Desde que el cambio climático impacta al mundo ya no se puede confiar en el dicho que nos heredaron los adultos mayores que decía “mañana oscura, tarde segura”. Este sábado 30 de abril, toda la mañana estaba gris y cuando llegó la tarde se oscureció más, pasadas las 2 p. m., el cielo no tenía ni un rayo de sol y de repente cayó el aguacero, pero esta vez no tomó por sorpresa a las personas asistentes al Festival Picnic.
La oscuridad de las nubes se compensaba con todos los colores y sonrisas que resaltaban en todo el campo abierto del Centro de Eventos Pedregal. Cuando las gotas aún no caían, dos amigos caminaban felices, pero en ellos resaltaba un detalle: sus zapatos estaban cubiertos por bolsas.
Los amigos decidieron que esta vez el agua no arruinaría sus zapatos. Édgar Aguilar y Abigail Meneses pensaron que era una gran idea. El muchacho tenía los plásticos intactos, en el caso de ella, la protección que pensó para sus tennis se rompió. De igual manera ella usó el mismo calzado del sábado anterior, no estaba dispuesta a echar a perder otro par de zapatos (estos se enlodaron tanto que difícilmente vuelvan a su estado original).
A ellos les acompañó su amiga Paula Picado, ella optó por comprar dos cobertores de latex para sus zapatos. Todo estaba calculado, incluso su vestimenta: ambas chicas optaron por shorts y camisas holgadas. La semana anterior usaron tops; pantalones largos, anchos y uno de ellos transparente que se arruinó.
“Pensamos en shorts porque un pantalón mojado pesa mucho”, dijo Abigail mientras se refugiaba en un techo: la lluvia cayó de repente.
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En la zona techada también estaban varias personas complementando sus looks con capas plásticas que juntas completaban la paleta de colores de un arcoíris.
Al inicio de la jornada las presentaciones en la mayoría de las tarimas empezaron cerca de la hora acordada, la moda apuntó más a la comodidad y era evidente la presencia de personas de edades más variadas. En la tarima Picnic había público disfrutando de Inbetwin, en ese momento aún no llovía y el ánimo de los asistentes estaba elevado, eso sí, la afluencia era un poco más baja que la de la semana anterior a la misma hora (antes de las 2 p.m.).
Para la tarde noche y noche se esperan figuras como Moenia, Reik, Raw Alejandro, Chichi Peralta, Zoé y Carlos Vives, por lo que la asistencia podría incrementar.
Pasadas las 3 p.m., la tarima Picnic estaba bastante concurrida. Mientras la asistencia gozaba al son de Boza, quien puso a todos a bailar con emoción con el tema Ella, una mujer que se robó las miradas fue la joven Angélica Vargas, quien estaba bailando bajo la lluvia sin ningún tipo de protección contra el agua.
“Aquí se disfruta mucho, hay que disfrutar los 90.000 que costó la entrada”, contó la oriunda de Turrialba, quien en jerga reguetonera estaba “perreando” sin parar. Ella comentó que no tenía capa porque quiso evitarse el trámite de hacer el sinpe móvil al vededor. A su lado había un muchacho que mientras tenía su ropa empapada igualmente disfrutaba del cantante panameño.
“Hay que pasarla bien y además agradecer de que en este país llueve, hay muchos países en los que no”, dijo muy animado y sin revelar su nombre.
En la tarima Jogo Ximena Sariñana cantaba sus grandes éxitos, una menor cantidad de público estaba allí para corearlas, pero lo hacían con fervor, sobre todo cuando cantó el tema Mis sentimientos, que interpreta junto a los Ángeles Azules.
Picnic, una experiencia
El pozo de agua que se formaba en las zonas con piso de concreto no era obstáculo para nada. En este día reinaron los zapatos de hule y las botas. Picnic además de música y de la incesante lluvia fue experiencia.
En esta actividad hay desde un carrusel con caballitos como parte de la diversión y hasta la berenjena mecánica que instaló una empresa de condones. Además, otras marcas habilitaron infinidad de espacios para que en tiempos de redes sociales las personas puedan hacerse fotos y videos en lugares llamativos.
Cuando muchos disfrutaban de los conciertos bajo el agua, y otros dos en interiores, había quienes mientras esperaban que se presentaran sus artistas favoritos, aprovechaban para visitar los variados espacios con luces, follaje y hasta bolas de colores y ahí inmortalizar el momento (y sus atuendos).
Al igual que la semana anterior, se habilitó un mercadito en el que personas emprendedoras podían ofrecer sus productos. Doña Daisy Castro, vecina de la comunidad de Belén de Heredia, llegó con su propuesta de aretes y pulseritas artesanales. Ella comentó que la actividad estaba preciosa, sin embargo, la venta sí había sido un poco baja.
En su mismo stand estaba don Alberto Fernández, quien llegó a ofrecer los snacks de su comercializadora. Para él los negocios habían estado mejores.
Cerca de las 5 p. m., mientras Guaynaa tocaba en el stage Picnic, el público continuaba con entusiasmo de cara a una noche en la que seguirá la alegría pasada por agua.