanas... Me conmovió muchísimo, me hizo llorar y me dio esa claridad de que hacemos música para las personas”, cuenta.
Los tiempos han cambiado y Tapado ha aprendido muchas cosas que en aquel 2005 no sabía. Está seguro, en esta segunda ocasión que se conmoverá y volverá a disfrutar como hace 18 años.