Si había alguien con ‘tusa’ (cabanga) en Parque Viva, de fijo se la quitó con el baile desenfrenado que provocó Karol G en su esperado concierto, realizado la noche de este viernes en Costa Rica. Con un “Amiga, marica, ya”, como dice la propia Karol en 200 copas, más de un mal de amores quedó en el olvido gracias a la fiesta con tintes de histeria que se vivió en el Anfiteatro Coca-Cola.
Las pelucas y los cabellos teñidos de azul turquesa fueron, por supuesto, la tónica de los looks entre la mayoría del público que fue a ver a la Bichota, en un show que desde que comenzó fue un huracán de energía y sensualidad.
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A las 8:32 p. m., en las pantallas del anfiteatro, apareció la leyenda: “¿Costa Rica, preparados para pasar la noche más chimba?” y a los pocos segundos el telón color negro que tapaba el escenario cayó al suelo. De inmediato, los gritos ensordecedores de la audiencia tomaron protagonismo y calentaron la entrada de la Bichota a la tarima.
Imponente, con su larguísimo cabello turquesa, lentes oscuros y un atuendo rojo con detalles en plateado, Karol G volvió locos a todos sus fans con el tema Sejodioto. Ya no había marcha atrás, el perreo intenso había comenzado. Karol bailó un poco y, desde ese momento, se supo que lo que no iba a faltar en el show era cadencia y sensualidad.
Después de interpretar Mi cama y sacarle más gritos a sus fans, la originaria de Medellín dejó bien claro que en escena es dinamita y que su espectáculo brilla no solo por su presencia sobre tarima, sino porque está acuerpada musicalmente por una banda conformada por puras mujeres talentosas, lo mismo que su equipo de baile.
¡El girl power reinó en Parque Viva y fue dirigido por Karol G!
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“Ey, Costa Rica. ¿Cómo están, pues? Yo muy emocionada de venir de nuevo. Antes de que en el 2020 nos encerraran ese fue el último show que hice. Estuve en el festival Picnic y ahora estoy en el Bichota Tour”, fueron las palabras de bienvenida de la colombiana a su espectáculo.
Muy conversadora, la artista se mantuvo siempre en contacto con su público. Con un humor envidiable y visiblemente emocionada de ver el Anfiteatro Coca-Cola a reventar, la artista fue entrega total a sus seguidores.
Entre canción y canción Karol G no perdió oportunidad de mostrarse cercana con sus fans. En una de sus intervenciones hasta alabó los atuendos que las ticas y muchos ticos llevaron a su concierto. Hizo bromas en tono dulce sobre cómo se preparan sus fans para ir a sus shows y reconoció que en Costa Rica vio vestuarios muy coquetos.
“Cuando vengo acá están súper lindas, mamacitas. Con brillanticos. Se vinieron lindas, pues”, dijo colombiana.
En un espectáculo que no tuvo descanso, y en el que la audiencia parecía no tener permiso para sentarse, las canciones fueron las grandes protagonistas. La descarga de temas fue constante. En la primera parte, la Bichota cantó Poblado, Ay, Dios mío y Gato malo, en esta última dándose una licencia para dejar un ratito el perreo de lado.
Una reina empoderada
Si algo hubo en el concierto de Karol G fue un sentimiento general de empoderamiento. Es que la artista, con su seguridad no solo en sí misma, sino en su música y en su voz, reparte con su presencia un ejemplo de fortaleza, que parece entrar por los ojos y oídos de sus fans hasta calar profundamente en sus corazones. Las gargantas gritando y coreando cada canción lo confirmaron.
Tras una brevísima pausa, la colombiana apareció de nuevo en tarima esta vez vestida de negro, con un body ajustadísimo a sus curvas y unas botas de tacón alto que estilizaron aún más su figura, esa de la que se siente tan orgullosa y que luce con tanto amor propio.
El repertorio siguió con Pineaple, El barco, Créeme, A ella y El makinón, cuyos ritmos pusieron a todos a bailar.
Pronto llegó el turno de esas canciones que Karol G canta en colaboración con otros colegas de la música urbana; entre ellas, una de las más coreadas fue Ahora me llama, que interpreta junto a Bad Bunny. Sin embargo, no fue necesaria la presencia del Conejo Malo en escena, pues Karol no necesitaba más que su talento y de sus acompañantes femeninas para hacer brillar la pieza.
La Sele y la tierna niña
La colombiana tuvo un detalle muy especial con los ticos.
La artista sacó una camiseta de la Selección Nacional de Fútbol de Costa Rica, se la puso y alabó el pase del equipo patrio al Mundial Catar 2022. Incluso saludó al portero Keylor Navas quien se encontraba entre el público.
Luego, casi al final del concierto, fue la pequeña Johanni la que se robó por completo el show.
Karol vio a la niña, de unos cinco años entre el público, y pidió que la subieran al escenario. La pequeña iba bien identificada con la artista, con un atuendo en honor a la Bichota.
La niña no se guardó nada y cuando Karol le preguntó cuál era su canción favorita, ella empezó a cantar de memoria El makinón, pero también se sabía muy bien Mamiii.
El momento de ternura fue máximo.
La despedida iba llegando y entre gritos de euforia y un perreo potente. De pronto llegó el momento de hacer un homenaje a los grandes exponentes del reguetón con la canción Leyendas y la fiesta siguió con la alegrísima Dont’ Be Shy.
Por supuesto que el adiós tenía que hacerse con un brindis y, al ritmo de 200 Copas, la colombiana fue cerrando su presentación en suelo tico. Sin embargo, todavía faltaban las piezas más icónicas de su trayectoria.
Cuando llegó el turno de Bichota, el público se deshizo en alaridos y en perreos sensuales, al igual que lo hacía la estrella sobre escena. Pero claro, el show no podía terminar sin que Tusa sonara, el singular himno a la cabanga.
Provenza fue la canción con la que definitivamente la colombiana dejó el escenario, tras una jornada que para muchos inició desde muy temprano, pero que la espera, el sol y hasta la lluvia valieron toda la pena del mundo.