Katy Perry no vino al mundo para ser incómoda o para disparar conversaciones profundas sobre malestares sociales. A diferencia de otras divas del pop actuales, que mezclan expresiones artísticas con alguna suerte de activismo, Katy Perry existe solo para satisfacer el fin milenario del entretenimiento: poner a la gente feliz y hacerla olvidar el mundo durante poco menos de dos horas.
La artista, primera capaz de llenar el Anfiteatro Coca-Cola del Parque Viva, en La Guácima, puso todos los cuerpos a dar vueltas y todas las gargantas a cantar durante la noche del domingo, en el último concierto de su extensa tercera gira mundial, The Prismatic World Tour, en promoción de su exitoso disco Prism (2014).
VEA: Katy Perry salió de Costa Rica justo después del concierto.
A las 9 p. m., con una hora de atraso y con la popular canción Roar como punto de partida, Perry y su banda hicieron alarde de un espectáctulo que está confeccionado justamente para que el público se sienta en otro planeta, o por lo menos en otra época, con pirámides y caballos y vestuarios extravagantes, mezclados con algunos temas clave del pop anglosajón de la última década.
El universo de ficción izado anoche en Alajuela no solo era palpable a los ojos, sino también a los oídos: estaba claro que la protagonista del escenario tampoco estaba cantando todas sus líneas y que estuvo apoyándose de una pista musical con el objetivo de que todo sonara perfecto.Sonido colorido. La música de Perry no tiene vértice complicado: es pop intenso, inflado, sin tregua con la quietud, donde todas las canciones son explosivas, así se trate de piezas que no fueron sencillos. Desde la gramilla hasta frente al escenario, el movimiento es uno: pop chicloso como combustible corporal.
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Las nuevas tendencias del pop se denotan en temas como Dark Horse, que a pesar de la reacción descabellada del público, existen hace cosa de un año. Sus éxitos más caminados, como I Kissed a Girl y Hot N Cold, suenan tanto a otra década que tienen arreglos diferentes durante esta gira.
Muchas de las canciones ni siquiera sonaban completas, sino que eran recortadas para filtrar las mejores partes. Todo el espectáculo es como un remix monumental de pop en su máxima expresión: a como puede sonar Vogue de Madonna o Gin and Juice de Snoop Dogg entre canciones, pueden interpretar una versión alterada de la Danza de los sables de Aram Katchaturian.
La estrella, por su parte, es tan cercana como parece serlo en televisión o en videos de YouTube. Se toma fotos con el público, besa a alguna mujer en el camino, hace un intermedio para conocer a algunos de los fans de la audiencia. Katy Perry es como una caricatura que todo lo hace bien y a quien nadie puede permitirse odiar.Después de International Smile, Perry se acercó al público y dijo: “Es tan bonito finalmente conocer a la gente de Costa Rica, porque nunca he estado aquí. La última gente a la que quiero ver es a los costarricenses. Ustedes serán la última memoria de esta gira, así que necesito a mucha gente en el escenario”. Así, sin más, empezó a llamar a la gente más llamativa que veía, desde hombres vestidos de sus tiburones del Super Bowl hasta niñas a las que les brillaban los ojos desde lejos.
El escenario era de sus fans.
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Luego de ese pequeño convivio con los seguidores, Perry cantó un intermedio acústico. Incluyó canciones más tranquilas de su discografía, como By the Grace of God y Unconditionally. Durante ese lapso, los fans pudieron descansar un poco los cuerpos, pero las cuerdas vocales seguían trabajando fuerte para seguir todas sus estrofas.
No hubo una sección del aforo que no se pusiera a bailar con un un mix bailable que prepararon para unir la sección acústica con la última parte del concierto. Everybody Dance Now de CMC Music Factory se agregó a esa lista de íconos musicales del pop que formaron parte de la fiesta de Perry, que a veces dejaba de parecer un concierto para simular más como a fiesta de fin de año o de Halloween.
Hubo un intento fallido por cantarle cumpleaños a la luminaria, quien cumplirá 31 años el otro domingo, pero no rindió frutos luego de que ella solicitara que dejaran de hacer eso, pues no se siente cómoda teniendo un número impar como edad. Detalles como ese generaron risa en algunos fans pero enojaron a otros: era un bonito detalle para la artista, y ella lo mandó al carajo.
Teenage Dream y California Gurls marcaron el primer final del espectáculo, que no dejó caer la emoción del público en ningún momento. Tras una corta despedida, Perry regresó para una fría interpretación de Firework, tras la cual se marchó del escenario sin suscitar palabra alguna. Hora y 45 minutos de concierto hicieron saber al público que después de esa canción no volverían a verla, por lo menos no hasta que regrese de nuevo a estas tierras, si se le da la oportunidad.Pop temprano. El pop empezó su buen momento de la noche desde temprano, con la estadounidense de 22 años Tanishe, invitada de Perry para abrir este y otros conciertos de la gira.
Si bien sus canciones no eran muy conocidas por el público, la facilidad del pop moderno, electrónico con dejos de R&B, hizo que el público matizara y brincara su repertorio, que duró unos 40 minutos y comenzó a las 7 p. m.Tinashe cantó temas como Ecstasy, Vulnerable, Bet y All Hands on Deck, así como su parte del remix del éxito Lean On, de Major Lazer. Lamentablemente, la joven se la peló no más comenzando, pues saludó a México en lugar de a Costa Rica. No pasa nada: el error es común.