“¡Esto sí que es la Pura Fuckin’ Vida!”, dijo Kany García y esa misma sensación tuvieron las 7.000 personas que corearon a todo pulmón sus canciones en el concierto que la puertorriqueña ofreció la noche del sábado 7 de mayo en el Anfiteatro Coca-Cola del Parque Viva.
Es que realmente Kany tiene el poder de —a partir de su voz y su energía— mover los corazones y poner a bailar las almas. Sin más ni más, la boricua pasó de poner al público a brincar al ritmo de una sabrosa cumbia a erizar pieles con una frase como “Soy yo, la primera que desea olvidarte, la que muere por ser la misma de antes, antes de encontrarte”.
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En un concierto como el que la artista dio en Parque Viva no se puede decir cuál de todos los momentos fue el más fuerte, el más intenso. Cada canción que interpretó a lo largo de las dos horas de show tenía un toque de pasión que sorprendía al público, como cuando subió a una niña al escenario para cantarle como su invitada especial la canción Lo que en ti veo. O el instante en que interpretó Que te vaya mal y sacó, con todas las ganas, un madrazo que miles de gargantas corearon al unísimo, sin duda dedicado a esos malos amores que todavía duelen.
Cantautora social
Más allá del romanticismo que muchas de sus canciones tienen como protagonista, la obra de autora de la puertorriqueña abarca desde la sensibilidad en temas tan importantes como la violencia y el amor propio. Sus piezas y su palabra calan, tienen un mensaje potente al que hay que ponerles atención y cantarlas con el alma.
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La versatilidad de su composición es tan amplia que puede interpretar un tema dedicado al desamor y pasar con la misma intensidad a otro para el poder y la valentía de un pueblo. Kany fascina con una canción tan divertida que habla del éxtasis sexual y crea consciencia al minuto siguiente con una desgarradora pieza que expone el flagelo de la violencia contra las mujeres. Así de versátil es su música, así de versátil fue el concierto.
Un momento fuerte de su presentación fue justo antes de que cantara Remamos. La artista dijo que se sentía privilegiada por actuar en nuestro país el día antes del cambio de gobierno, que sucederá este domingo 8 de mayo y aprovechó para dar unas fuertes declaraciones dedicadas, según dijo, al nuevo presidente, Rodrigo Chaves.
“Nos han dicho que el gobierno toma todas las decisiones, pero qué errados que están. Aquí los que siempre mandan son el pueblo. Si alguien está en el poder es para trabajar por nosotros, nosotras y nosotres. El futuro es femenino”, dijo. También mencionó que las mujeres necesitamos un presidente que entienda claramente la inseguridad que vivimos.
El talento vocal de Kany es impactante. Su voz es el instrumento con el que comparte fuerte y claro su mensaje. Desde las primeras notas de La libreta, con la cual inició el concierto, pasando por Que te vaya mal, Duele menos y Alguien, parte de la primera sección del repertorio que escogió para nuestro país, una lista de canciones que según confesó fue difícil de lograr porque en ellas quería agradecerle a Costa Rica su apoyo incondicional desde hace 15 años.
Siguiendo con esos pasajes que erizaron pieles, con Se portaba mal, el recital adquirió un tono de tremenda carga emocional. Muchos corazones se hicieron un puño cuando Kany pidió un minuto de silencio para honrar la memoria de las mujeres víctimas de feminicidio, entre las que recordó a varias costarricenses, como Eva Morera, Allison Bonilla y Luany Salazar. “¡Vivas nos queremos, vivas”, concluyó la artista al final de su canción.
Después, el concierto tomó un sentido más acústico. Kany con su guitarra y a “solas” en el escenario, pero acuerpada por 7.000 personas se dedicó a cantar en tono más romántico, con temas como Quédate y Hoy ya me voy.
El cierre del gran espectáculo tuvo mucho movimiento, gracias a Agüita e’ Coco. Kany salió de escena despedida por un caluroso y sentido aplauso, pero todavía faltaba más, por supuesto que sí. Cantó Titanic, sin Camilo, pero luciendo una camiseta con la leyenda: “En Limón nos matan y nos violan”, haciendo clara alusión a la inseguridad que se ha vivido en el Caribe sur para las mujeres en los últimos tiempos.
“Yo recibo un show lleno de diversidad al hablar de niños, niñas, de personas queer, personas lesbianas, homosexuales, de mujeres transgénero y hombres trans que se empoderan cada día más. Mi vocación me permita hablar de lo que quiero, de lo que sufro y también padezco. Gracias de todo corazón Costa Rica por una noche no solamente maravillosa, sino por un público que se respeta y que no importa lo distintos que somos, al contrario, nos engrandecemos con ello”, comentó antes de cantar Bailemos un blues.
De Puta Madre fue, ahora sí, la despedida: el éxito de liberación fue bailado, cantado y agradecido por el público que dejó el alma y su aplauso para demostrarle a Kany el amor que profesa por ella. Fue una noche DPM, vaya que sí.
Cálido inicio
Minutos antes de las 7 p. m. la cantautora costarricense Eva González, mejor conocida como Canina, salió al escenario para poner el toque tico en el espectáculo, como telonera de Kany.
La breve pero provechosa participación de la nacional incluyó temas como Resulta, Caimán, Tornado y la canción que produjo Visitante (de Calle 13), Mañosa, todas en un formato acústico, en el que se acompañó de guitarra y percusión.
“Estamos muy emocionados de estar aquí presentando esta música ante ustedes”, dijo visiblemente emocionada Canina, mientras el público la ovacionaba con aplausos y gritos.
La joven cerró su cálida presentación con Cas con sal, un tema sobre el amor propio.