Ismael Serrano, que con su voz gruesa pero sutil reivindica la tristeza en Seremos- su más reciente disco-; se presentará en Costa Rica este viernes 14 de octubre para celebrar no solo sus 25 años de carrera, sino el reencuentro con el público después de dos años de pandemia.
El espectáculo es diferente, pero con la marca que define a Serrano sobre el escenario: contar historias y cantar canciones. En tarima, el artista español será entrevistado por una periodista cuya voz está en off, y en dicha conversación ambos protagonistas hablarán del paso del tiempo, de los cambios, de los sueños; en fin, de la vida.
Serrano y la reportera entrarán en confianza, lo que llevará al artista a abrirse en muchos aspectos, incluso, de carácter íntimo. La charla estará hilada con las canciones más icónicas de Serrano, pero también con las piezas más nuevas, que escribió durante la pandemia con verbos conjugados en futuro. Es música y teatro.
El espectáculo se presentará este viernes 14 de octubre en el teatro Melico Salazar, un viejo conocido de Serrano y su público. Las entradas están a la venta en el sitio www.eticket.cr, los precios y localidades son: ¢39.000 (galería), ¢45.000 (palco tercer piso), ¢50.000 (balcón tercer piso), ¢64.000 (palco segundo piso), ¢68.000 (balcón segundo piso, palco primer piso y luneta lateral) y ¢72.000 (luneta central).
Sobre su historia, su nuevo disco y el concierto, habló el artista con La Nación. A continuación un extracto de la entrevista.
-La última vez que vino a Costa Rica fue para celebrar sus 20 años de carrera, ahora vuelve pero con 25. ¿Cómo se siente ante este regreso?
- Pues bien, es una gira muy especial por lo que supone celebrar el reencuentro después de un tiempo difícil, el cual nos ha hurtado la posibilidad precisamente de reencontrarnos, de abrazarnos. Y creo que el público es consciente de eso, de que se trata de una gira muy deseada, de un encuentro muy deseado y se celebra.
Creo que la pandemia nos robó el tiempo de tal manera que no nos dimos cuenta. En Costa Rica siempre han sido muy generosos con nosotros”.
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-El espectáculo es muy particular porque emula una entrevista y tiene teatro y música...
-Siempre he entendido, y cada vez más, el concierto como un relato, y para armar ese relato siempre me ha gustado no solo cantar las canciones, sino contar historias que ayudasen a enlazar, a contextualizar las canciones, que nos ayudasen a transitar ese viaje que uno propone cuando empieza a cantar.
En esta mezcla de recital y obra de teatro, efectivamente, empieza como una entrevista muy convencional y muy formal, pero al final la circunstancia le da varios giros del guion y hace que se convierta en algo más personal, en un intercambio de confidencias, por así decir, entre la periodista y el entrevistado, y que tienen que ver con el paso del tiempo y, sobre todo, con los sueños pendientes”.
-Hace entonces un repaso por su vida, por su historia...
-25 años te obligan a hacer balance y a preguntarte hasta qué punto cumpliste las promesas que te hiciste. En el concierto hablamos de los sueños pendientes y de cómo el paso del tiempo no te tiene por qué obligar a renunciar a ellos aún cuando están pendientes. Se trata de eso, de seguir persiguiéndolos, de no perder un poco la esperanza.
Se habla mucho de eso, de la esperanza, de levantar la mirada. Creo que tiene que ver no solo con estos 25 años, sino con un tiempo de incertidumbres en el que tenemos pocas certezas a las que aferrarnos y ahí las canciones son un refugio”.
-Hablar del paso del tiempo, de la tristeza y la felicidad también refleja un poquito de su yo más personal. ¿Cómo es para un cantautor exponerse en estos temas? ¿Ha sido catártico?
-Catártico sí, sí lo es. Tiene mucho de catarsis este concierto y tiene una parte muy emocionante, en la que hablo de varias cosas. Por ejemplo, cómo cuando yo tenía 20 años y cantaba Papá cuéntame otra vez como un reproche que un hijo le dirigía a su padre, pero que ahora la canto como un padre que se pregunta si tiene un relato que contarles a sus hijos.
También está el compartir la experiencia con un público con el que has viajado paralelamente. Seguro que hay un público nuevo que se incorpora a los conciertos, pero también hay un público fiel que te ha acompañado y que ha vivido procesos similares a los tuyos que tienen que ver con enamorarse, con que te rompan el corazón, con tener hijos, con darte cuenta de que cuando uno tiene 20 años es muy arrogante y con el paso del tiempo te das cuenta de que no tienes tantas respuestas y que, quizá, más importante que la respuesta es hacerse preguntas”.
-El disco Seremos es también un desahogo para todo lo que pasamos con la pandemia, pero muy sutil porque no habla directamente de ella; incluso habla de hacer planes a futuro.
-Es tal cual. Escribí muchas de las canciones de este disco durante las partes más duras del confinamiento. Veía cómo muchos compañeros de la profesión necesitaban hablar de lo que estaba ocurriendo y yo me sentía tan zarandeado quizás por la realidad, o tan aterrado, tan asustado; que simple y llanamente me veía incapaz de hablar directamente.
Escribir canciones era una forma de conectar con una cotidianidad que nos habían robado, con esa necesidad de la que hablábamos de hacer planes. Por eso se conjuga en futuro el título, porque es la necesidad de hacer planes en un momento en el que era imposible hacerlos porque no sabíamos qué iba a pasar.
”En cuanto a la música, lo que proponía en su momento era escapar del confinamiento haciendo un ejercicio de inmersión en nuestra cotidianidad perdida. Reivindico las canciones tristes porque hay una suerte de tiranía en la que no se te permite estar mal, y entonces venden tazas con frases motivacionales y camisetas. No se nos deja el tiempo suficiente para transitar el duelo.