El maestro Armando Manzanero es el responsable de que los cantantes Francisco Pancho Céspedes y Arnoldo Castillo se unieran no solo en la música, sino también en una amistad que con los años ha ido creciendo en respeto y admiración mutua. Esa intensa relación que viven la llevarán a escena este fin de semana con dos conciertos románticos que presentarán en el escenario del teatro Melico Salazar, en San José.
El cubano-mexicano y el costarricense presentarán Cómplices, recital en el cual harán un repaso por sus propias carreras, pero que en un momento los llevará a cantar juntos, en intimidad y en complicidad con el público que los verá en el recinto josefino este viernes 29 y sábado 30 de octubre.
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Los conciertos están pactados para iniciar a las 7 p. m. Todavía quedan tiquetes disponibles, recuerde que el aforo es limitado así que es recomendable adquirir sus boletos con tiempo. Las entradas están a la venta en el sitio www.eticket.cr, los precios son: primer piso: ¢45.000, segundo piso: ¢40.000, tercer piso: ¢35.000 y cuarto piso: ¢25.000.
En entrevista con Viva, los artistas recordaron las razones de esta unión artística y de su amistad sincera, También hablaron de la importancia del arte para la sociedad en tiempos de pandemia.
Cómplices en la vida
“Francisco y yo nos vimos por primera vez en el año 2010 durante un homenaje a don Armando Manzanero que se hizo en las Grutas de Cacahuamilpa. Cuando yo empecé mi carrera uno de los artistas que más admiré fue a Francisco Céspedes, tengo muy presente que cuando lanzó su primer disco coincidió con que yo grababa el álbum de música folclórica costarricense y le dije a mi productor Fidel Gamboa que esa era la onda que yo quería hacer con el álbum, que fuera una reinterpretación armónica del folclor tico, que quería que tuviera una orientación similar”, recordó Castillo.
Años después de que habían coincidido en el homenaje a Manzanero, el costarricense le contó al maestro que tenía interés de traer a concierto a Pancho, ahí el mexicano le dijo que eran amigos y que podía hacer los contactos. “En esto de la música hay almas gemelas, hay personas con las que uno hace click de inmediato y así nos pasó a nosotros”, agregó Castillo.
“El vehículo de nuestra amistad fue algo mágico. Si el vehículo fue Armando Manzanero, eso es indestructible. En el camino descubrí al gran cantante que es Arnoldo, la seriedad que tiene en su trabajo, que es una persona decente de esas que en estos tiempos parece un poco extraño encontrar. Su arte y la manera de emprender todo como trabajador y las ideas que tiene, me han aportado mucho”, contó Céspedes.
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Es tanto el respeto que existe por el trabajo del otro que Francisco viene a hacer lo que mejor sabe: cantar y deja en manos de Castillo todo lo que corresponde a la dirección y producción del evento. “Ya escogimos el repertorio, a mí lo que me gusta es ir a cantar y como confío tanto en el trabajo de Arnoldo yo voy a eso. Él sabe perfectamente lo que hay que hacer para que un espectáculo salga bien y yo me dejo guiar”, dijo entre risas el cubano-mexicano.
Un nuevo aire
En medio de las nuevas medidas sanitarias -cuando el país está entrando a un periodo de mayor apertura para la industria del entretenimiento- los cantantes afirman que volver a escena después de más de un año de que las artes se vieron cerradas por la covid-19, es un aliciente tanto para ellos como artistas como para el público deseoso de estos espacios.
“Para estos conciertos estamos en los límites del aforo reducido, pero aún así es demasiado valioso porque jamás es lo mismo cantarle a una cámara que a la gente. El público te emana vibraciones y energías que hacen que el show vaya creciendo, es dar y recibir esa emoción mutua lo que hace exitoso un concierto. La gente es vital, yo por lo menos me siento demasiado feliz”, dijo Castillo.
“En estos tiempos, como nos aislaron, muchas personas empezaron a concientizarse de qué es lo verdaderamente necesario, qué es lo que se quiere y la música y el arte embellecen el espíritu. Los seres humanos somos animales de circunstancias y no podemos estar ajenos a lo que está pasando, pero en mi caso creo que siempre hay que entregarse por completo arriba del escenario y en estos momentos más porque está el añadido del deseo y la necesidad que tenemos como artistas de expresarnos y el público de recibirnos.
“Hay que cambiar la imagen de estar enmascarados, quiero reírme, quiero llorar también, quiero entretenerme y estar en estos lugares seguros de confort, de volver a estar juntos. Vamos a pasarla bien”, concluyó Céspedes.