Esta entrevista se publicó originalmente en Viva de La Nación el 5 de mayo del 2007, bajo el título ‘El rock reclamó a Cerati’.
La plática con Gustavo Cerati, que fue vía telefónica, se dio en los días previos a su concierto del 8 de mayo de ese año y que sería, a la postre, su última presentación en el país. Al momento de la entrevista no eran públicos los planes de reunión de Soda Stereo, los cuales se revelarían meses más adelante. Esto lo recuperamos a 10 años de la partida del roquero argentino, ocurrida el 4 de setiembre del 2014.
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No fue que se olvidó, de repente, de sintetizadores y laptops. Simplemente, Gustavo Cerati sintió bullir, de nuevo, su sangre roquera... el resto fue cuestión de dejarse llevar.
Dueño de una carrera como solista tan exitosa que no necesita alimentarse de la nostalgia que despierta Soda Stereo, Cerati dice ser un músico realizado. El culpable es Ahí vamos, disco que lanzó el año pasado y que, a cambio de puro rock and roll, le valió al músico argentino decenas de reconocimientos, primeros lugares y estadios llenos a lo largo de su extensa gira americana.
A solo unas semanas de su final, el tour Ahí vamos hará una escala en Costa Rica el próximo martes. Esa noche, Cerati descargará en el Palacio de los Deportes el concierto más roquero que haya protagonizado desde la última vez que Soda pasó por aquí, allá por 1996.
Y es que Ahí vamos tomó al autor de Puente de vuelta al rock clásico y básico, luego de más de una década de explotar fusiones con elementos electrónicos. De los por qués de ese viraje, Gustavo Cerati habló días atrás, en forma exclusiva, con Viva .
Esta es su gira más extensa. ¿Por qué tantos meses en la carretera?
–No solo ha sido mi gira más extensa, sino también la más intensa. Una de las cosas que más me ha gustado es que hemos podido tocar en lugares por los que hace mucho no pasábamos.
Se nota a un Gustavo con muchas ganas de actuar en vivo...
–Me parece que es una combinación entre mis ganas de tocar, que siguen intactas y potenciadas por un disco muy roquero, y la demanda que ese álbum ha despertado.
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¿El que Ahí vamos sea un disco más roquero se podría interpretar como un regreso a sus raíces?
–Pues sí se puede decir que es una recuperación de la idea clásica y más roquera. Quizá es que en este disco hubo menos lugares para paisajes abstractos y por eso es fácil que la gente encuentre familiaridad con cosas que hice antes.
Aún así, no es un álbum retro, sino algo natural en mi evolución. Es decir: este no es un disco que pude haber hecho antes.
La recepción hacia Ahí vamos ha sido entusiasta. ¿Cuál era su expectativa para este álbum?
–En este caso creo que hubo una atmósfera especial, más excitante, digamos que se sentía más arriba. Al grabarlo supe que era un disco para tocarlo en vivo y, si bien hay cosas que puedes prever, otras tienen que ver con el cosmos... caen cuando tengan que caer. No estoy seguro de que sea mi mejor disco, pero sí uno de los más energéticos y que más he disfrutado.
Es curioso lanzar Crimen como sencillo, siendo la pieza que más se sale del espíritu del álbum...
–Bueno, de hecho Crimen ni siquiera estaba convencido de incluirla en el disco... era como la canción bastarda. Nació como una balada tonta, aunque ya no creo que lo sea, que Tweety (González, el coproductor) me insistió en incluir.
El que fuera sencillo fue idea de la discográfica. Yo trato de congeniar mis intereses con los de la compañía y ellos me dieron un argumento que no pude debatir: Crimen me abriría puertas en más radios y estoy de acuerdo. No me creo un artista elitista, sino popular.
¿Se podría decir entonces que, en adelante, buscará un sonido más accesible, en un giro similar al que dio Julieta Venegas?
–No estoy seguro que quiera explorar ese rumbo en particular. Lo que no quiero es quitarme espacio para experimentar y divertirme. He sido exitoso con lo que he hecho desde que salí de Soda Stereo: algunos trabajos han sido más populares, pero siempre quedé satisfecho por cómo exploré mi música.
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No sé cómo será mi próximo disco, pero sí tengo claro que no quiero llenarme el bolsillo fácilmente. Soy un guerrero, un trabajador y eso no va a cambiar solo porque quiera usar una estructura más simple.
Muchos asisten a sus conciertos solo para escuchar clásicos de Soda Stereo. ¿Le molesta?
–El repertorio de Soda es muy extenso y me gusta tocar algo de eso, pues también son mis canciones. Sé que la gente espera oír un poco de Soda y yo mismo me alegro de poder tocar temas del grupo que no son tan conocidos, como Ecos o Nuestra fe. Sin embargo, es bueno que entiendan que no voy a hacer un set list de solo Soda Stereo y, aunque no voy contra de la recuperación, sí estoy en el hoy.
¿Qué pueden esperar los que todavía sueñan con que usted, Zeta Bosio y Charly Alberti vuelvan a tocar juntos en un escenario?
–Mi posición ha ido cambiando con el tiempo. Cuando te separas lo lógico es tomar distancia. Creo que no cambiaría la libertad de ser solista por la nostalgia, pero también es cierto que con los años hemos limado asperezas.
Pero todos los meses surgen rumores de una reunión...
–Eso es algo que no va a parar. Ya se enterarán cuando algo ocurra... si es que ocurre.
En los últimos años ha estado muy activo, incluso por aquí pasó con el proyecto electrónico Roken. ¿Hay planes para otros trabajos?
–Esta gira enorme terminará en mayo y, después de eso, vendrá una mezcla de descanso y trabajo. No tengo ni de lejos fecha para un próximo disco, pero sí muchos proyectos, podría hacer más música para películas e incluso algo con Roken.
Los músicos con los que viene tienen años de acompañarlo. ¿Se siente otra vez parte de un grupo?
–Es cierto que estoy otra vez en una banda, una muy potente. Pasamos mucho tiempo juntos y no puedo ser de esos solistas que andan con músicos contratados: aquí todos disfrutamos y aportamos. Es algo colectivo... ya lo verán.
Colaboró con la recuperación del archivo Patricia Esquivel, del Centro de Documentación de La Nación.