La cantante nacional Guadalupe Urbina no podía estar más orgullosa hoy, ya que, por medio de su voz, las tradiciones guanacastecas llegarán al escenario más importante del país: el Teatro Nacional.
“Lo más importante para mí es volver a este escenario, con un material que se merece estar en la casa mayor del arte de Costa Rica”, aseguró ayer la vocalista, durante una entrevista con
Ella se presentará hoy, a las 8 p. m., en ese lugar, en el que debutó en 1989 y al que lleva su espectáculo
“Regreso con repertorio muy especial, porque ni siquiera son las canciones de Guadalupe Urbina, si no que son canciones anónimas e inéditas de Guanacaste, que nunca se habían grabado y forman parte del acerbo cultural anónimo de la provincia y que tienen que ver con la herencia indoblanquinegra de la provincia”, sostuvo Urbina.
El trabajo de investigación comenzó en 1984 y, según recuerda la vocalista, más que una tarea fue un placer el viajar a distintas zonas de la provincia guanacasteca, para identificar y rescatar de las garras del olvido muchas de los temas que muestran la identidad de la zona.
El resultado fueron cientos de canciones que, de otra forma, estarían hoy perdidas, ya que la gran mayoría de sus autores o “guardianes” ya han muerto.
“Muchas canciones seguro que se fueron ya a la tumba con la gente, y algunas fueron recuperadas, pero sus fuentes ya están muertas. Solo tengo voces grabadas de ellos y solo como unos tres o cuatro quedan vivos”, detalló la artista.
Según explicó Urbina, el espectáculo de hoy es apenas la primera entrega de todas las canciones que encontró, y calculó que puede alcanzar para unas seis o siete entregas más.
Lo que los asistentes escuchen hoy también está disponible en un nuevo disco llamado
En el concierto de hoy, la acompañará una banda de siete músicos y tendrá, además, tres invitados especiales, que son Gladys Chiny, percusionista del grupo Claroscuro; Ricardo Fonseca, multiinstrumentista y director musical del espectáculo, y la cantante Ana Castro.
“Tuvimos ese hermoso placer de viajar en el verano por Guanacaste en mis días libres con amigos. Me iba con una amiga fotógrafa, Judy Blankenship, e íbamos a visitar al periodista Hernán Gutiérrez (de Radio Chorotega), quien se encargaba de organizar el viaje para llevarnos a visitar lugares especiales de Guanacaste”, recordó.
“Fuimos a muchos pueblos y conocimos a mucha gente linda que nos recibía con tortillas, cuajadas y café, y así fue como nació el cancionero y que también es un retrato, porque también hay hermosas fotografías de la gente”, agregó.
Para Urbina, llegar a esos lugares y conversar con la gente era como visitar lo que denomina “santuarios de la memoria”.
“La motivación inicial fue el placer de hacer una recopilación que me permitiera conocer canciones antiguas, que yo sabía que existían muchas, y con el tiempo se fue convirtiendo en una especie de archivo”, explicó Urbina.
Parte de eso que denomina como “placer”, fue el haber compartido tan de cerca con los habitantes de su provincia. “Para nosotros era encontrarnos con la gente y aprender canciones. De hecho, viajábamos llevando encargos como cabezas de plátano, jarabes para la tos y muchas que no había allá, y que uno las llevaba desde San José”, rememoró la artista, sobre los viajes hechos en los 80 y 90.