Hace 25 años, Gandhi cultivó un jardín en el corazón de sus fans; gracias a ello, todavía recoge los frutos de la relación intensa de sus seguidores con las canciones de su disco debut en 1997. Así quedó demostrado la noche del jueves 20 de octubre en el Teatro Popular Melico Salazar en un concierto emotivo, nostálgico y lleno de buenos momentos con el que la banda tica festejó el aniversario de En el jardín del corazón, su primer álbum.
Temas como El invisible, Seca, roja, reja, y Quisieras son composiciones que a lo largo de un cuarto de siglo han acompañado al cuarteto y marcaron un hito en la escena nacional. Todavía suenan, siguen siendo queridas y se les abraza con nostalgia, como pasó en el show con el que Gandhi les rindió un sentido homenaje.
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Abel Guier, Federico Miranda, Massimo Hernández y Luis Montalbert-Smith armaron un concierto digno de la celebración. Fue una fiesta de principio a fin, un festejo en el que compartieron con sus amigos y con sus familias. Posiblemente muchos de quienes estuvieron hace 25 años en la presentación de En el jardín del corazón en el Melico, también asistieron este jueves.
Acostumbrados a dar en sus espectáculos una puesta en escena de altura, el cuarteto se empeñó en llevar el show un paso más allá.
Las proyecciones en las pantallas al fondo del escenario se encargaron de poner en perspectiva los 25 años de En el jardín. Fue un viaje por el tiempo, con botones de rewind para regresar a años importantes en la carrera de Gandhi hasta llegar a 1997 y al final con un fast forward para regresar al presente y cerrar con impacto.
Durante toda la velada, hubo imágenes de la banda. Fue un repaso por fotografías, videos y notas de prensa que pusieron en perspectiva ese cuarto de siglo de vida musical. Las proyecciones se encargaron de acompañar a la música como si fuera una película.
El viaje cargado de nostalgia y de recuerdos comenzó desde lo más nuevo hasta el principio de la historia. En la primera parte del show, Gandhi presentó una canción de cada uno de los discos que le siguieron a En el jardín.
Boicot (del disco Boicot: Victoria, 2020), Ritual (de Universo Asimétrico, 2016), Arigato (Arigato No!, 2009), Ciclos (Ciclos, 2004), Hacia adentro (Bios, 2002) y En dibujos animados (Páginas perdidas, 1999) fueron las elegidas para este repaso que llevó al público a escuchar de principio a fin las canciones de En el jardín.
En escena, el histrionismo de Luis al micrófono, la espectacularidad de Federico en la guitarra, la potencia de Massimo en la batería y la fuerza de Abel en el bajo fueron la receta perfecta para que el repertorio del concierto se sintiera bien amarrado, cocinado como la comida a fuego lento y todos los ingredientes se amalgaman para dar como resultado un gran sabor de boca.
Momentazos
Todo el concierto fue una descarga de emociones, pero hubo momentos sublimes. Un ejemplo de ello fue cuando Massimo dejó de lado los bolillos y tocó una guitarra acústica. Minutos después de ese espacio tan especial, las miradas y los oídos fueron atraídos por Federico, quien con su guitarra eléctrica subió a una especie de segundo piso en el escenario para acompañarlo.
Cuando Luis se sentó al piano y fue acompañado por una bailarina que danzaba en la pantalla, aquello se sintió como ese abrazo a la música del que hablamos antes.
Otro momento intenso fue cuando todos subieron al segundo piso para hablar entre amigos, como si estuvieran en la sala de la casa de Fede o de Massimo allá por los finales de la década de los años 90 cuando planeaban En el jardín.
Cada uno dio palabras de agradecimiento a todas las personas que fueron artífices del disco de una u otra manera y también para los fans que durante todos estos años los han acompañado. Al final, brindaron con copas de vino y de nuevo llegó la música con Descanso.
Después de esa calma llegó la intensidad con El invisible, La 469, Mátame, El payaso, Seca, roja, reja y Quisieras.
En Seca, Luis bajó de escena y cantó con el público en medio de las butacas del teatro. “Tan fea, tan seca, roja, reja, de la casa. Déjeme entrar, déjeme, si hay alguien ahí”, corearon los fans con él.
En la tarima, cuando volvió, dos portones desvencijados encerraron a Abel y a Federico; todo estuvo muy bien pensado para darles escenas impactantes durante la velada.
La fortaleza de Quisieras, con esa introducción tan particular y recordada, fue dando paso al cierre del show; sin embargo, Gandhi no se podía despedir sin un par de piezas más y así lo hizo.
La despedida llegó con el regreso a tiempos más recientes. Pasajero, una canción del álbum Boicot: Victoria, que habla de que el tiempo es pasajero y la clásica Estréllame fueron el gran cierre.
Gandhi festejó como mejor lo sabe hacer y su público agradeció el esfuerzo y el cariño que la banda mostró para celebrar una relación de más de 25 años que se comenzó a gestar con la siembra de un jardín en el corazón.