El Caballero de la Salsa volverá a Costa Rica para que su fiel público, ese que ama sus salsas románticas, sus boleros y sus sones, bailen pegadito a él. Este 14 de agosto, en el marco de la celebración del Día de la Madre, los ticos volverán a reunirse con el puertorriqueño en un concierto que el artista promete será para recordar.
El espectáculo será en el Centro de Convenciones de Costa Rica, a partir de las 7 p. m. La gira que trae al boricua se llama Camínalo Tour y, en el recital, Santa Rosa hará un repaso por sus éxitos románticos, pero también por las nuevas canciones de Colegas -su más reciente disco de estudio- y otros temas que son parte de un álbum que lanzará próximamente.
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Desde su natal Puerto Rico, Santa Rosa atendió una entrevista con Viva en la que habló del espectáculo, de sus 46 años de carrera artística y del estado actual de la salsa como género musical.
Vuelve a reencontrarse con su público en Costa Rica después de la pandemia. ¿Cómo se siente de cara al show en nuestro país?
-Muy contento de volver al escenario, de volver a Costa Rica a encontrarme con un público cariñosísimo que tengo ahí y al que le tengo mucho cariño. Imagínate, cuando a ti te tratan bien en un lugar quieres volver inmediatamente. Ahora nos tardamos en volver, pero fue por la situación que ya sabemos, así que esta visita se trata de algo bien importante y bien especial por el entusiasmo y la emoción que tenemos de volver a los escenarios, combinado con el entusiasmo y la emoción que tiene la gente de ir de nuevo a conciertos y divertirse.
En el caso de Costa Rica es en vísperas del Día de la Madre, así que imagínate todo lo que se combina para que sea una noche muy especial. Ojalá que así sea”.
Viene con un espectáculo para promocionar su último disco titulado Colegas, pero ¿qué más habrá en el show?
-Eso y un poquito más porque nosotros hicimos Colegas en la pandemia, pero en medio de eso grabamos un disco nuevo, entonces estamos poco a poco empezando a promoverlo así que de todo eso habrá; habrá salsas, las canciones que ustedes ya conocen de mí, boleros, un poquito de Colegas y presentamos también el nuevo trabajo. Espero que la gente lo disfrute mucho porque tengo una orquesta maravillosa de 14 músicos y un equipo técnico muy interesante. Pienso que tenemos un bonito show, ojalá que la gente acepte la invitación y vaya.
Viene con una orquesta bastante grande, apenas para bailar...
-Seguro que sí. Además, la música que hacemos nosotros estoy consciente de que le mueve los pies a la gente. Así que pásenla bien, lo importante es que lleguen, se diviertan y tengamos una bonita noche.
El público de fijo lo va a disfrutar, pero ¿usted como artista qué es lo que más disfruta en sus espectáculos?
-A mí me emociona ver a la gente emocionarse, ver como ellos se entregan, cantan y a veces hasta lloran porque se le tocan las fibras con alguna canción; a mí me emociona eso. Me encanta ver todo lo que pasa. Siempre he dicho que el público es el músico que no va a los ensayos porque cuando llegamos al lugar del concierto todo suena diferente y se ve diferente gracias al entusiasmo y la energía que el público te da.
¿Después de tantos años lo sigue motivando igual?
Sí, todavía me emociona, todavía me mueve. Todavía me da la electricidad esa que te da antes de entrar al escenario. Para mí el escenario se torna medicinal porque a veces uno no se siente necesariamente bien físicamente, pero llega al escenario y todo se olvida, aunque después del show empiecen los achaques de nuevo. El escenario se torna medicinal por toda la adrenalina y la energía que pasa por ahí.
¿En estos 46 años de carrera cuál es el recuerdo que guarda con más cariño?
-La música me ha dejado vivir, yo conocí la vida siendo cantante, conocí parte del mundo siendo un cantante. Entonces para mí la música ha sido vital. Tengo que decirte que yo recuerdo perfectamente el día que mi padre y mi madre me dieron su aprobación para seguir una carrera musical, cuando apenas salía de la escuela superior.
