El error más común que se comete cuando se habla de calypso, es pensar que es un género sencillo de interpretar, que es solo una persona con una guitarra. O peor aún, pensar que el calypso solo suena de una forma.
Con cuatro acordes de guitarra, un calipsero puede tomar una historia cotidiana y transformarla una melodía inmortal, que lo diga don Walter Ferguson, el calipsero más destacado del país y el autor de muchas de las canciones que conocemos.
La complejidad, la riqueza y sobre todo lo divertido que es el calypso se junta en el Festival de Calypso Walter Ferguson, que se celebra todos los años en Cahuita con la presencia de algunos de los mejores grupos de la región.
“Este festival de calypso va homenajeado a don Walter Ferguson, el representante máximo del calypso a nivel regional y reconocido mundial”, comentó Danny Williams, director del festival y discípulo de Ferguson.
Él como muchos otros músicos de Limón, ha querido darse a la tarea de resguardar el calypso, de hacer que éste viva más allá de la costa y que este sea uno de los atractivos para conocer Cahuita, la cuna del calypso limonense.
A partir de este 9 de julio, el festival celebrará su sexta edición en grande, con presencia de grupos extranjeros y locales dedicados a rescatar y enriquecer el legado del género, que se extiende por todo el Caribe continental e insular.
Habrá conciertos, charlas y también se celebrará la inauguración de la Casa de la Cultura y el Calypso en el centro de Cahuita.
“Es muy impresionante ver como un solo evento puede unir a tantos talentos y cómo puede unir a tantas familias del calypso”, señaló Danny Williams. Esas familias se verán las caras durante esta semana.
Según el director del festival, las actividades se realizarán a partir del 9 de julio con conversatorios y talleres en la Casa de la Cultura y del Calypso.
El jueves 12 de julio iniciarán los conciertos en Playa Negra y el viernes 13, sábado 14 y domingo 15, se activará el escenario principal en Cahuita, en el Parque Nacional. Las actividades son gratuitas y para toda la familia.
Experiencia
Es común que una visita al centro de Cahuita o al parque nacional del mismo nombre termine con una sesión espontánea de calypso. Frente al mar verdoso y la arena oscura del Caribe, es en donde se puede comprender mejor el espíritu de este género.
Cuenta en su biografía don Walter Ferguson que los calipseros se topaban en las costas y competían por la atención de la gente. Contaban cuentos en forma de canción, se molestaban entre ellos y algunos llegaban a los insultos.
LEA MÁS: Walter Ferguson: 'Mi mamá me decía que yo iba a ser un gran compositor'
Él, siempre creativo pero respetuoso, logró ganarle a los calipseros de Costa Rica, Panamá y otras latitudes hasta llevarse el título del Rey del calypso.
”Al principio, nadie creía en el calypso”, explica Danny Williams, de 62 años.
“La gente veía a los que tocaban calypso como los tres pelagatos que andaban por el pueblo pidiendo con el sombrero. Pero ahora cualquier fiesta o cualquier evento gira alrededor del calypso”, agregó.
En el Festival Internacional de Calypso no hay competencias ni pelagatos, pero sí diferentes estilos musicales que confluyen.
“Ahí en el festival uno puede permearse de la esencia del calypso y ver sus diferentes sabores”, explica Karol Barboza, quien ha participado con el grupo Las Chicharras y que será parte de la alineación de este año.
Barboza es oriunda de Peréz Zeledón, y junto a sus compañeras Mariangel Matamoros y Karlyn Salazar se encarga de rescatar la música latinoamericana que representa identidades.
Durante el festival, ellas tocarán calypsos de Costa Rica y de otras regiones en las que se interpreta el género.
“En el calypso, el sabor panameño no es lo mismo que el de Trinidad, o de Venezuela y uno puede escuchar y ver de cerca cómo suena un calypso en cada país”, comentó Barboza.
Ventana
Danny Williams considera la variedad del festival como una ventana a lo que ocurre en el género en el mundo.
“Este festival resalta la capacidad del calypso a nivel país y le ayuda a darse a conocer. Siempre traemos músicos de otros países y en esta ocasión los más reconocidos son los Beachers, de Panamá, quienes cierran el concierto del sábado”, explicó Williams.
En total, se presentarán 27 grupos entre los que habrá orquestas musicales, grupos de calipseros y conjuntos más grandes, como el grupo Cantoamérica, que se presentará el viernes a las 9 p. m.
Según Williams, de todos los grupos se puede esperar “puntualidad, imagen acorde y música que va más allá de las conocidas, todos traen canciones nuevas".
"Tratamos de que la gente sepa que verá calidad y que los grupos elegidos se den a conocer”, comentó.
Entre los participantes están Shanty Calypso un grupo originario de Limón; Calypso Mastas, que Williams describe como un conjunto formado por destacados profesores de música; y entre los más jóvenes, Junior y su calypso.
“Ese grupo de Junior tiene un muchachito de casi 15 años, que canta y toca instrumentos, es un ejemplo para la juventud”, señaló Williams. El director del festival participará con Kawe Calypso, conjunto que ayudó a fundar y con el que ha viajado por el Caribe y Europa.
Para la gente y por amor al calypso
El festival es una actividad del pueblo, literalmente. La Asociación de Desarrollo Integral de Cahuita, conformada por vecinos de la zona, es la que gestiona el festival.
La asociación ha negociado el apoyo de otras instituciones como el Ministerio de Cultura y Juventud, la Municipalidad de Talamanca y el Banco Nacional, que aportó casi 27 millones para la construcción de la Casa de la Cultura y el Calypso.
Todas las actividades serán gratuitas. Los asistentes que quieran apoyar al festival podrán adquirir camisetas, bolsas, vasos, del festival a precios módicos.
“Algo tan grande cuesta que sea gratuito, pero este evento es del pueblo y es para todo el público que quiera acercarse”, señaló Williams.
“Sería bueno que las empresas direccionen sus ojos para acá y vean que este festival es recreativo, es cultural y que el festival sirva para impulsar a los comerciantes y a los compositores de calypso. Esa es la gran idea”, agregó el director.
De la misma forma, en esta edición del festival van a inaugurar la Casa de la Cultura y del Calypso, un espacio permanente que ayudará a promover el género.
Según Williams, en el espacio se le enseñará a los jóvenes a interpretar y componer el calypso, para que el viejo arte siga viajando entre las generaciones. En la casa también habrá posibilidad de grabar esas composiciones.
“Estamos caminando”, dice Danny Williams con firmeza. “Hay países en donde el calypso es monstruoso, como Trinidad y Tobago, que lo tiene como atractivo cultural. Nosotros vamos por ese camino”.