No se parece a nadie, pero se inspira en Amy Winehouse. Habla orgullosamente con ese acento argentino tan particular, canta también con palabras “corta’s” porque lo que interpreta y escribe así se lo permite. Tiene apenas 20 años y desde abril del 2019 alcanzó de manera inesperada la fama con su canción debut Wapo Traketero.
Fue tal el impacto de Nicki Nicole en la industria de la música latina, tanto por su estilo, como por su talento vocal, el de composición y el de interpretación, que hoy por hoy aspira a un gramófono como mejor nuevo artista en los próximos Latin Grammy.
Ella misma todavía no cree lo que pasa, lo que ha logrado en apenas un año de hacer música profesionalmente. “Cuando me llamó mi equipo para decirme que estaba nominada, yo estaba dormida y colgué el teléfono. Al rato, cuando me desperté, pensé que todo había sido un sueño, no lo podía creer, de verdad que no”, comentó la talentosa artista vía telefónica en entrevista con Viva.
Sus canciones son éxitos indiscutibles, primero en su natal Argentina y luego se difunden sin problema en el resto de la región. El lenguaje es sencillo, pero tiene la complejidad y la naturalidad de la calle, algo que se le ha alabado a la artista desde el lanzamiento en noviembre del 2019 del álbum Recuerdos, compuesto por 12 obras.
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Nicki Nicole, nacida en la localidad de Rosario, no quiere que la encasillen ni ella tampoco lo hace. Su propuesta es una mezcla de influencias de la música de habla hispana y la inglesa, de poesía, de calle, de la generación centennial. Le llaman la princesa del trap, pero ella defiende que, como todavía está construyendo su carrera, se define como es ella misma, así de sencillo.
Todavía lucha con la inesperada fama, con tener que cuidar lo que dice para que no la malinterpreten. “Si me preguntan cuál es mi sopa favorita y respondo que es la que tiene caldo, eso no quiere decir que esa sea la mejor sopa del mundo", comenta por teléfono entre risas algo nerviosas cuando recuerda su vida hace un año cuando era una jovencita que se levantaba para ir a la escuela, disfrutaba con sus amigos y luego volvía a casa para dormir.
Ahora todo ha cambiado y su vida también; aunque trata de ser lo más normal posible, de aquella alumna de un colegio de artes, queda poco (o mucho que todavía la inspira para escribir).
Carrera y familia
Estudiando aprendió a apreciar la música, el cine, el periodismo, la producción audiovisual. Creció yendo a las batallas de rap en las que participaban sus amigos, pero ella no se animaba.
Le gustaba practicar freestyle, pero no era buena parándose frente a alguien a decirle cosas, lo suyo era escribir canciones. “Mis amigos crecían en base a la práctica, a perder, a ganar. Aprendí la paciencia que hay que tener cuando fallamos y ganamos. No era buena en las competencias, pero haciendo freestyle empecé a tener más facilidad para hacer canciones improvisadas en el estudio, todo era más fácil”, recordó.
Su familia y sus amigos fueron el aliento y el empuje para que Nicki se tirara a pista, pero ella necesitaba el visto bueno de la persona más importante de su vida: su madre. “Tenía mucho miedo a fallar. Tenía miedo de que a mi mamá no le gustara lo que hacía, así que le dije: ‘si no tengo tu apoyo no voy a hacer nada porque de lo contrario nunca estaría feliz haciéndolo’. Por más que a otras personas les gustara mi música, ella era mi prioridad”, narró la artista.
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Así fue como llegó Wapo Traketero, con un video sencillo en el que se ve a Nicki con su pinta juvenil cantando sobre una bicicleta: “Quiero una medalla por descartar giles que no dan la talla. Vos estás estresa’o, yo sonando en alto. Que la cuenten a esos haters no les da la nafta. Tener lo que presumen jamás me hizo falta, casi sin querer lo mío se destaca”... Casi una profecía a lo que sería su arrollador éxito.
“Siempre escribo cosas que se me vienen a la mente, en un cuaderno o en el celular. Se me ocurren muchas ideas, entonces las escribo donde puedo, eso lo llevo al estudio y voy a que salga algo de freestyle; pero busco un equilibrio: hago freestyle que es muy sentimental, que sale con la intención, pero también canto lo que escribo antes”, dijo.
Su joven pero intensa carrera la ha convertido no solo en una tromba en plataformas digitales (sus videos tienen millones de reproducciones) sino que también en un ejemplo para generaciones más jóvenes que la suya y ya eso es mucho decir.
“Esto (la fama y el éxito) me agarró a mí muy rápido. Apenas lancé mi primera canción tuve un gran reconocimiento, pero por un lado no he podido darme un tiempo de experimentar, de crecer y formarme, entonces tuve que hacer todo eso al mismo tiempo de la exposición. La gente todavía está viendo mis pruebas y errores y también me encanta que sea así”, expresó la cantante.
No se siente un ejemplo de mujer artista, ni tampoco quiere que la juzguen por ser tan joven, ella tiene muy claro que hay mujeres que abrieron el camino para que ella esté en esta posición y a partir de ahí también quisiera ser inspiración para más niñas que buscan cumplir sus sueños artísticos.
“Gracias a las mujeres que están antes que yo en la música es que tuve un espacio increíble y muy cómodo. Desde que empecé con todo esto recibí el apoyo de muchas artistas que me decían que contaba con ellas para lo que fuera y me brindaron espacios”, explicó.
“Sin darnos cuenta los artistas somos ejemplo y referente o inspiración de cada nene. Por nosotros se inspiran en hacer música y saber que cualquier chica sepa que puede estar donde estoy solo por querer buscar un sueño me encanta", agregó la compositora.
En la competencia por el Latin Grammy, la argentina se enfrenta a Anuel AA, Rauw Alejandro, Mike Bahía, Cazzu, Conociendo Rusia, Soy Emilia, Kurt, Nathy Peluso, Pitizion y Wos.
De ganar la categoría, se sumaría a una selecta lista de artistas que con el paso de los años se han convertido en referentes de la música latina como Juanes, David Bisbal, Calle 13, Vicente García, Kany García, Karol G y Jesse & Joy.