”Tenía mis dudas de notificarlo en mi casa porque cuando yo me criaba todavía existía el prejuicio contra el oficio. Me decían que esto no es un trabajo serio, que me iba a morir de hambre, pero cuando vi que mi vocación iba caminando a ser mi oficio pues no tuve ni que hablarlo porque mis padres sabiamente vieron lo que estaba pasando.
”Me dijeron: ‘Te vamos a apoyar en todo lo que hagas en tanto sea algo de bien’. Mi padre me dijo: ‘Prepárate bien, trata de hacer lo mejor que tú puedas y te damos la bendición’. Para mí fue el momento más importante, porque quizás yo hubiera dudado en seguir una carrera si iba a incomodar a mis padres o quizá lo hubiera atrasado y sabrá Dios qué hubiera pasado. Para mí es muy importante ese momento porque de ahí en adelante fue que empecé esa carrera de 46 años que he disfrutado tanto.
¿Qué opina de que el público tome sus obras como propias y se identifiquen con ellas? En mi caso, le dedico a mi mamá la canción Vivir sin ella...
-Para mí es la parte mágica del oficio. A mis 46 años de carrera me impresiona ver como la gente hace suya una canción y se identifica con detalles muy personales. Ver cómo la gente viene a hablar contigo y te cuenta cosas y todo a raíz de una canción. Recuerdo con simpatía el hecho de que me han dicho que debo de ser brujo porque cada vez que canto algo, siempre hay alguien que está pasando por lo que dice la canción. Lo que pasa es que en el amor hay cosas que se repiten y esa es la magia de los autores que cuentan las historias de otras maneras.
¿Cuál es su opinión del estado actual de la salsa? Es un género que no muere...
-Me gusta pensar que las raíces de esta música están bien puestas, tan bien plantadas que fue ramificando y está sólida. Hay un fenómeno que pasa en estos días y es que el público latinoamericano que goza de la salsa está viviendo una especie de relevo porque es más joven y eso le da durabilidad al género y lo fortalece.
”A eso hay que añadirle que somos un género que tenemos la mayor cantidad de artistas auténticos porque, es muy raro, ver en concierto a un artista de salsa que no sea lo que usted escuchó en un disco. Guardamos eso, hemos sido bastante responsables y, tengo que decirlo, es porque somos honestos en la propuesta ya sea que sean malas, peores o regulares, pero usted siempre va a ver lo que escuchó. El público va separando la paja del grano disfrutando la música y, en algunos sitios, descubriendo esa música que se hizo hace muchos años, eso también nos da la puerta a los artistas para proponer cosas nuevas.
¿Hace falta algo más por hacer por la salsa?
-Lo que nos está faltando ahora, según mi opinión, es el apoyo a estos muchachos jóvenes que están haciendo buena música. Ellos necesitan ese apoyo para que haya un relevo, ya que las grandes figuras no van a ser eternas y hace falta que estos muchachos se desarrollen.
Pero, ¿no es complicado para los artistas jóvenes con la saturación que hay, por ejemplo, con la música urbana?
-Es un poco contradictorio el hecho de que hoy día difundir la música es mucho más fácil que antes. Es algo que es bueno y es malo, porque tienes una cantidad de música que es muy difícil escuchar una canción y decir que te gustó fulano de tal, puesto que hay dos millones de fulanos de tal y lo digo con respeto. Yo digo que lo más saludable es hacer una mezcla con los medios tradicionales con los tecnológicos.
”Esto es una industria de canciones y de momento esa canción especial es la que te engancha con el público y te permite desarrollarte, pero en la búsqueda de esa canción es que los muchachos deben hacer su mayor esfuerzo, no sé cuál es la receta, pero ser auténticos les va a adelantar un poco el camino.
En concierto
Todavía quedan entradas disponibles para el concierto de Gilberto Santa Rosa, el 14 de agosto, en el Centro de Convenciones de Costa Rica.
Los boletos están a la venta en www.eticket.cr. Los precios van desde los ¢35.000 hasta los ¢98.000.