Ismael Serrano dio una terrible noticia: se va a retirar de la música… finalmente no pudo cambiar el mundo con sus canciones. La información se la dio en exclusiva a Sandra, una periodista que lo entrevistó en el programa radial La palabra dada. La bomba la soltó justamente en el espacio al que llegó a hablar de su nuevo disco Seremos. De su parte ya no habrá más música, ni giras, ni conciertos.
La conversación ficticia, pero con guiños de realidad, entre Ismael y Sandra se desarrolló en un performance de dos horas y media. En ese tiempo el cantautor madrileño combinó el teatro con sus nuevos temas y las más entrañables canciones de una carrera de 25 años. Así fue como celebró en concierto la noche del viernes 14 de octubre, en el teatro Melico Salazar con sus fieles seguidores, quienes mantuvieron la calma, y se dedicaron a saborear la velada, entendiendo que la “noticia” era una parte más de aquel paseo por las emociones.
Las lágrimas, el sudor y el agua salada, en general, son curativas. Terapeúticas, resaltaba Ismael, y todas ellas las vivió y disfrutó con Sandra, quien además de ser su entrevistadora fue su expareja. Y es que durante todo su show, Ismael llevó sutilmente a su público de una sorpresa a otra.
El cantautor tiene todo para envolver y fascinar a su público: aunque hable o cante, su voz se escucha como un agradable susurro. Además, el espectáculo Seremos tiene el poder de interesar a la audiencia en la historia que va contando, una que se va tornando cada vez más personal y que tiene como propósito repasar 25 años de carrera de una de las voces de autor de más importancia en España.
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Canciones como bálsamo
Ismael apareció en escena pasadas las 8 p. m. Las dulces melodías de un piano le dieron la bienvenida pero fueron silenciadas por la ovación de palmas de un público emocionado que se reencontró con su artista tras cuatro años de ausencia y una pandemia de por medio. Él durante toda la noche se mantuvo con el mismo atuendo, en el que combinó pantalón de mezclilla, camiseta de Stars Wars, blazer y tennis blancas de bota alta.
Hablando de la pandemia, Ismael usó el recurso de la covid-19 en su show. Fue el virus el que provocó que luego de terminar la entrevista con Sandra él tuviera que quedarse confinado en el estudio mientras analizan una nueva variante. Pese a que la enfermedad detuvo y lastimó al mundo, el artista no le guarda rencor.
No soy, Porque fuimos, Vértigo, Sucede que a veces y Soltar fueron las canciones iniciales, intercaladas entre diálogos del protagonista y Sandra. En la conversación hubo confesiones, risas y cuestionamientos. El público se metía en la historia y después era premiado con una melodía.
Serrano, como le llamaba Sandra, incluso cantó unas estrofas de Take On Me, de A-ha, para recordar viejos tiempos con ella, a quien nunca vimos, y sorprender a todos los demás.
El músico continuó hablando de esperanza, de ese valor al que se aferran los seres humanos por la necesidad de que las cosas tengan sentido y es justo por eso que se escriben las canciones, esperando que este mundo “tenga un poco de sentido”.
Alfonsina y el mar, Pequeña criatura y Si se callase el ruido fueron también parte del repertorio. En tanto, Vine del Norte recordó la alegría del español cuando se le abrieron las puertas de Latinoamérica para presentar su arte.
Callate y baila, Mientras tanto, La primera que despierta, Sin ti a mi lado, La llamada, Ven y Qué andará haciendo ahora fueron coreadas y aplaudidas. De repente, las emociones se fueron a tope cuando Serrano mencionó Papá, cuéntame otra vez, un clásico que le contó a Sandra que ahora no canta desde el reproche ni el resentimiento. Ahora ve los hechos desde otro lugar y se concentra en tratar de ser ese padre que cuenta un relato a sus hijos.
Esta canción fue modificada por el artista para reflejar temas de hoy. Algunas personas no lograron contener las lágrimas cuando cantó: “Ahora mueren en Ucrania los que morían en Vietnam”.
El show de Ismael Serrano contó con un espléndido setlist de 22 canciones. Después de la pieza 18, el español salió del escenario pero él entiende el lenguaje de su público y no hubo necesidad del “otra, otra”: los aplausos lo hicieron regresar.
Era momento de cantar la que ha sido catalogada como una de las canciones más tristes del mundo: Recuerdo. A esta se le sumaron Últimamente y Ana. De la lista de imperdibles solo faltó la entrañable Amores imposibles, aunque sería mentira decir que alguien se disgustó por esa ausencia luego de un recital en el que Serrano repasó su historia musical.
“Quiero darles las gracias a todos, a todas por acompañarnos esta noche. Gracias por asumir el reto que les proponíamos, gracias por participar de alguna manera en el juego que el espectáculo propone y que consiste en recorrer estos 25 años de carrera que hemos transitado. Les agradecemos que hayan estado ahí. Uno se siente acompañado.
“Las canciones tienen un efecto terapéutico, son un bálsamo en los momentos difíciles, te ayudan a saber que hay alguien como tú que se cuestiona el mundo, que se siente agredido por él y encuentra a través de la canción el acompañamiento para sobrellevar la adversidad. Quizá alguna vez se hayan sentido tentados a tirar la toalla, a todos nos pasa”, dijo el cantautor que vino desde Madrid para regalar una noche inolvidable en la que paradójicamente “fuimos felices cantando canciones tristes”.