El homenaje a la cantautora Guadalupe Urbina fue una verdadera reunión de amigos, todos con una causa común: ser solidarios con ella, en este momento en que está luchando contra un quebranto importante en su salud.
La cita reunió ayer en la sala Palo Blanco, en San Isidro de El Guarco, Cartago, a cantautores, folcloristas y agrupaciones. Todos cantaron para demostrarle amor y respeto a la guanacasteca.
Urbina no pudo asistir, su hermana Julia explicó que se encuentra en España, donde recibe un tratamiento de medicina natural.
El público no era el que se esperaba; poco menos de dos centenares de asistentes parecían pocos en esa enorme nave industrial, transformada en un centro de eventos.
La actriz Alejandra Portillo dijo a Viva que era una lástima que la respuesta del público no fuera mayor, mostrando la solidaridad con la cantautora.
Sin embargo, a los artistas ese detalle no les quitó el ánimo, y durante sus intervenciones compartieron sus mejores cantos.
El homenaje comenzó a las 2:19 p. m., con el trío de música folclórica suramericana integrado por Mauricio Rojas, Tracy Mora y Danny Redondo. Luego fue el turno del cantautor Santy Montoya. La tarde y el verde de las montañas se colaron por los enormes ventanales, mientras en el interior los asistentes aplaudían cada canción.
Junto al escenario, una enorme pintura con el retrato de Guadalupe acompañó a todos. A sus pies cuatro tinajas de barro y algunas flores que sus amigos le trajeron.
La tarde transcurrió veloz, la voz de Francisco Murillo e Ivan Pitty le pusieron sabor tropical a la tarde. También fue simbólico el pequeño homenaje que el cantautor herediano Walter Benavides le hizo a Urbina, mediante la canción Lupe , que compuso para ella.
Viajar por la amiga. No eran miles, pero el público que llego era fiel a Urbina, fiel a su música y, por eso, decidieron decir presente al homenaje.
Entre todos los asistentes, las historias de Teresita Reid, estadounidense afincada en Guanacaste, y Rosa Azofeifa, también de la pampa, eran especiales. Ellas salieron ayer, a las 5 a. m., para estar desde el comienzo del homenaje.
Para ellas, Guadalupe es la maestra que dos años atrás les enseñó a cantar y las ayudó a formar un coro, pero, en especial, es la amiga de Guanacaste con quien pasaron hermosos momentos.
La jornada ofreció diversidad con una pareja bailando al ritmo de un bolero de Patricio Torres; amigos que se encontraban casualmente en el lugar; jóvenes que sabían de memoria el tema Háblame y Cronómetro , de María Pretiz.
La participación de cada artista fue corta; el objetivo era que todos tuvieran su oportunidad de entregar su música. Cada músico, a su manera, ya fuera pidiendo un aplauso, rezando un padre nuestro, con una copla o recordando una anécdota junto a Urbina, hizo que la guanacasteca se hiciera sentir en el lugar.
Al cierre de esta edición ya estaban listos para cantar Esteban Monge, Manuel Monestel y Rubén Pagura; además, esperaban realizar una videollamada a Guadalupe Urbina, para que gracias a la tecnología saludara a su público.