Mientras el sol baña con su calor la playa de Cahuita, el lugar se empieza a llenar poco a poco de las alegres notas de calipso que impregnan de felicidad una mañana en el Caribe costarricense.
Los responsables de semejante ritmo son los integrantes del grupo Kawe Calypso, que con el mar de fondo, se ha puesto a posar y a tocar para las fotos de este reportaje.
De inmediato, un grupo de turistas europeos sacan sus cámaras y empiezan a aplaudirles y seguir, de alguna forma, su ritmo. “Muy bien”, dice una de las turistas con una gran sonrisa en su rostro.
El trío interpreta los temas
El grupo lo conforman Danny Williams, en la voz principal; Alfonso Goulbourne, en el quijongo y coros, y Otilio Brown, en el banyo y en los coros.
Ahora, gracias al apoyo del Centro Cultural de España, acaban de lanzar su primer álbum llamado
El grupo se formó hace 10 años. Sin embargo, no es su primera aventura musical, ya que en la década de 1970 formaron parte del grupo Buda Band, cuyo recuerdo los inspiró a escribir uno de los temas de este nuevo disco.
Danny Williams, quien hace la voz principal del disco y es el compositor mayoritario del grupo, ha vivido toda una vida en Cahuita, aunque nació en Limón centro.
Él es considerado como uno de los grandes exponentes del calipso actual e incluso, su trabajo ha sido resaltado por el propio Walter Ferguson, considerado el padre de ese género en nuestro país.
Este nuevo disco también se ha ganado el beneplácito de Ferguson. Desde su casa en Cahuita, el legendario músico aseguró a
“Es increíble, pero él es fan mío”, dijo por su parte y con una sonrisa Williams. “Soy su artista preferido y él es el papá del calipso”, añadió el cantante, quien recordó que una vez fue a visitarlo en compañía del también músico nacional Manuel Monestel, y recibió una bendición por parte de Ferguson.
Precisamente, dentro del álbum de Kawe Calypso hay dos temas que están dedicados a la figura de Ferguson:
“Yo me inspiré en don Walter porque él escribía de todo mundo, pero nadie de él”, contó Williams, sobre lo que lo motiva a componer.
“También me inspiro en la comunidad, en los músicos y el calipso, porque todo lugar tiene su identidad musical”, agregó.
Según recuerda Williams, durante los 70 el grupo tenía un repertorio bastante amplio que incluía otros ritmos como salsa y merengue. “A mí me inspiraba mucho el Gran Combo”, recordó el músico. Pero para los años 80, el grupo ya había desaparecido.
Según recordó, fue por idea del músico Manuel Monestel que el grupo decidió volver a unirse hace diez años, pero con una nueva identidad en la que el calipso es la prioridad. “Manuel insistía en que el grupo debía tener una identidad musical”, recordó el caribeño, y por eso decidieron apostar por el calipso.
Entre los principales logros de estos apasionados músicos está el haberse convertido en embajadores de la música calipso fuera de las fronteras de Costa Rica. Con orgullo recuerdan que han podido llevar sus bailables canciones por países de Centroamérica.
“Hemos gozado y nos hemos divertido, y los frutos los recogemos hoy”, aseguró Williams. “A diario recibimos llamadas para invitaciones de las radios nacionales”, destacó el compositor.
“Nuestro idea es llevar un mensaje a los más jóvenes y que vean que el calipso es algo agradable, bailable y actual”, dijo Williams.
Según los miembros del grupo, el apoyo del Centro Cultural de España ha sido vital para mantener a la banda activa. “Es como una bendición”, afirmó Brown.
El álbum incluye 12 canciones, de las cuales nueve son autoría de Williams y tres de Goulbourne.
Para Williams, en los años 80, el calipso estaba agonizando, pero fue gracias a figuras como la de Monestel que se ha logrado rescatar.
“Él le puso candela e inyectó a medio mundo y entonces volvió a agarrar fuerza”, recordó.
Por esa razón, los miembros del grupo consideran que el calipso atraviesa una buena etapa. “En todos los grandes eventos siempre invitan a músicos de calipso. Cuando viene un barco con turistas, también buscan a un grupo de calipso. Sin embargo, sí hace falta más fuerza y apoyo”, sentenció Williams.
El músico también resaltó la labor de jóvenes valores de la música calipso que se han dedicado a mantener con vida a este género. “El Colegio Universitario de Limón se ha dedicado en años recientes a enseñarles a los más jóvenes el calipso”, destacó Williams.
“Creo que vamos bien encaminados y que los jóvenes no tienen una idea negativa del
El disco se puede adquirir en el Centro Cultural de España y también en frente del hotel Don Carlos, en barrio Amón.