Escucharlo hablar es sentir la cercanía de un hombre sencillo y lleno de alegría; escucharlo cantar comprueba esa complicidad que se tiene con un autor cuyas piezas te tocan hasta el más profundo sentimiento.
José Luis Perales es un enamorado eterno de la vida, de la cotidianidad, de su esposa Manuela, de los niños, del romance y es un defensor asiduo de las causas sociales. Acaba de cumplir 72 años y está más lleno de pasiones cada día, como dijo en entrevista con Viva .
El poeta romántico , que con su voz ha conquistado a varias generaciones, se presentará en Costa Rica en febrero. Lamentablemente para quienes no han comprado su entrada para alguno de los dos recitales les contamos que a hoy, martes, hay muy pocos boletos.
Pero para buena noticia de quienes lo podrán escuchar en directo las noches del 14 y 15 de febrero en el Teatro Melico Salazar, en San José, el español prometió un espectáculo cargado de sus éxitos y también de sorpresas con las canciones de Calma , su último disco.
Perales habló sobre su trabajo, su vida y Calma ...
La oportunidad perfecta para escucharlo en vivo es la celebración del Día de San Valentín, ¿qué trae en estos conciertos?
Es un espectáculo bastante amplio, hay canciones de todo tipo: están las canciones que la gente quiere escuchar, pero también les vamos a sorprender con las piezas de Calma . Habrá una especie de recuerdo a los cantantes que han interpretado mis temas, también, así que el concierto es bastante completo y durará unas dos horas. Vamos con siete músicos estupendos y yo, que no sé si soy tan estupendo, pero también estoy.
Se le siente una emoción muy grande de cara a los conciertos en Costa Rica...
Siempre he tenido mariposillas en el estómago cada vez que voy a salir a un escenario porque creo que la gente se merece lo mejor y para darlo hay que ser muy respetuoso con el público.
”Eso siempre crea cierta tensión y preocupación por llenar las expectativas de la gente que, tal vez, te han idealizado mucho y no hay que defraudarlos. Siempre al principio de los conciertos, cuando voy a salir, hay mariposillas, pero se van cuando aparezco en escena y la gente aplaude, te dice cosas y le ponen atención en silencio a las canciones, ahí se duermen las mariposillas y se despierta el artista”.
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Sé que cuando comenzó su trabajo como autor le daba miedo cantar, pero llegó un momento en el cual tomó la decisión de hacerlo. ¿Cuán difícil fue?
Yo tenía previsto solo escribir. A cantar le tenía miedo, pánico, y me daba pavor a asomarme a un escenario porque era tremendamente tímido. Un día, un productor escuchó Porque te vas, que la escribí para Jeanette, y me preguntó que por qué no cantaba. Para mí ser compositor era marcharme solo al campo, estar a la sombra de un árbol con una guitarra y un lapicero; era muy fácil, nada estresante y muy reconfortante y por otra parte podía vivir de ser un cantautor porque no era especialmente ambicioso. Fue el productor Rafael Trabucchelli quien me dijo: ‘Tú no puedes guartarde esas canciones para tí solito’, me dio un sermón como de un cura y me empujó al estudio de grabación’”.
¿Cómo se siente ahora después de haber tomado esa decisión tan importante?
Mereció la pena porque creo que lo más completo en un artista es cuando das todo, no solo la canción, sino tu interpretación, la emoción tus vivencias que van implícitas en las canciones, tu filosofía de vida, la expresión, la emoción, todo lo que uno lleva adentro que lo saca en el escenario; eso la gente lo percibe. Cuando ves una lágrima de una emoción del público, eso merece toda la pena. Pero te digo también que me cuesta cuando salgo con un disco nuevo porque me crea una tensión tremenda de si me voy a olvidar de las letras; sin embargo, todo queda atrás porque la gente es tan cariñosa y comprensiva que me perdonan todo.
¿Vale la pena también seguirle cantando al amor en este mundo tan caótico?
Justamente por ser tan caótico es que pido calma. Seguimos cantando a los sentimientos más profundos, a las historias más comunes de la gente, al amor y al desamor porque a lo largo de mi historia hay de todo.
