Con un espectáculo que se sotuvo por sí solo durante casi dos horas a pura voz y música, la puertorriqueña Kany García fue fuego total la noche del sábado en el Palacio de los Deportes donde presentó el concierto Soy yo.
Los primeros instantes del espectáculo fueron para que Kany reconociera sus influencias musicales, esos de la canción de autor que tanto defiende: Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez, Juan Luis Guerra, Mercedes Sossa y Rubén Blades fueron los protagonistas de ese momento que segundos después dieron paso a que Kany, con una voz potente e impetuosa, arribara al escenario.
García irrumpió en escena interpretando el éxito que le da nombre a su gira y a su quinto álbum de estudio, Soy yo fue la canción elegida para dejarle muy claro al público que la noche iba a ser intensa.
La música de Kany es algo así como un gusto adquirido, como aprender a disfrutar de un buen vino o un café gourmet porque se sabe que es bueno, pero para apreciarlo hay que estudiarlo, saborearlo, repetirlo. Las 2.300 personas que abarrotaron el recinto demostraron que son verdaderos fans de la puertorriqueña, que han digerido su música con buen paladar.
Hay que decirlo, ¡qué relación tan íntima existe entre Kany y sus seguidores! Quienes estuvieron en el Palacio de los Deportes el sábado eran sus amigos, sus amantes. Cada palabra (cantada o hablada) que salió de la boca de Kany fue apreciada, aplaudida y gritada a más no poder.
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Enérgica e intensa de principio a fin, la artista cantó tres piezas antes de tener su primer contacto con el público. Después de Soy yo llegaron Demasiado bueno y Duele menos. En el resto del show fueron protagonistas Confieso, Quédate, Hoy ya me voy, Que te vaya mal y, por supuesto, Para siempre.
Defensora siempre del amor y de la canción de autor, Kany repasó su carrera con el repertorio que presentó en Heredia. Acompañada por una banda formada por dos guitarras, bajo, batería, teclado y una corista, la compositora también se apoyó en su propia guitarra para cantarle al amor libre de etiquetas en Bailemos un blues, a las raíces de su vida que están en Puerto Rico con Si yo me olvido y hasta con la divertida y juguetona Mi amigo en el baño con la cual relata una liberación necesaria de un amor sinsentido gracias a un aparato especial.
“Hay cosas que en la vida no se pueden nunca olvidar y entre ellas hay cosas que no podemos comprar porque se hace con hechos, palabras y acciones, como lo es este amor que recibo de ustedes. Yo les agradezco profundamente que los pasos que hemos ido dando hayan sido así, que empezamos así en chiquitito, después en un teatro y luego en un lugar como este”, dijo García como agradecimiento.
Sorpresa tica
El espectáculo de Kany es sencillo en propuesta visual mas no en la musical. La boricua se entregó tanto y tan fuerte en el escenario que no hizo falta mucha parafernalia para adornar la tarima porque con su voz y su talento ella se impuso en todo momento.
Una de las sorpresas de la noche fue cuando la boricua presentó un acto especial. “La música necesita y está carente de palabras con sentido. Con quien voy a cantar esta canción es alguien que quiero y que respeto y que para más bendición es de Costa Rica. Esta mujer es impresionante”, fueron las palabras que usó Kany para presentar a la costarricense Debi Nova en el escenario.
La tica subió a la tarima y cantó Que viva la gente a dúo con García; luego ambas interpretaron No nos sobran los domingos, obra original de Debi.
Fue una noche especial y conmovedora de principio a fin. Kany García dejó claro que su música hay que entenderla, pero para hacerlo, la primera conquista llega con esa voz privilegiada y de fuego que tiene.
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