”Mis conciertos son un recorrido por mi observación de la vida y por mi introspección que sirve para explayar mis sentimientos: los buenos, los amargos, los dulces y la cotidianidad de la gente. Soy un contante de historias, un reportero de la realidad de la gente y de la mía también; mientras hayan historias trataré de rescatar las más positivas y las malas, ojalá que alguien las pare”.
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También hay oportunidad para la preocupación social, hay canciones donde expresa su pensamiento y su posición...
Cuando veo a mis hijos que viven bien, cuando veo a mis nietos que no les falta nada y que tienen a sus padres que se preocupan por ello, me doy cuenta de que hay niños que no tienen eso y que carecen de todo. Cuando descubrí a los niños de Aldeas Infantiles en Argentina –que son el vivo ejemplo de esta infancia marginada– pensé que debería compartir algo de lo que soy para ellos y por esta razón es que normalemtne en mis discos hay una canción dedicada a los chicos y los derechos de autor son para Aldeas Infantiles.
¿Qué significa América Latina para su carrera?
América Latina y su gente suponen lo más importante para mi carrera. Fue el primer continente que me abrió las puertas, el primer disco de oro lo recibí de Argentina cuando en España acababa de sacarlo, mis primeros escenarios fueron en Argentina y a partir de ahí empecé a recorrer América Latina hasta hoy. Los quiero con toda mi alma y sé del cariño que me tienen los latinoamericanos.
El título de este disco es interesante porque sabemos que busca la calma y trata de componer a solas con su guitarra, pero, ¿qué más le genera calma en medio de tanto trajín como artista y como persona?
La calma, entre comillas, que encuentro en el campo es algo cómoda porque que es fácil de hallarla; pero la de adentro, la que tiene que producir la sociedad en la que vives, esa te la pertuban mucho. Basta abrir el diario, encender la televisión, ver las noticias, ver las guerras, ver los niños, ver las gentes que atraviesan el Estrecho de Gibraltar para llegar a Europa y ver los países a los que no pueden ingresar porque les ponen unos muros, es tremendo.
”Eso crea una gran tensión y el ser humano está en este mundo para ser más felices y, desde luego, bastante más solidarios de lo que somos. Hace falta calma para calmar los fusiles, las bombas y los ruidos”.
¿En el disco llama también a la reflexión y al análisis propio?
¡Claro! A buscar nosotros mismos nuestra calma espiritual sabiendo que no estas solo y que estás para acompañar con un ratito de charla a gente sola.
¿Ve su trabajo como una responsabilidad para llevar felicidad y alivio a quien lo escucha?
Después de tantos años he llegado a la conclusión de que se puede hacer una buena labor desde cualquier sitio de la sociedad. Realmente veo que la música puede hacer un poco el milagro.
Los tiempos de publicación de sus discos se tornan algo largos entre uno y otro... ¿por qué?
Hago la analogía con un embarazo. Las mujeres gestan y con el tiempo llega el momento necesario de parir y es exactamente lo mismo cuando uno tiene por dentro la vocación de la música. Yo no tengo la urgencia de grabar, pero cuando siento la necesidad de escribir cosas, no tengo a una compañía de discos pidiéndome el material, lo hago cuando yo quiero y como quiero. Tengo la libertad de tomarme el tiempo de crear un disco que me parezca digno para mostrarlo.
También se aventuró a ser escritor con la novela La melodía del tiempo . ¿Cómo le ha sentado esta nueva etapa? ¿Viene algo más?
Estoy escribiendo bastante, lo que pasa es que a mi editorial no le he enseñado nada ni le he dicho nada porque el libro está funcionando bien y hay países donde se ha retrasado, entonces no se puede pisar un libro por escribir otro, es como con los discos. Yo tenía prisa por sacar otro, pero estoy trabajando en unas ideas siguiendo la línea de lo que he escrito y con una gran influencia latinoamericana.
¿Lo hace feliz esta etapa?
¡Muy feliz! Al escribir una canción la historia puede quedar corta y siempre me quedaba con ganas de seguir escribiendo más. Con el libro me he sacado la espina con los personajes que los mando a mundos locos y eso me ha dado una alegría tremenda; darles oportunidad para que se rían, se escondan, darles alas para que vivan, que sientan; para mí ha sido una experiencia estupenda, un divertimento.